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Guerra abierta en Podemos: Errejón y los pablistas, 'a palos' en Twitter

Partidarios de los dos machos alfa del partido se enzarzan en las redes la víspera de Nochebuena. División total a dos meses de Vistalegre II.

Partidarios de los dos machos alfa del partido se enzarzan en las redes la víspera de Nochebuena. División total a dos meses de Vistalegre II.
Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, hace unos días, en una reunión de la ejecutiva de Podemos. | Archivo

¿Habrá felicitación navideña este noche de Pablo Iglesias a Íñigo Errejón? ¿Y a la inversa? No sabemos si los líderes de Podemos, sus dos machos-alfa por seguir la terminología acuñada por su secretario general, estarán de humor para cumplir con el protocolo social. Desde luego, viendo los mensajes que se mandan, ellos y sus partidarios, por las redes sociales no parece que el espíritu de fraternidad, unión y compañerismo propio de estas fechas esté presente en la cúpula del partido morado.

La semana ha sido complicada en Podemos. Sobre todo para los afines a Errejón, que cada día dan un paso más en el proceso de ruptura con la dirección de la formación. Y cuando no dan ese paso ellos mismos… les empujan.

El enfrentamiento viene de lejos, de dos concepciones de partido muy diferentes. Una, la de Errejón, no tan diferente en el fondo que la de Iglesias, con la que comparte radicalismo programático y las recetas de la extrema izquierda populista bolivariana, pero que es más partidaria de compromisos con otras fuerzas políticas en la búsqueda del poder. La otra, la del secretario general, menos dispuesta a las componendas y segura de que sólo la pureza ideológica y en el discurso facultará a Podemos a "asaltar los cielos".

Y en medio, como en todos los partidos políticos que la historia ha conocido, una lucha soterrada por el poder maquillada detrás de una discusión programática. Errejón quiere un Podemos alejado de Izquierda Unida y más autónomo, más proclive a acuerdos con el PSOE. Una formación, en teoría, más atractiva para el votante socialdemócrata moderado pero desencantado de los socialistas. Mientras, Iglesias exige unidad en torno a su figura, jerarquía, ordeno y mando, y un partido más cercano a los movimientos de extrema izquierda clásicos (desde el PCE a los anticapitalistas).

La cronología

Pues bien, lo que durante muchas semanas se intentó mantener alejado de los focos ha estallado esta semana. Y en este día 24 de diciembre, la pelea ha tomado tintes tragicómicos, con acusaciones cruzadas en las redes de todo tipo.

Todo empezó el jueves, cuando se conocían (con retraso y explicaciones no muy claras sobre fallos en el sistema de votación) los resultados de la primera gran consulta a las bases para preparar el famoso Vistalegre II, el congreso convocado para febrero y que debe sentar las bases del nuevo Podemos. Ganó la propuesta de Pablo Iglesias, pero el resultado (41% frente al 39% de la opción de Errejón con un 10% de los Anticapitalistas) dejaba claro que el secretario general ya no disfruta del control absoluto sobre el partido que siempre ha buscado.

Tan amarga fue la victoria de Iglesias que los errejonistas tardaron poco en celebrar su derrota. Es más, su interpretación fue que ese 41-39 les legitimaba para abrir el debate. Entonces llegó la respuesta, inesperada y contundente, de la dirección. Como si quisiera demostrar quién manda realmente, este viernes el sector pablista tomó una decisión que se puede interpretar como una declaración de guerra en toda regla y destituyó a José Manuel López, una de las cabezas más significativas del errejonismo, de su cargo de portavoz en la Asamblea de Madrid. Ramón Espinar, fiel a Iglesias, fue el encargado de asestar el golpe.

La trifulca en Twitter

Entonces comenzó la batalla. Una lucha dura en la que han participado prácticamente todos los grandes líderes de la formación morada. Los mismos que hablan de "unidad" en cada entrevista, llevan desde este viernes por la tarde tirándose los trastos a la cabeza en Twitter. ¿Espíritu navideño? No en Podemos, desde luego.

Empezó Íñigo Errejón, con este tuit:

Luego, el secretario general echó un poco más de leña al fuego con dos entrevistas en dos de los medios más seguidos por los seguidores de Podemos. Así, en La Marea Errejón habla del miedo que Podemos suscita en buena parte de la población y pide escoger una estrategia diferente, para ampliar su base electoral: "Una fuerza política transformadora no es aquella que choca de frente contra el sentido común de su pueblo, sino lo que hace con una buena parte de las ideas de su pueblo y las reinterpreta en otro sentido". Casi a la vez, El Diario también publicaba otra entrevista con el secretario político de la formación morada, en la que éste defiende las mismas tesis: "No necesitamos un Podemos que afirme una lógica de resistencia, sino que necesitamos un Podemos que asuma que ahora hay condiciones para avanzar posiciones y abrirse más. (…) Corremos el riesgo de entender que es una fase de resistencia, que hay que cerrarse y fortalecer el espacio tradicional de la izquierda".

A partir de aquí, el lío estaba servido. Los pablistas respondieron a lo que consideran un ataque del que todavía es el número 2 del partido con un hashtag que habla por sí mismo #ÍñigoAsíNo. Y casi nadie ha sido capaz de caer en la tentación de tuitear… en un sentido o en otro:

Rafa Mayoral, pablista

Ramón Espinar, todavía más pablista

Irene Montero, pablista entre los pablistas

Pablo Echenique, excrítico reconvertido en número 3 y pablista de pro

Íñigo Errejón, el mensaje del díscolo (por cierto, lo del hashtag en femenino no tiene que ver con la lucha interna en Podemos; por otro lado, el partido con menos mujeres en puestos de dirección de relevancia de todo el arco parlamentario)

La respuesta de Rita Maestre (errejonista) a Echenique. ¿Mensaje subliminal de algún tipo?

Miguel Vila, errejonista de pro, disparando con bala con uno de los lemas más queridos de Podemos:

Tania Sánchez, ex pablista reconvertida a líder del errejonismo

Pablo Bustinduy, errejonista que también tercia, aunque esté en el extranjero

Y para terminar, el mensaje navideño de Pablo Iglesias. El líder no se mete en la refriega directamente. Prefiere dejar que sean sus fieles los que pongan los puntos sobre las íes. El secretario general se conforma con adelantarse al Rey con su ya tradicional vídeo-mensaje navideño. En el mismo, manda "un abrazo". ¿A quién?: "A todos mis compañeros, a los que están de acuerdo conmigo y a los que no están de acuerdo conmigo". ¿Será éste un abrazo fraternal o el abrazo del oso? Quedan dos meses para Vistalegre II. Mucho tiempo todavía para mandar mensajes en las redes sociales. La lucha en Podemos parece que no ha hecho más que empezar.

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