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Cospedal desestabiliza el congreso regional del PP andaluz

Su acumulación de cargos da alas a los que se oponen a la "morenización" del PP andaluz.

La publicidad de la desestabilización interna la ha proporcionado el actual presidente de Jaén, José Enrique Fernández de Moya que ha dicho que tiene la autorización del PP nacional para ser reelegido presidente en el próximo congreso provincial. Es más, ha pedido permiso a su ministro, Cristóbal Montoro, que lo ha acogido como secretario de Estado de Hacienda, y a la dirección nacional del PP, esto es, o a Mariano Rajoy o a María Dolores Cospedal.

Su decisión se debe a la aparición de un candidato alternativo, salido de la cuna regional fácilmente reconocible. Se trata del actual alcalde de Porcuna (Jaén) Miguel Moreno, al que parece apoyar la mayoría de los alcaldes populares de Jaén que deben ya su puesto a Juanma Moreno desde 2015.

Pero Juanma Moreno ha respondido taxativamente haciendo más llamativa aún la grieta abierta en el seno del PP regional. De hecho, ABC refiere que respondió ayer a Fernández de Moya con estas palabras: "El permiso para simultanear los cargos sólo lo puede autorizar el Comité de Cargos y el Comité Ejecutivo Nacional, y el primero ni siquiera se ha creado. Se trata de un órgano colegiado y no unipersonal. Ninguna persona puede hacer una excepción, ni siquiera el presidente». Y añadió quiere al frente de las direcciones provinciales «a los mejores y que puedan dedicarle el mayor tiempo posible al partido», un tiro directo a quienes desempeñan cargos institucionales de nivel nacional.

Cospedal, por pasiva

La secretaria general, reforzada notablemente en este pasado congreso del PP, está actuando por pasiva en Andalucía. No aparece, pero su sombra es alargada. Su principal acción contra Juanma Moreno, que estuvo a punto de herirla gravemente en dicho congreso con la inspiración de la enmienda de incompatibilidades, no ha tenido lugar en Andalucía. Se trata meramente de su decisión, ya aceptada, de repetir como presidenta del PP de Castilla La Mancha acumulando no dos, sino cuatro cargos diferentes, dos en el ámbito orgánico, secretaria general nacional y presidenta del PP castellano-manchego y otro dos, diputada y ministra de Defensa, en el ámbito institucional.

Es conocido que el criterio de Juanma Moreno es "una persona, un cargo", una máxima inconcreta porque tiene que precisar si se formula así, sin añadidos y exactamente, o se refiere a "una persona, un cargo institucional compatible con un cargo orgánico. Incluso, en tal caso, él mismo es diputado andaluz, senador y presidente del PP andaluz, que son tres cargos.

La actitud de María Dolores Cospedal representa un desafío indirecto a la campaña de Juanma Moreno puesto que, a pesar de la inconcreción de su fórmula, obligó recientemente a su secretaria general, Loles López, a renunciar a la alcaldía de Valverde del Camino (Huelva) sentando un precedente, si bien López sigue siendo diputada en el Parlamento andaluz y acaba de lograr un puesto en la dirección nacional del PP, que siguen sumando tres.

El desafío de Cospedal está obligando a mirar con lupa los Estatutos aprobados realmente en el congreso del PP, tema sobre el que hay controversia. Los partidarios de Juanma Moreno repiten que se ha aprobado una enmienda que impide a quien ostente un cargo público institucional a nivel nacional, ministra de Defensa, por poner un ejemplo, ser simultáneamente presidente del PP a niveles regionales.

Sin embargo, tal enmienda no está incorporada al Estatuto surgido del congreso de 2017. El texto ("Los presidentes, secretarios provinciales e insulares del partido sólo son compatibles con cargos de representación institucional en corporaciones locales y provinciales, en Parlamentos autónomos y el Senado"), no está incluido y puede comprobarse.

Los "juanmistas" explican que la enmienda aún no está incluida en los Estatutos oficiales colgados de la página web, como ayer desveló Libertad Digital, pero que lo estará pronto, algo que discuten otros sectores del PP. Y siempre, y en cualquier caso, habrá excepciones, como evidencia el caso Cospedal.

