El concejal popular Percival Manglano presentó este miércoles en el Pleno municipal una proposición en la que se instaba a condenar "la iniciativa del autobús xerografiado auspiciada por Podemos", "exija a todos los partidos políticos que se abstengan de lanzar campañas políticas basadas en la incitación al odio" y reafirme "el compromiso de todos los grupos políticos por un Madrid libre de incitaciones al odio".
Todos los grupos, exceptuando el partido en el Gobierno –Ahora Madrid, la marca de Podemos en el Ayuntamiento– votaron a favor. Nada sorpresivo, por otro lado, teniendo en cuenta además el posicionamiento público que ya habían realizado algunos ediles al respecto. No obstante, el PP pidió la votación a mano alzada. El motivo, conocer la opinión de la alcaldesa que aún no se había pronunciado a este respecto. Y en este punto, Manuela Carmena votó junto a sus concejales y en contra de los demás partidos que componen el hemiciclo local -también del PSOE, su socio de Gobierno- en contra de todos los puntos de esta proposición. No obstante, la proposición salió adelante por la mayoría de votos.
"Esto es una moción sobre la instrumentalización del odio por parte de los partidos políticos", expuso Manglano. Según sostuvo el edil popular, la llegada de Podemos ha provocado la ruptura del respeto existente. La "función" de este vehículo "no era denunciar" la corrupción sino "fomentar el odio a las personas cuyas imágenes aparecían en los laterales". Sin embargo, "cuando los delincuentes son de su cuerda –como Alfon o Bódalo– no dudan en homenajearles", recordó. "Se arrogan ustedes la facultad de decidir quiénes son culpables y quiénes no".
En esta ocasión, el PP no estuvo apoyado solo por Ciudadanos; también por el PSOE. Su portavoz, defendió que si bien la "corrupción es algo gravísimo, no se puede permitir el señalamiento, el ensañamiento y el erigirse como juez". Purificación Causapié, que afeó el hecho de que apareciera Felipe González junto a "un delincuente como Bárcenas", pidió a la alcaldesa y a su concejal de Seguridad que "salgan a defender esto en nombre del Gobierno" municipal. Y les pidió que actúen con "responsabilidad".
No le hizo caso Javier Barbero, que comparó a la corrupción con el cáncer y al tramabús con el médico que diagnostica esta enfermedad. "Cuando te dicen que tienes cáncer al principio no lo quieres reconocer" y la primera reacción "es matar al mensajero, al médico". "Prohibir el tramabús no acaba con el cáncer de la corrupción. El problema no es el tramabús, sino la corrupción de personas concretas", dijo el responsable de Seguridad de la capital. "Hay que gestionar la indignación no en clave de rabia sino de movilización" y sentenció que el autobús de Podemos "no incita al odio, sino a la reflexión y eso nos lleva a la movilización".