La "transición nacional" de Cataluña no es precisamente un recorrido de la ley a la ley como pretenden de puertas afuera sus impulsores. El último informe del Consejo de Garantías Estatutarias, llamado por aclarar y abreviar el "Constitucional catalán", sobre el vacío jurídico de las partidas presupuestarias destinadas al referéndum, no ha hecho mella ni en el Gobierno de la Generalidad ni en el grupo que le sustenta, la alianza parlamentaria de CDC y ERC denominada "Junts pel Sí". El plan sigue adelante contra viento y marea.
El jueves de la pasada semana y según relata La Vanguardia, un diputado autonómico de ERC asignado a la comisión que elabora las leyes de desconexión y transitoriedad jurídica, advertía a los asistentes de una conferencia de Òmnium Cultural celebrada en San Cugat que la transición del Estado español a la república catalana "no tiene que ser necesariamente pacífica y ordenada".
El autor del aviso es el parlamentario Jordi Orobitg, que comparecía junto al cupero Benet Salellas, otro de los redactores de las normas catalanas para la proclamación de independencia. Orobitg, en la estela de las declaraciones del exsenador de su partido Santi Vidal, fue meridiano respecto a las "dificultades" de la ruptura, pero quiso tranquilizar a su auditorio con dos consideraciones: el gobierno catalán se está quemando las cejas para que el proceso "interfiera lo mínimo en la vida de las personas" y que no es la primera independencia que se declara.
¿El Estado en Cataluña? Como Malta
Orobitg prometió que "lo haremos de la manera más ordenada posible y con los mínimos perjuicios para los ciudadanos". Abundó además en que nadie, funcionario o particular, deberá preocuparse por las consecuencias de desobedecer al Estado saliente, según informa La Vanguardia: "Nadie estará obligado a hacer caso a un requerimiento del Estado porque sería como si lo recibiera de Malta", declaró el diputado.
Mientras en sus comparecencias públicas Oriol Junqueras, el líder de ERC, trata de aparecer como una alternativa sensata a la deriva radical de Artur Mas y el presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, en los actos para afines los dirigentes del partido republican compiten en ortodoxia insumisa con los representantes de la CUP.
ERC ha prescindido de Santi Vidal por sus supuestos excesos sobre la existencia de listas de jueces a depurar y la obtención de bases de datos fiscales de los residentes en Cataluña, pero sus conferenciantes mantienen el tono y los objetivos de un discurso que empieza a pasar de lo "cívico y pacífico" a las advertencias sobre el paso definitivo a la "legalidad catalana".