El Gobierno catalán dice que la fiscal acosada debería estar abierta a recibir "críticas"

La consejera de la Presidencia, Neus Munté, ha condenado los insultos que recibió la fiscal jefa de Barcelona, Ana Magaldi, si bien los ha enmarcado dentro del derecho a la "libertad de expresión" y ha denunciado una doble "vara de medir" en Cataluña.

Después de que Magaldi haya anunciado que estudia abrir diligencias contra el joven que el pasado viernes día 10 la increpó a las puertas del juicio del 9N, donde fue recibida a gritos de "fascista" y "vete de Cataluña", Munté ha deplorado "todos" los insultos, vengan de quien vengan.

Munté ha discrepado de Magaldi, que ha asegurado que, a diferencia de los políticos, recibir ese tipo de improperios no le "va en el cargo".

"En ningún sueldo debería entrar recibir insultos", ha precisado Munté, que ha recalcado que todo servidor público debe estar abierto a recibir "críticas" por su trabajo, pero "aceptar que en un sueldo público cabe el insulto es muy poco gratificante".

Anima a no denunciar

Vistas las imágenes disponibles del incidente del viernes, Munté no detecta "nada que no forme parte de la libertad de expresión", por lo que ha invitado a Magaldi a decidir con "calma, cabeza fría y rigor" si debe emprender alguna acción legal.

"Como gobierno no nos consta ninguna denuncia ni incidente remarcable que se produjese durante el juicio del 9N", ha insistido Munté, aunque, "si considera que se ha sentido agredida por una mirada o una palabra de un ciudadano, sabe perfectamente a qué mecanismos recurrir".

En cambio, ha apuntado que cargos separatistas han ido acumulando toda una "lista de insultos, algunos gravísimos", incluso constitutivos de "delito penal", que "han tenido que escuchar y que no ha pasado absolutamente nada". En su opinión, la reacción cambia según sean los afectados partidarios o detractores del proceso separatista.

Por ello, ha dicho que no es "tolerable" que a un "movimiento tan cívico" como el separatismo "se le acuse de coaccionar y amenazar" por un incidente "reprobable" protagonizado por una "pequeñísima minoría", en contraste con la concentración "pacífica" del primer día del juicio del 9N a las puertas del Palacio de Justicia de Barcelona.