Moreno y la "renovación" del PP andaluz

En un partido fuertemente jerarquizado y organizado verticalmente, de arriba abajo, no es posible renovación alguna, esto es, la "morenización" total del PP, si no se renuevan todas las cúspides de la organización. Juanma Moreno no ha logrado aún su renovación deseada, esto es, aquella que le puede dar, por fin, el control definitivo del aparato del partido en Andalucía, hoy en manos de diferentes personas, unas más próximas y otras muy lejanas de sus aspiraciones.

Para controlar el PP andaluz, Moreno debería eliminar de la escena, al menos, a los presidentes de Sevilla, Córdoba, Jaén, Granada, Almería y Cádiz, con alguna duda en Huelva. Sólo quedaría como intocable la provincia de Málaga porque ya la controla su amigo Elías Bendodo, aunque tenga como garbanzo negro al alcalde de la capital, Francisco de la Torre, que siempre ha ido por libre.

Si bien por razones accidentales, Moreno cuenta con la ayuda de Javier Arenas y sus amigos en Sevilla, Cádiz y Almería, tiene adversarios importantes que no quieren ser víctimas de la "morenización".

En Sevilla, Juanma Moreno no toca bola. La presidencia la ostenta Juan Bueno, un hombre de los primeros equipos de Javier Arenas luego devenido en crítico tras la defenestración anticipada de José Luis Sanz, alcalde de Tomares, en aquel espectáculo ofrecido por Rajoy desautorizando a su secretaria general, Cospedal, en 2014.

Bueno ha "echado" de su equipo dirigente a la número 3 de Juanma Moreno en el PP de Andalucía, Virginia Pérez, pieza de Javier Arenas, y sigue manteniendo relaciones intensas con Juan Ignacio Zoido que parece señalar a José Luis Sanz como futuro alcalde de Sevilla, pretensión que podría irse al traste si ésa fuese la salida que Rajoy le está buscando a Arenas.

En Córdoba la presidencia la ostenta José Antonio Nieto, que fue el primer candidato a presidir el PP andaluz en quien pensó María Dolores Cospedal. Según fuentes del PP andaluz, Javier Arenas reventó la operación con una negativa rotunda y Cospedal tuvo que buscar a un nuevo candidato. Obviamente, Nieto era y es un hombre del frente Cospedal y, como se ha comprobado con su nombramiento en Interior, muy amigo de Zoido. Desde la regional del PP, puede impulsarse alguna candidatura alternativa.

En Jaén, el problema es algo diferente puesto que José Enrique Fernández de Moya, su actual presidente, está en la órbita de Cristóbal Montoro y, por herencia, de Javier Arenas. No es un cospedaliano declarado, pues, pero no quiere renunciar a su presidencia regional.

En Granada, hay montado un cacao monumental como consecuencia de la guerra intestina en la que tuvo que dimitir como alcalde de Granada, el histórico dirigente popular, José Torres Hurtado, según él mismo, por las intrigas de Sebastián Pérez, actual presidente del PP granadino.Pérez es hoy abierto partidario de Juanma Moreno, al que, realmente, no le conviene ninguno de los dos sino una tercera vía reconciliadora y bajo su tutela directa.

En Almería, el presidente histórico del PP, Gabriel Amat, es un arenista confeso, y ya veremos si mártir, porque está agobiado, de manera sistemática, por asuntos judiciales que han minado su prestigio. Además, ya tiene una respetable edad que invita, de manera natural, a su sustitución.

En Cádiz, Antonio Sanz es un presidente también histórico, mano derecha de Javier Arenas desde sus tiempo más mozo y secretario general implacable contra los enemigos del "campeón de Olvera" por el que sacrificó su carrera política personal. Aunque actualmente, como Arenas, no se opone frontalmente a Juanma Moreno porque ambos luchan contra Cospedal y sus huestes, no parece dispuesto a renunciar a la presidencia gaditana.

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