Efectivos de la Guardia Civil que participaban en la búsqueda de una persona desaparecida han localizado en el fondo del acuífero conocido como "los ojos del río Jiloca" de Monreal del Campo (Teruel) el mayor arsenal de explosivos de la Guerra Civil hallado en Aragón y uno de los mayores de España.
En total se han encontrado 538 granadas de mortero del calibre 81 que posiblemente fueron abandonadas por alguna posición de los bandos en contienda para evitar su posterior utilización.
Debido a la gran cantidad de artefactos y la dificultad añadida del lugar donde se encontraban, ha sido preciso realizar labores de localización, extracción y posterior destrucción en varias fases durante los meses de mayo y junio, han informado hoy a Efe fuentes del Instituto Armado.
El hallazgo se produjo durante las labores de búsqueda de un vecino de ese municipio turolense desaparecido a principios del mes de mayo, cuando los miembros del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil de Huesca que participaban en el dispositivo reconocían el acuífero.
La dificultad y peligrosidad de las tareas de localización, extracción y posterior destrucción que encuentran los especialistas de la Guardia Civil en la manipulación de explosivos se han visto incrementadas en este caso al encontrarse todas las granadas sumergidas en el lodazal del fondo del acuífero.
Ello ha hecho necesaria la participación de un equipo mixto de desactivación subacuática compuesto por el Servicio de Especialistas en Desactivación de Explosivos (SEDEX) de Valdemoro, el Grupo EDEX de Zaragoza, el Equipo de Búsqueda y Desactivación de Explosivos (EBYL) de Teruel, la Unidad de Actividades Subacuáticas (UAS) de Valdemoro y agentes del Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS) de Huesca.
Todas las granadas halladas se trasladaron en varias remesas hasta una cantera cercana a Monreal del Campo, donde fueron neutralizadas de manera segura por los especialistas en desactivación de explosivos mediante explosión controlada.
La Guardia Civil advierte de la extrema peligrosidad de estos artefactos, ya que si no se les somete a ninguna acción permanecen en estado "latente", pero en caso de manipulación, por pequeña que sea, el resultado más probable es la explosión. Por ello recomienda en el caso de sospechas "no tocar, no mover, ni alterar en modo alguno el objeto", señalar el lugar para poder reconocerlo posteriormente y dar aviso a la Guardia Civil por los medios que permitan mayor rapidez.