Una de las prioridades del Gobierno de la Generalidad es la difusión del procés en Europa, la obtención de apoyos internacionales para la causa de un referéndum de independencia y el establecimiento de relaciones diplomáticas al margen de España. Prueba de ello es la existencia de un consejero minister de Asuntos Exteriores y Relaciones Internacionales, Raül Romeva, el exeurodiputado de Iniciativa per Catalunya que encabezó la lista de Junts pel Sí. Artur Mas era el número cuatro por Barcelona y Carles Puigdemont, el tercero por la provincia de Gerona.
La misión de Romeva era llevar el proceso separatista al seno de la Unión Europea aprovechando la teóricamente amplia red de contactos e influencias que había acumulado durante su periplo de diez años en el parlamento europeo, pero en el año que lleva al frente de la cartera no ha logrado ni uno solo de sus ambiciosos propósitos. Todo han sido plantones, mentiras, momentos embarazosos y palos de los medios. El último revés, la intervención de Puigdemont en el Parlamento Europeo que en realidad es una conferencia organizada por tres eurodiputados catalanes en Bruselas. Con Puigdemont viajarán Romeva y Oriol Junqueras
Puigdemont, que en sus años mozos dedicó uno sabático a recorrer Europa, protagonizó su primera salida al extranjero en mayo del pasado año. En teoría, iba a ser recibido por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que le dio plantón. Ante el bochorno "diplomático", Puigdemont dijo que su intención no era la de reunirse con ninguna autoridad de la UE. "El día que quiera, lo pediré y lo conseguiré", afirmó el presidente de la Generalidad. La Comisión Europea reaccionó en horas con un desmentido en toda regla. La secretaría de Juncker alegó problemas de agenda, los mismos que acuciaban a Martin Schulz, con quien también trató de verse en vano Puigdemont.
Dos semanas después, el president se desquitó en Londres con un protocolario encuentro con el exprimer ministro escocés Alex Salmond. Sin embargo, la noticia de la gira británica fue el revolcón dialéctico que sufrió a cargo de la dirigente de Sociedad Civil Catalana (SCC) Miriam Tey en un coloquio organizado por la Generalidad en el Chatham House de Londres.
Dos días después, la diplomacia de la Generalidad "conseguía" un demoledor artículo en The Economist sobre la política lingüística de la Generalidad y las multas a empresarios. "En Barcelona, hazlo en catalán... o paga la multa" se titulaba la pieza.
Dados los magros resultados hasta ese momento del despliegue internacional, la Generalidad anunció la apertura de diez nuevas embajadas catalanas, una de ellas ante el Vaticano, de las que no se ha vuelto a tener noticia. Ante su inexistente situación en el panorama internacional, el nacionalismo acogió el Brexit con inusitada alegría en tanto que activaría la petición de un segundo referéndum en Escocia y haría cambiar a la Unión Europea de criterio a la hora de afrontar los procesos secesionistas. Esas posiciones acabaron de colocar el proceso separatista en el cajón de los populismos.
Papelón de la "primera dama"
Hasta la esposa del presidente catalán, Marcela Topor, se ha visto implicada en la política exterior. Topor dirige un programa de entrevistas en la televisión de El Punt Avui y a una de ellas acudió el cónsul de los EE.UU., Marcos Mandojana, quien advirtió a la señora Topor de que "España es un gran aliado de los Estados Unidos y nos interesa que se mantenga fuerte y unida".
El penúltimo fiasco corrió a cargo del propio Romeva, que pretendió hacer creer que había sido invitado por el Gobierno de Finlandia. La embajada finlandesa emitió una demoledora nota en la que sostenía: "Ni el gobierno de Finlandia, ni el parlamento, ni ninguna otra autoridad finlandesa es su anfitrión". En realidad, quien había invitado al minister era el partido xenófobo "Auténticos Finlandeses".
Así pues, la única buena noticia en un año de fracasos internacionales ha sido la inclusión del presidente autonómico en el elenco de actores secundarios que pueden arruinar 2017, según la publicación estadounidense Politico. La portavoz del ejecutivo regional, Neus Munté, se consoló al afirmar que el listado colocaba el proceso en el mapa internacional.