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Juanma Moreno no corta el juego sucio en las elecciones provinciales del PP

Destituyó hace unos días al presidente del Comité de Derechos y Garantías elegido en el Congreso de marzo.

Juan Manuel Moreno | Flickr: PP Andaluz

El PP de Andalucía vive momentos de máxima tensión interna en cuatro provincias donde la división ha quedado bien patente hasta el punto de recurrirse a los tribunales ordinarios en algunos casos. Decía Juan Belmonte que se llegaba a ser gobernador civil degenerando. Pues parece ser que también se llega a presidente/a del PP en las provincias andaluzas degenerando modos, maneras y procedimientos o consintiéndolos.

Se han utilizado todo tipo de bajezas para lograr las presidencias provinciales, sobre todo en cuatro provincias: Córdoba, Granada, Sevilla y Jaén, donde Juanma Moreno tenía y seguirá teniendo, incluso más radicalizada, una clara oposición. Es en Sevilla y Jaén donde más porquerías se han contabilizado y, sobre todo, es en Sevilla donde se han producido hechos clamorosos, desde el voto de difuntos hasta la esfumación de los votos.

El caso de lo afiliados residentes en una casa deshabitada

Uno de esto hechos asombrosos que ya anticipamos hace algunos días en Libertad Digital es el caso de la casa deshabitada y en ruinas que fue utilizada por cuatro nuevos afiliados para acreditar su residencia en Sevilla.

Lo sorprendente es que ha tenido que ser el propio codueño del inmueble de la céntrica calle san Eloy el que haya denunciado, precisamente ante el PP andaluz que rige Juanma Moreno, el uso fraudulento del inmueble para acreditar a los que iban a ser votantes para elegir al candidato a la presidencia del PP provincial. Ya se sabe que la victoria fue para Virginia Pérez, candidata de Javier Arenas y el aparato de Moreno, por 24 votos sobre Juan Bueno, el actual presidente y adscrito a la corriente que incluye a Juan Ignacio Zoido y María Dolores Cospedal.

Esta victoria mínima fue posible porque tanto Juanma Moreno como Fernando Martínez Maíllo no aplicaron los Estatutos del Partido Popular que indican que cuando la diferencia en elecciones primarias entre dos candidatos es menor a 15 puntos porcentuales, habrá dos candidaturas y serán los compromisarios al Congreso quienes los elijan. Impusieron el criterio de que el candidato sería único y bastaría con un voto de diferencia para imponerse.

Naturalmente tal decisión desencadenó una guerra de "afiliaciones" hasta el punto que el día antes de las elecciones se presentaron nada menos que 1.600 nuevos afiliados. Entre ellos iban estos cuatro de la casa deshabitada que, como en las novelas de horror, tiene un cierto recorrido cuando se desciende a sus tejemanejes.

¿Quién apadrinó a estos afiliados? Pues nada menos que el Presidente de Nuevas Generaciones de Andalucía, el cada día más famoso Luis Panigua, que es la mano derecha de Virginia Pérez y miembro destacado de la corriente crítica arenista.

Tanto Paniagua como NNGG, que controla él mismo, han explicado que lo ocurrido en la casa deshabitada es que se había producido un error de número.

Los adversarios han contado a Libertad Digital que también se habrán equivocado de número de IP de un ordenador, que por la numeración parece estar situado en la Diputación Provincial de Sevilla donde, otra casualidad, es portavoz del PP Virginia Pérez. Desde ese ordenador, se afiliaron vía telemática 500 o más personas en los días previos a las elecciones.

Pero el caso Paniagua no termina ahí porque precisamente es portavoz del PP en el Ayuntamiento de Dos Hermanas donde, otra vez Virginia Pérez, preside la gestora que se hizo cargo del PP tras una crisis sin precedentes y donde han desaparecido decenas de votos, asunto denunciado por Juan Bueno al Comité de Derechos y Garantías.

Paniagua tiene dos imputaciones judiciales. Una, firme, por el presunto chantaje al candidato de Ciudadanos en esta localidad, Manuel Varela, y otra, por supuesto mobbing a la anterior portavoz de su partido, Cristina Alonso, que ha dejado el PP. Por si fuera poco, su hermana del aparecía, contó ABC, en la lista de enchufados por el PP en los talleres municipales de Sevilla.

Ni derechos ni garantías en un Comité de quita y pon

Con todas estas irregularidades Juan Bueno recurrió ante el Comité Nacional de Derechos y Garantías porque el Comité Andaluz de la materia no estaba constituido. Sólo se había elegido en el congreso de hace mes y medio al presidente, el granadino Juan Ramón Ferreira, afín a María Dolores Cospedal.

Pero el Comité Nacional declinó tomar una decisión y se la traspasó al Comité andaluz de Derechos y Garantías que tuvo que ser constituido con urgencia. La sorpresa estalló cuando Juanma Moreno, presidente del PP andaluz, ordenó la destitución de Ferreira hace unos días y el nombramiento de la onubense Aurora Ruiz.

Ruiz, que, desde el principio, había consentido que cinco provincias quedaran fuera de un Comité donde han solido estar presente las ocho, ha ignorado todas las reclamaciones de Juan Bueno y la mitad del PP sevillano y ha dado por buena la victoria de Virginia Pérez. Esta decisión no ha sido aceptada por Juan Bueno que va a volver a elevar el caso al Comité Nacional y no descarta acudir a los tribunales e incluso propiciar la creación de una Comisión Gestora desde el PP nacional.

El próximo día 21 de mayo se celebrará el Congreso que la consagrará como presidenta con el apoyo de Javier Arenas y Juanma Moreno si bien se intuye que el congreso no será al estilo búlgaro, sino que conseguirá un número de votos menor al 60 por ciento, se elabore como se elaboren los resultados porcentuales.

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