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Aguirre presenta su dimisión como concejal y portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid

"Los ciudadanos tienen derecho a exigir que los políticos asumamos nuestras responsabilidades", zanja Aguirre, que habla con Rajoy tras su dimisión.

La corrupción acabó sepultando a Esperanza Aguirre pese a que ella promete que jamás se ha llevado un euro ilícitamente. No ocurrió así a su alrededor y la detención de Ignacio González fue terrible para ella. Noqueada, prácticamente sola en el PP, acabó por darse cuenta de que su vida política había concluido. El pasado jueves, en esRadio, dijo que "por su puesto" no dimitiría pero la presión fue enorme. Este lunes, cinco días después de saltar la operación Lezo, convocó por la tarde a los medios para anunciar lo que era un secreto a voces: deja su acta de concejal y la portavocía del PP en el consistorio. Esto es, todos sus cargos públicos.

Es el adiós político definitivo de quien lo fue casi todo en el PP. Incluso amagó con rivalizar con Mariano Rajoy para hacerse con la presidencia de la formación en el congreso de Valencia de 2008. Su poder e influencia fueron enormes cuando estaba el frente de la Comunidad de Madrid, tras arrolladoras mayorías absolutas. Si bien, poco a poco, todo se fue diluyendo al tiempo que se conocían las presuntas tramas corruptas en el PP de Madrid. Y sus muchos enemigos internos ayudaron a cavar su tumba política, como en la última campaña electoral con la filtración de sus datos fiscales.

Había un clamor interno para que diera un paso atrás . Solo Pablo Casado, que trabajó con ella durante mucho tiempo, salió públicamente en su auxilio. En una dura rueda de prensa, el vicesecretario de comunicación negó llamadas a Aguirre para presionarla aunque ella sabía perfectamente que querían su dimisión. "Lo lógico es que se vaya", transmitió la Moncloa casi desde el principio, como ha ido publicando este diario. "Ella era consciente que se tenía que ir", recalcaron fuentes de la dirección, que utilizó distintos cauces para trabajar en ello. Desde el arresto de González, Rajoy hizo como si no existiera, para dejarle claro que no contaba con su respaldo.

Aguirre comunicó al presidente, de viaje oficial en Brasil, su decisión por mensaje de texto mientras que Génova confirmó la noticia por una llamada de Íñigo Henríquez de Luna minutos antes de la convocatoria a los medios. Después, tras el anuncio, fue Rajoy quien llamó a la otrora líder regional, según confirmó el Gobierno. El alivio fue general en el cuartel general de los populares, que dieron por zanjada la cuestión emitiendo un breve comunicado de dos párrafos. "La decisión de Aguirre ha sido personal", se aseguró oficialmente.

Según el PP, ahora Rajoy podrá recuperar oxígeno tras días terribles. Si bien, algunos cargos consultados por este diario vieron en la declaración de poco más de dos minutos de Aguirre un último dardo envenenado dirigido al presidente.En concreto, en el capítulo dedicado a las responsabilidades políticas.

"Mi manera de concebir la política como servicio a España me lleva a asumir la responsabilidad que me corresponde por no haber vigilado a González", destacó Aguirre, con gesto muy serio. Y llegaba el teórico golpe a Rajoy, que tendrá que declarar como testigo en el caso Gürtel y tiene en Luis Bárcenas un problema no resuelto. "Los ciudadanos tienen derecho a exigir que los políticos asumamos todas nuestras responsabilidades con dignidad, sin dilaciones y sin excusas. Yo tengo como norma de conducta no eludir nunca mis responsabilidades", declaró la histórica política.

"Me siento engañada y traicionada"

Aguirre, que reiteró que concibe la política "como un servicio a España", admitió también que González fue una persona de su total confianza, con el que durante años mantuvo una relación personal además de política. Así, según sus propias palabras, cuando era jefa del Gobierno de la comunidad "algunos medios le señalaron por asuntos incorrectos" pero ella le pidió en privado explicaciones y quedó satisfecha.

"No investigué más" y "no vigilé lo que debía", se excusó, aunque en el PP llevan días sugiriendo que "por supuesto" era consciente de lo que sucedía en el Canal de Isabel II. También lo sabía el propio Rajoy, según algunas fuentes del partido, aunque Casado lo negó al término del Comité de Dirección. "Se le transmitió lo que pasaba, aunque no supiéramos el alcance. Yo mismo le informé de lo que me llegaba sobre González", según un importante cargo del PP, que tiene interlocución directa con el presidente, en conversación informal.

Cansada, dolida por el fuego amigo, Aguirre se rodeó de sus concejales y dijo adiós. No quiso responder las preguntas de los periodistas, pese a que siempre ha hecho gala de dar la cara ante los medios. No derramó una lágrima. "Me siento engañada y traicionada", destacó, antes de marcharse a toda prisa. "Ha sido una persona relevante para esta organización", fue el mayor elogio de Génova. "La duda es si será imputada por la financiación ilegal del PP de Madrid", se sugirió en paralelo. Actualmente ya es solo afiliada de base.

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