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Falangistas, insultos y muchos escoltas en el show de Artur Mas y Margallo en el Ateneo de Madrid

El expresidente de la Generalidad ha dicho en Madrid que la sociedad catalana no está rota y que la convivencia es buena.

Artur Mas y José Manuel García-Margallo | EFE

El expresidente de la Generalidad, Artur Mas, condenado a dos años de inhabilitación por el 9-N, ha dicho este martes, en un debate celebrado en el Ateneo de Madrid junto al exministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, que la convivencia en Cataluña es buena; que la sociedad catalana, más que dividida, pues ocurre que es diversa, y que, en su región, "en cinco años, no se ha roto un solo cristal". La quema de símbolos, el acoso a discrepantes –el más reciente, a jóvenes de Sociedad Civil Catalana–, las amenazas o las sedes de partidos no separatistas con pintadas o lunas rotas… bueno, no existen. Son los padres. Españoles, se supone.

Mas y Margallo acudieron al Ateneo para participar en el ciclo de debates "Cataluña en la Encrucijada". Frente a la entrada, alrededor de medio centenar de falangistas recibieron al expresidente catalán con los gritos de "ladrón" y "terrorista". También hubo para el exministro –alguien gritó que el "pueblo está en la calle" y que, dentro, sólo había "separatistas y peperos"–. Las medidas de seguridad eran extraordinarias, y más que notable era el número de policías y escoltas que rondaban por el lugar.

Moderados por el presidente de la Sección de Ciencias Jurídicas y Políticas del Ateneo, Ángel Luis Alonso, Mas y Margallo recurrieron a los estribillos cansinos, al diálogo de sordos y a alguna que otra tangente –sobre todo, en el caso del expresidente catalán–. En su intervención inicial, el primero señaló que la Constitución Española "sigue teniendo legalidad en Cataluña, pero ha perdido su legitimidad", reivindicó sus intentos de "comprobar en las urnas" si el "clamor" secesionista se sostiene y aseguró que "a través de la Fiscalía y los tribunales no se va a resolver el reto catalán"; el segundo, por su parte, destacó que "la unidad de España es el bien más preciado que hemos heredado y debemos transmitir" y, tras afirmar que "Cataluña no ha sido jamás un reino independiente", hizo un repaso de la historia de la región, criticó el Estatut de 2006 y advirtió de las terribles consecuencias que tendría la independencia para los ciudadanos catalanes.

Después, Mas dijo que él fue "el 129 presidente" de la Generalidad, una "institución del siglo XIV" y que, "entonces, España no existía". La afirmación fue arropada por breves aplausos y por risas irónicas. "Alguien puede llegar a la conclusión de que los catalanes son unos borregos que no entienden nada y que están manipulados, pero si concedemos al pueblo catalán madurez en sus opiniones y en su voto, además de proyecto de futuro, mira por dónde, resulta que esa es la realidad de Cataluña", añadió.

El expresidente dijo que el secesionismo no es "un proyecto o reivindicación nacionalista, étnico o historicista", sino "un reto nacional y social", y reclamó al Estado otro "proyecto para Cataluña": "Debería tenerlo y más en estas circunstancias". En su réplica, Margallo hizo otro repaso a la historia general de Cataluña y, sobre el Estatut, declaró que "lo que hubo fue un intento del PSOE de excluir al PP de la gobernación de España". "Si se pretende incluir el derecho de autodeterminación en la Constitución, hágase por el procedimiento definido en la Constitución. Si Tarragona decidiese no pertenecer a Cataluña y sí a España, ¿lo admitiríais?", agregó.

Acto seguido, Mas pidió unos "Estados Unidos de Europa" con "75-80" países y defendió la "valentía" del ex primer ministro británico, David Cameron, por permitir un referéndum en Escocia. "Eres el único personaje de Europa que, en estos momentos, admira a Cameron", respondió Margallo, en tono burlón. El respetable, cada vez más exasperado, dirigió algún insulto al exmandatario catalán y aplaudió con –más– ganas al exministro.

En el turno de preguntas, Mas dijo que, "cuando se habla de división, intentemos no plantearla en términos negativos. Las sociedades democráticas tienen pluralidad de opiniones en muchas materias". Al poco, añadió: "Cuando un pueblo está enfadado y se manifiesta en la calle, lo que hay son problemas. En cambio, en Cataluña llevamos cinco años con manifestaciones multitudinarias y no se ha roto un solo cristal". Acto seguido, un hombre se levantó y se marchó indignado de la sala, llamando al expresidente catalán, a gritos, "mentiroso".

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