Buena parte de la tertulia de Al Rojo Vivo estuvo dedicada a la Conferencia de Presidentes y en concreto, a Cristina Cifuentes y su política fiscal. Tras las críticas que recibió de algunos barones, con Susana Díaz a la cabeza, por negarse a recuperar Sucesiones y Donaciones, este miércoles era Miguel Ángel Revilla quien cargaba con dureza contra la presidenta madrileña desde los estudios de La Sexta.
El excéntrico presidente de Cantabria –que presume de economista pese a afirmar que el Ibex 35 está compuesto por cientos de empresas– se molestó porque Cifuentes presumiera de bajar impuestos y advirtió de que pidió la palabra y espetó a la presidenta madrileña que había "preguntado el día anterior dónde se gastaba la mayor parte del presupuesto que tengo para asuntos de protocolo". "¡En Madrid!", exclamó, "porque hay que venir a Madrid todas las semanas". Vamos, que para Revilla, Madrid puede bajar impuestos porque no tiene que gastar el dinero en viajes a la capital.
También afirmó que ser capital de España era un "chollo" y destacó que Cifuentes puede presumir de gestión porque en Madrid no hay vacas ni prados, sino "casas, 20.000 taxistas" y "ni un hotel vacío". Todo esto soliviantó mucho a Revilla, que, además, enfatizó que si el objetivo "es que la gente no se vaya de los pueblos…", habría que hacer otras cosas, porque sino "si lo que queremos es que toda la gente se venga a Madrid, pues venga, ¡todos al atasco!".
Pero estas explicaciones de Revilla no fueron lo más destacado de la tertulia. La sorpresa la dio uno de los invitados: Javier Sardá se salió del guión con varias críticas al modelo autonómico que dejaron estupefacto a Revilla, poco acostumbrado a que le lleven la contraria en el programa. Entre otras cosas, Sardá lamentó el "café para todos" y el disparate que había supuesto, denunció que con el sistema actual "se solapan unas administraciones con otras" –"no hago más que pagar impuestos", lamentó– e instó a Revilla a bajar los impuestos como Cifuentes en lugar de empujarla a subirlos.
Revilla le pidió "media hora" para convencerle de las bondades del sistema autonómico: "En media hora te hago cambiar de opinión", prometió. Otro de los contertulios, Fernando Berlín, escandalizado, se preguntó si también habría que eliminar la educación y la sanidad pública "y los seres humanos también, que son carísimos". El debate duró poco: el presentador, Antonio García Ferreras, introdujo en ese momento otro tema, el de Luis Bárcenas, que sigue declarando en la Audiencia Nacional.