"Vencido, derrotado, humillado". Así se describía Fernando Altuna en la red social Twitter, a través de la cual, mediante un tuit de Covite, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (del que era tesorero), nos enteramos ayer de su muerte en su domicilio de Madrid:
Te has ido para guiarnos, @fernandoaltuna. DEP. pic.twitter.com/Yt6OFNgPsG
— COVITE (@CovitePV) 15 de marzo de 2017
Fernando Altuna era hijo del capitán de la Policía Nacional Basilio Altuna Fernández de Arroyabe, asesinado de un disparo en la cabeza el 6 de septiembre de 1980 por la banda terrorista ETA en la localidad alavesa de Erenchun. Fernando apenas tenía 10 años. Ese día, pero de 2011, Libertad Digital le dedicaba su entrada en el blog In Memoriam.
A raíz de la publicación de este blog en Libertad Digital iniciamos una relación a distancia. Fernando Altuna estaba llevando a cabo un proyecto paralelo con el que quería honrar la memoria de las víctimas del terrorismo, proyecto al que llamó El Mapa del Olvido, "un pequeño y humilde homenaje a todas las víctimas mortales de ETA", decía en la introducción al mismo. Para llevarlo a cabo nos pidió utilizar el blog In Memoriam. El resultado no fue ni pequeño ni humilde, sino que se ha convertido en un testimonio fundamental y un auténtico mapa de la ignominia cometida por ETA que muchos quieren que olvidemos.
El asesinato de Basilio Altuna es uno de los muchos asesinatos de ETA, más de 300, que han quedado impunes. En la entrada que Fernando dedicó a su padre en El Mapa del Olvido hacía referencia a esta circunstancia:
En mi caso (y en el de más de 300 asesinatos de ETA) las víctimas desconocemos quién fue ese agresor (no podemos perdonar a quién no conocemos). El Estado de Derecho al cual nos hemos acogido como ciudadanos (y por el que han muerto nuestros familiares) nos ha dejado abandonados y desprotegidos. Con ETA Político Militar el Estado de Derecho no sólo fue generoso como dicen, simplemente dejó de cumplir sus funciones en base a un Derecho Transicional que nunca ha existido hasta nuestros días. La Justicia Transicional se refiere a aquellos procesos de transición de un conflicto armado a la paz, en los que es necesario equilibrar las exigencias jurídicas (garantía de los derechos de las víctimas a la verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición) y las exigencias políticas (la necesidad de paz) que requieren dichas transiciones. Es por esto que las víctimas de ETA(pm) sentimos que llevamos cierta "ventaja" sobre las víctimas de ETA(m) y es que sabemos lo que va a pasar por qué lo hemos vivido ya. Y lo único que ocurrió entonces y que va a volver a ocurrir ahora con ETA es que el Estado no va a tener en cuenta las garantías de las víctimas a la Verdad y a la Justicia (300 asesinatos sin resolver) a cambio obtendremos la Paz, por tanto una falsa PAZ.
Fernando fue muy activo en las redes sociales, en las que señalaba día a día la necesidad de pelear por la memoria de las víctimas del terrorismo, o afeaba situaciones que, por desgracia, se han convertido en más habituales de lo que a muchos nos gustaría.
Así se manifestó durante un permiso del etarra Valentín Lasarte en el día del padre de 2015:
Feliz día del Padre #ValentinLasarte, que tu hijo disfrute mucho de ti.
— Fer Altuna Urcelay (@fernandoaltuna) 19 de marzo de 2015
Yo iré a ponerle unas flores al mío. pic.twitter.com/ZN4UnJ146f
Y así lo hizo cuando, más recientemente, quitaron las placas en memoria de víctimas de ETA que miembros de Covite habían colocado en calles de San Sebastián y Bilbao:
Sr Alcalde de Bilbao @juanmariaburto podrá quitar las placas de @CovitePV en memoria de nuestros padres. No podrá lavar su memoria#Dignidad pic.twitter.com/WSTOUaW0Qx
— Fer Altuna Urcelay (@fernandoaltuna) 11 de marzo de 2017
Pero no sólo en las redes sociales mostró su compromiso. Fernando Altuna era un tipo valiente, que supo enfrentarse cara a cara, y de forma pacífica, con los proetarras en la calle, como hizo recientemente con Consuelo Ordóñez y otros miembros de Covite en Alsasua, cuando irrumpió en la manifestación proetarra contra la Guardia Civil en octubre de 2016.
Descansa en paz, Fernando. No te olvidaremos.