Es media Andalucía, probablemente, la mitad más trascendente para el futuro del PP, la que puede salir malherida de lo que ya se dice a las claras que ha sido una maniobra de Juanma Moreno para hacerse con el poder en Andalucía. El que lo ha insinuado con claridad ha sido José Antonio Nieto, exalcalde de Córdoba, presidente actual del PP de Córdoba y secretario de Estado de Interior.
Es sabido que Moreno ha encabezado una estrategia de la incompatibilidad de cargos que, sincera o no, afectaba precisamente a una de sus enemigas políticas, María Dolores Cospedal, y a sus más relevantes apoyos en Andalucía: el mismo José Antonio Nieto y José Enrique Fernández de Moya, presidente aún del PP de Jaén y actual secretario de Estado de Hacienda.
El caso de Granada, donde el exalcalde de Granada, José Torres, un histórico del PP granadino imputado en un aparatoso caso de corrupción, el caso Nazarí, hizo que Juanma Moreno lo defenestrara de la vida política popular, ha permitido que Sebastián Pérez, actual presidente del PP de Granada, aliado de Moreno, sea el que tiene mayores posibilidades para seguir mandando en el PP granadino. Pero también dejando heridos, y tal vez de suma gravedad.
La operación, vista desde la distancia, ha tenido dos fases. Primero, lograr que el Congreso nacional del PP aprobara una enmienda estatutaria según la cual ningún presidente provincial puede ostentar cargo institucional alguno de carácter nacional. Ahora, se comprende que, tras haber intentado limitar la presencia política de Cospedal, Moreno logró colar un "gol" a la secretaria general declarando la incompatibilidad de dos de sus apoyos básicos en Andalucía, Nieto y Fernández de Moya.
La segunda fase fue la decisión de la dirección nacional del PP de declarar, efectivamente, incompatibles a ambos altos cargos andaluces con las presidencias respectivas de Córdoba y Jaén. Otra victoria de Moreno sobre Cospedal y principio del desgarro político interior que vive el PP en Andalucía. Primero se rebeló Fernández de Moya en Jaén anunciando que seguiría en el cargo provincial y que tenía avales nacionales para ello. Nieto guardó silencio mientras se tomaba nota de que un tercer alto cargo institucional de nivel nacional, Antonio Sanz, no era considerado incompatible para mantener su cargo de presidente del PP de Cádiz.
Ahora ha sido José Antonio Nieto el que ayer mismo ha denunciado, abiertamente, la operación urdida para desalojarle del poder provincial en Córdoba. Sabida es la relación cercana de Nieto con Juan Ignacio Zoido con el que ocupa una secretaría de Estado en el Ministerio del Interior y sabido es que Zoido es hombre afín a Cospedal y que no fue partidario de que Juanma Moreno fuese elegido como presidente del PP andaluz.
Nieto ha considerado "absurda" la aplicación de la incompatibilidad del cargo de presidente con el que ostenta en el Gobierno de España por la que no podrá presentarse a la reelección, como era su intención. Además, ha expuesto que el proceso no se ha gestionado bien porque no hay decisión de órgano alguno del PP nacional que haya declarado incompatible a unos o a otros, lo que ha causado la natural perplejidad.
Eso sí, Nieto menciona dos nombres que han intervenido en la operación: Fernando Martínez-Maíllo, que fue el coordinador de la ponencia de Estatutos en el pasado congreso, y el propio Juanma Moreno. Además de manifestar su disgusto por estas medidas drásticas ha aguijoneado seriamente diciendo que "decidir en Madrid o Sevilla lo que conviene a los militantes de Córdoba no es lo correcto," que los populares cordobeses son mayores para tomar decisiones libremente y que nadie es quién para impedirles decidir.
Hombre disciplinado, Nieto acepta su marginación de la presidencia del PP cordobés, pero ya ha designado sucesor en la persona de Adolfo Molina, actual secretario general y su número dos en la provincia de Córdoba. Sin embargo, anunció que sus relaciones con Moreno serán desde ahora más esporádicas.
A pesar de su buena actitud, ha surgido la posibilidad de que haya otra candidatura a la presidencia del PP de Córdoba en la persona de la parlamentaria andaluza Rosario Alarcón. Nieto se ha limitado a comentar que es preciso que el PP de Córdoba no salga dividido porque "la división interna hace daño".
La inminencia de los congresos provinciales del PP, a celebrar entre mayo y junio, hace que la situación del PP de Jaén, donde cohabitan varias candidaturas a su presidencia; en Granada, donde coexisten tres y en Sevilla donde parece que habrá batalla a cara de perro entre la arenista-morenista Virginia Pérez y Juan Bueno, el hombre de Juan Ignacio Zoido, sea muy compleja y peligrosa justo en el momento en que Susana Díaz puede dejar la presidencia de la Junta de Andalucía y el PSOE andaluz.