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Febrero en Coslada: ¿La refundación de Ciudadanos?

Rivera y Girauta debatirán contra Jordi Cañas en la comisión de ideario. 

Rivera y Girauta debatirán contra Jordi Cañas en la comisión de ideario. 
Albert Rivera e Inés Arrimadas. | EFE

Pese a ser considerado, junto a Podemos, un actor esencial de la "nueva política", Ciudadanos celebra este fin de semana en Coslada, una localidad del Corredor del Henares, al este de Madrid, su IV Asamblea General. Baste decir que los de Pablo Iglesias celebrarán siete días después su segundo congreso, tres años después de su fundación, para darse cuenta de que, de facto, Rivera es un líder más veterano que el podemita, aunque no es menos cierto que su ámbito de actuación, hasta 2015, se circunscribía a Cataluña.

El líder naranja, reelegido en unas primarias testimoniales para presidir al partido hasta 2021, no enfrenta problemas internos, si por tales se entiende tener a un Errejón en el escaño contiguo, pero el proceso precongresual no ha sido el paseo militar que muchos podían presagiar. Sobre todo a cuenta de una cuestión eminentemente ideológica, de etiqueta si se quiere, pero ideológica, como es si el partido naranja debe apelar o no, dentro su transversalidad, a la "socialdemocracia".

La palabra, incrustrada junto a otra voz, la de "socialismo democrático", por el constitucionalista Francesc de Carreras en el ideario que data de 2007, desaparece de la ponencia de ideario que este sábado defenderán en el Teatro Nuevo Coslada el propio Albert Rivera y el portavoz parlamentario, Juan Carlos Girauta. Ambos ya dieron la batalla en el Consejo General del pasado 17 de diciembre, cuando la enmienda a la totalidad se quedó a apenas tres votos de salir adelante. La posibilidad de transacción con los críticos catalanes agrupados en la plataforma Mejor Unidos, que ganaron al aparato las elecciones a compromisarios, siendo el más votado el exportavoz en el Parlament de Cataluña, Jordi Cañas, se ha esfumado esta semana.

Se irá, por tanto, a una votación que podría ser secreta (si lo pide un quinto de los compromisarios de la comisión de ideario, aproximadamente cuarenta de ellos) y que luego deberá ratificar el plenario del Congreso, compuesto por más de seiscientos militantes, incluidos los miembros de la Ejecutiva. Es decir, un todo o nada, aunque Rivera, preguntado esta semana en el Congreso por si sería una derrota política que ganase la enmienda socialdemócrata, se limitaba a definirse como "un compromisario más".

Rivera y Girauta VS Cañas

Para el líder centrista se trata de mirar al futuro: "Tenemos que adaptar nuestras ideas, nuestros estatutos, nuestra estrategia a 2017, no a 2005. No somos un partido autonómico, somos un partido nacional, europeista". Pero los críticos consideran que no hay por qué avergonzarse del origen del partido, e incluso cargos públicos de Ciudadanos que no se consideran socialdemócratas, sino liberales, subrayan la importancia estratégica de esa definición para combatir electoralmente en lugares como el célebre cinturón rojo de Barcelona, teñido de naranja por Inés Arrimadas en las autonómicas de septiembre de 2015.

El mensaje colgado en su perfil de Facebook por Jordi Cañas, tras ser elegido compromisario, es elocuente: "Yo soy hijo de una familia trabajadora. De gente que ha trabajado muy duro toda su vida. Con unos padres que me han transmitido valores que no se pueden pagar con dinero ni se estudian en Masters caros. Y entre otras muchas cosas, me enseñaron que uno no debe olvidar de donde viene, ni renunciar a lo que es, ni a olvidarse de los suyos. Ni avergonzarse de sus orígenes. Ni perder su identidad. Porque esos son sus cimientos".

Un informe de gestión con diapositivas

Por lo demás, el Congreso de Coslada votará un informe de gestión de la Ejecutiva saliente que será defendido el sábado por el nuevo secretario general, José Manuel Villegas. El texto, remitido con retraso a los afiliados y compuesto exclusivamente por una serie de diapositivas, sin texto alguno, ha soliviantado a muchos, que lo consideran poco presentable y ejemplo de que en el equipo de Rivera falta la cualificación y la meritocracia de la que se presume en público. Con los fríos números en la mano, la anterior Ejecutiva fue mandatada en 2011 a lograr el objetivo de obtener un grupo propio en el Parlament de Cataluña. Una meta que, como es obvio, ha sido rebasada ampliamente, aunque difícilmente alguien podía vaticinar hace un lustro la profunda e histórica transformación que ha vivido el sistema político español en su conjunto.

Además de en ideario, se debatirán enmiendas a la totalidad de la estrategia política, con la entrada o no, y cuándo, en gobiernos de coalición como principal asunto de debate; y habrá también enmiendas a la totalidad de los estatutos, donde el aparato riverista ya ha mostrado su disposición a transaccionar el polémico artículo que penalizaba las corrientes críticas, sustituidas en un nuevo redactado por "grupos organizados". En palabras del propio Rivera, se trata de protegerse contra operaciones de infiltración desde otras formaciones o de lobbies que quieran influir ilícitamente en la vida de Ciudadanos.

Casado y Maillo, invitados

El discurso final de Rivera el domingo, en la clausura del congreso, tendrá como oyentes a dos vicesecretarios del PP, Fernando Martínez Maillo y Pablo Casado, aunque no está confirmada la presencia de ningún invitado del PSOE. El líder centrista afronta esta nueva etapa con su núcleo reforzado y con pocas novedades. De los trece miembros de la Comisión permanente de la Ejecutiva nueve son catalanes, entre ellos Villegas, Arrimadas, Girauta y los secretarios de comunicación y organización, Fernando de Páramo y Fran Hervias, dos personas de la máxima confianza de Rivera.

De los nuevos, hay que destacar a Toni Roldán, quien ya es portavoz adjunto en el Congreso y que se ocupará de la secretaría de estudios y programas. Roldán, diputado por Barcelona, es un estrecho colaborador del cerebro económico del partido, Luis Garicano. El madrileño Miguel Gutierrez, secretario general del grupo parlamentario, también formará parte de esa permanente, junto a la portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís. No estarán, en cambio, los líderes andaluz y madrileño. Juan Marín se encargará del área de comercio e Ignacio Aguado, sin duda el dirigente más relegado por Rivera, tendrá como atribución coordinar el área de deportes.

Entre los retos de futuro, Ciudadanos debe mejorar su implantación en las cinco comunidades autónomas donde aún no tiene representación: País Vasco, Navarra, Galicia, Canarias y Castilla-La Mancha. Siendo una fuerza minoritaria o residual en esos territorios, se antoja difícil que Rivera cumpla algún día su mayor ambición: mudarse al Palacio de La Moncloa.

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