Segunda jornada de conclusiones del Ministerio Público sobre el saqueo del Palau de la Música. De los viajes de placer, dietas, bodas y bonus de los Millet y los Montull se ha pasado a la pormenorizada reconstrucción documental del cobro de comisiones a cambio de obra pública. El Palau de la Música era la "cañería" por la que circulaba el dinero que Ferrovial pagaba a Convergencia a cambio de grandes adjudicaciones, entre ellas, subrayó el fiscal Emilio Sánchez Ulled, el mismo complejo de la Ciudad de la Justicia que alberga la vista.
El fiscal se ha empeñado en cruzar con precisión de orfebre apuntes contables, documentos bancarios, correspondencia de los acusados para recomponer el cuadro del circuito del dinero y los intentos de ocultación a través de facturas falsas para justificar pagos y cobros.
Por órdenes de Millet y Montull, sus secretarias apuntaban al detalle las cantidades que se movían, los porcentajes que correspondían a cada actor, entre ellos los tesoreros de Convergencia. Todas las acusaciones de Sánchez Ulled iban acompañadas de los documentos probatorios correspondientes.
"Cóctel perfecto"
Uno de esos papeles fue definido por el fiscal como el "cóctel perfecto". En el documento se atribuye una comisión del 4% de Ferrovial de la que el 2,5% es para "la Generalitat". Sánchez Ulled ironizó con la figura retórica de la sinécdoque para censurar que escribieran "Generalitat" cuando se referían al partido. A su juicio, no se trata de un error, sino de un "esquema mental lamentable".
También cargó contra Daniel Osácar por fundamentar los pagos del Palau a la Fundación Trias Fargas en una campaña para que en las fiestas patronales se cambiaran las sevillanas por sardanas. "Eso, además de ser mentira, responde a una mentalidad étnica muy extraña", dijo el fiscal.
Consecuencias en el proceso
El gerente de CDC Carles Torrent, ya fallecido, era el contacto de Fèlix Millet en el partido. Pedro Buenaventura, el alto ejecutivo de Ferrovial, el "punto" en la empresa, "mecenas" tanto del Palau como de la formación nacionalista. Tras la muerte de Torrent, Daniel Osàcar ocupó su papel tanto en el partido como en el entramado de cobro de comisiones. Fèlix Millet cedió las tareas de brega a su segundo, Jordi Montull. El mecanismo estaba tan engrasado que funcionaba solo.
Durante años, el dinero fluía con abundancia en el Palau y llegaba con puntualidad a Convergencia a través de la Fundación Trias Fargas. El elevado trasiego de billetes de quinientos euros por parte de Millet fue lo que levantó las sospechas de la Agencia Tributaria que han acabado en un juicio cuya sentencia, que se espera para mediados de junio, podría alterar el curso del proceso separatista.