"Lo volvería a hacer". Bajo un cartel con ese rótulo y en la sede del PDEcat (la "nueva" Convergencia) compareció el expresidente de la Generalidad Artur Mas flanqueado por Joana Ortega e Irene Rigau, así como por Carles Puigdemont, Marta Pascal (coordinadora de la "nueva" Convergencia, el PDEcat), la consejera Neus Munté y el portavoz del partido en Madrid y también acusado por el 9-N Francesc Homs, entre otros dirigentes de menor rango.
Los tres condenados lucían en las solapas un chapa con el logotipo de una urna y un voto y la misma leyenda (ho tornaria a fer), una suerte de medalla al mérito del proceso separatista. Mas fue el protagonista absoluto de una rueda de prensa en la que Puigdemont, situado en un extremo, fue un convidado de piedra que sólo intervino una vez y para ratificar lo reiterado por Mas, que "nadie podrá frenar la voluntad del pueblo de Cataluña".
El líder convergente, cercado por el juicio por el caso Palau y cuyo nombre ya ha salido en la primera sesión del juicio en la Audiencia Nacional por el caso Pretoria (la fiscal ha aportado unas conversaciones del acusado Macià Alavedra con él y con Jordi Pujol), ha aprovechado la condena del TSJC por el 9-N a dos años de inhabilitación (la más leve posible) para presentarse al tiempo como mártir y abanderado de la ruptura y exigir una movilización constante de la ciudadanía. Mas confirmó su intención de recurrir hasta la última instancia y auguró que "lo que no se resuelva en el Estado español lo resolverá Estrasburgo". "Esto no se acaba aquí -abundó-, en un Estado con la democracia amputada que persigue a las personas por sus ideas".
¿Alguna pregunta en inglés?
En tono irónico, retó a los periodistas a hacerle preguntas en inglés (en referencia a la incapacidad de Mariano Rajoy a expresarse en ese idioma) y afirmó que "es brutal que hoy hayan coincidido dos noticias: la celebración de un nuevo referéndum en Escocia en otoño de 2018 y la sentencia por poner las urnas en Cataluña". A su juicio, eso es la prueba de que "en el Reino Unido hay una democracia de calidad incomparable con la democracia de feria del Estado español".
Mas dijo que asume el fallo con "serenidad y disconformidad" y preguntado por sus opciones para retomar la carrera política, alegó en tono retador que bajo la "jurisdicción española no es posible pero estamos trabajando para tener una jurisdicción catalana". También denunció que "la ley no es igual para todos porque el Gobierno se ha hartado de incumplir sentencias firmes del Tribunal Constitucional y no ha pasado nada".
Las otras dos condenadas en calidad de "cooperadoras necesarias", Joana Ortega e Irene Rigau, también despotricaron contra la sentencia. Se sienten "indignadas, pero orgullosas por haber dado voz al pueblo de Cataluña".