La diputada de Ciudadanos por Málaga, María del Carmen Prieto, ha anunciado en rueda de prensa que deja el partido con el que se presentó a las elecciones andaluzas de 2015 y que pasará a ser diputada no adscrita sin dejar su escaño como la reclama la formación naranja.
Además, ha dejado entrever que probablemente votará en contra del dictamen final de la Comisión de Investigación sobre el fraude de los cursos de formación que ha elaborado su hasta ahora compañero de partido y diputado por Huelva, Julio Díaz, y que no considera decisiva la participación de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en algunos hechos relevantes.
A Prieto le parece vergonzoso que se haya limitado a descargar toda la responsabilidad sobre Manuel Chaves y José Antonio Griñán, dos políticos ya calcinados a los que señalar nuevamente apenas tiene coste.
La decisión de María del Carmen Prieto deja al PSOE en una situación difícil porque pasará de disponer de una mayoría absoluta holgada de 56 diputados sobre 109 posibles - 47 del PSOE y 9 de Ciudadanos -, a contar con la mayoría absoluta mínima exigible de 55 escaños para conseguir aprobar cualquier tipo de decisiones e iniciativas en la Cámara. Si algún otro diputado de Ciudadanos abandonara la formación, Susana Díaz no podría disponer de mayoría absoluta.
La última de las diferencias de Prieto con su jefe de filas, Juan Marín, fue la ayuda que este ha prestado al PSOE andaluz para impedir la comparecencia del alto funcionario de la Junta de Andalucía, Luis Escribano, en el Parlamento andaluz.
Escribano fue destituido por negarse a cumplir las instrucciones de un director general que obligaban a privilegiar a determinados ayuntamientos socialistas de Granada en detrimento de otros con los mismos derechos. A pesar de que Ciudadanos prometió a Escribano reunirse con él antes de la comparecencia, no lo hizo y finalmente votó en contra de la misma.
Pero no era la primera vez que la diputada Prieto se mostraba partidaria de las comparecencias parlamentarias de personas pertenecientes a asociaciones vinculadas a la sociedad civil. Fue el caso de la comparecencia de la Asociación Vida Independiente, que quería denunciar los incumplimientos de la Junta en la Ley de Dependencia. En aquella ocasión, fue el voto favorable de la diputada, después expedientada por Marín, que la apercibió de castigo por ello, el que permitió la sesión parlamentaria.
María del Carmen Prieto ya manifestó sus dudas sobre el sistema de votación interna del partido de Rivera y el conocimiento que la dirección del partido obtenía de los votos que emiten los militantes y cuadros de Ciudadanos en la base. La ya ex diputada de Ciudadanos afirmó que los procedimientos de voto internos permiten la dirección del partido conozca perfectamente la posición de cada afiliado y militante y que, gracias a este conocimiento, decide su futuro en la organización.
Este pasado mes de agosto María del Carmen Prieto donó sus dietas parlamentarias a Cáritas Andalucía, algo que no ha gustó a la dirección de Ciudadanos ni a Juan Marín. Es más, le reprochó que su comportamiento había dejado en evidencia a su compañero y diputado de Málaga, Carlos Hernández White. Sus palabras exactas, según Prieto, fueron que había asestado una "puñalada trapera" a su compañero de partido y de provincia.
Anteriormente, Prieto se opuso en 2015 al nombramiento como director general de la Junta del famoso alcalde de la localidad sevillana de Huévar, conocido como el "mini gorila rojo", cuya historia está recogida en las investigaciones de Libertad Digital.
Amigo y sostén de Susana Díaz, Rafael Moreno Segura fue nombrado primero presidente de la Mancomunidad del Guadalquivir en 2011 cuando se encontraba condenado e imputado y era ya un alcalde socialista con numerosos escándalos y deudas a sus espaldas. En aquel momento, Marín amenazó por vez primera a su diputada con abrirle un expediente.
La segunda vez que Marín amenazó con expedientar a Prieto fue por su abstención a un decreto-ley de Susana Díaz. Marín optó por no apoyar al PSOE al entender que había practicado un "juego sucio" por no informarle de la disposición adicional que acompañaba el decreto, norma que daba funciones de dudosa legalidad a unos 1.500 trabajadores subrogados por la Junta, pero que cobraban sin tener tareas asignadas. María del Carmen Prieto era partidaria de votar contra este nuevo decreto del "enchufismo".
La entonces diputada naranja denunció que cuando Marín tenía que sacar adelante cosas importantes de su acuerdo con Susana Díaz, por ejemplo, el reciente caso de las 35 horas semanales para los empleados de la administración andaluza, el tema no se discutía, sino que era Marín el que decidía lo que hay que votar.
Prieto añadió a Libertad Digital que Marín y su clan habían subvertido totalmente la democracia en la Asamblea nacional de C's celebrada recientemente. "Nos acostamos socialdemócratas y nos levantamos liberales" sin que haya habido un debate en profundidad en Andalucía. Prieto ha añadido que Juan Marín repite una y otra vez que "él no tiene ideología" pero tal actitud cínica no representa el sentir de los afiliados a Ciudadanos en Andalucía.
Finalmente, Prieto fue apartada de la portavocía que ocupaba hasta el momento el pasado mes de febrero de este año por Juan Marín y su equipo provocando la primera crisis visible y de calado, mostrando la intensidad de la convulsión interna que estaba fraguándose en el partido naranja. Hace unos días se le comunicó la apertura formal de un expediente disciplinario.
La razón que adujo y aduce Juan Marín es que la diputada Prieto no asistía a las reuniones, razón que está en nota de prensa hecha pública por Ciudadanos Andalucía. La afectada ha justificado algunas ausencias en que no sirve de nada acudir porque nunca se tiene en cuenta opinión alguna. También ha desafiado a la dirección de su partido a enseñar las actas de las sesiones a las que hubiera faltado y las actas de otras sesiones a que hubieran faltado otros.
Es más, afirmó que quien no asistía a muchas reuniones era el propio Marín, aunque sí lo hacían su concuñado Manuel Buzón, que no es siquiera parlamentario, y Raquel Morales, de la dirección nacional de Ciudadanos, que tampoco es parlamentaria.
Otro motivo oficialmente expuesto para eliminar de la escena política a María del Carmen Prieto es que "no sabe trabajar en equipo". Según la afectada, el motivo real es que no se ha sometido a las decisiones que, sin debate ni diálogo alguno, toma Marín sobre cuestiones decisivas, especialmente aquellas que tienen relevancia para sus relaciones privilegiadas con Susana Díaz o cuestiones que afectan al acuerdo político con el PSOE.