El apoyo, aparentemente incondicional, que Ciudadanos ha prestado a Susana Díaz y cuyas contraprestaciones no se conocen con precisión y profundidad, está haciendo crecer la oposición interna en Andalucía y otras partes de España hacia el "clan de la Manzanilla" que representa Juan Marín y asimismo el miedo electoral a la repercusión que la trayectoria de Ciudadanos pueda tener en el inmediato futuro.
Susana Díaz es la más beneficiada de la situación puesto que un choque de trenes a estas alturas de la batalla interna del PSOE por el liderazgo significaría el descalabro total de sus aspiraciones. Por ello, resulta sorprendente cómo el equipo dirigente de Ciudadanos no exige más cambios en la política andaluza que acerquen a sus postulados políticos nacionales.
Por el contrario, hace cuatro días se asistió a la negativa de Ciudadanos a forzar un pleno específico sobre la situación de la sanidad mientras las mareas blancas de manifestantes contra la baja calidad de la organización de la salud en Andalucía llenan las calles de dos provincias, Huelva y Granada, y se extienden por Málaga, Jaén, Sevilla y Cádiz.
Este lunes, Ciudadanos advirtió al gobierno de Susana Díaz que pedirá dimisiones si no hay medidas claras para resolver el problema de la sanidad andaluza. Pero no fue Juan Marín quien exhibió la presión sino Isabel Albás, la responsable de Salud de Ciudadanos en Andalucía. Es más, llegó a decir que aceptarán la convocatoria de un pleno especial sobre el tema, el mismo que rechazaron hace cuatro días, si la respuesta de la Junta no es satisfactoria.
Ahora, Ciudadanos se presenta como adalid de las demandas sanitarias, desde el aumento de los centros hospitalarios -Granada y Huelva no quieren la fusión de sus hospitales y Ciudadanos reconoce que las cosas no se han hecho bien- a la disminución de la eventualidad existente en el sector, pasando por la reducción de las listas de espera y la mejora de los Centros de Atención Primaria.
El dictamen de C’s sobre el fraude de la formación
El segundo gran flanco que esta semana va a ver abierto Ciudadanos es la presentación del informe del Presidente de la Comisión de Investigación del Parlamento andaluz sobre el fraude de la formación profesional en Andalucía, que tiene lugar este mismo martes en la cámara andaluza.
Recuérdese que el presidente de la Comisión es Julio Díaz, un exmilitante del PSOE ahora dirigente de Ciudadanos, que fue encumbrado a esta responsabilidad con el beneplácito del PSOE de Susana Díaz.
No deja de ser curioso que haya tardado cuatro meses más que los respectivos grupos parlamentarios en elaborar sus conclusiones. Pero, como explicó este lunes y recoge Europa Press, su trabajo no va a consistir en otra cosa que hacer una labor de síntesis de las propuestas y conclusiones de los grupos parlamentarios, por lo que tendrá que contentar al PSOE y a la oposición, algo improbable.
De todos modos, Julio Díaz ha anunciado que Ciudadanos no hará lo que hizo Izquierda Unida en el caso de la Comisión de Investigación sobre los ERE, dejar las cosas en general sin concreciones y determinación de responsabilidades. Es más, ha advertido que su propuesta incluye responsabilidades políticas con "nombres y apellidos".
Se verá si esos nombres coinciden con los de Manuel Chaves, José Antonio Griñán y Susana Díaz, como quiere la oposición, desde el PP a Podemos pasando por IU, o si baja el listón para afectar meramente a algunos consejeros, viceconsejeros y directores generales.
Hasta marzo no se votará el texto definitivo conjunto de la Comisión tras la presentación de las enmiendas por parte de los grupos parlamentarios andaluces al texto de Julio Díaz, que tienen de plazo hasta el 20 de febrero para entregarlas. En el momento final y cumbre, Ciudadanos tendrá que votar con el PSOE o votar con la oposición y esa votación tendrá lugar en el ecuador de la batalla por la secretaría general del PSOE.