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Odio africano, inquina y bilis contra Aznar de Antonio Lucas en 'El Mundo'

Aznar manda a Rajoy a freír monas y la prensa se divide entre quienes le ponen a parir y quienes lo ignoran.

El Mundo dice que "Aznar rompe con Rajoy, desencantado con su política". "Moncloa rehúsa pronunciarse". Pero en este periódico todo el mundo opina. Opina Federico Jiménez Losantos, que dice que la marcha de Aznar constata "que en España ya no hay un partido liberal-conservador que represente a esa amplia clase media, espina dorsal de nuestra nación (...) Sin el PP de Aznar el centro derecha español se queda, por primera vez, sin partido político que lo defienda porque La Sexta no lo hará. Y esa es una pésima noticia". Seguro que Wyoming le dedica varios especiales. En la columna de al lado, Antonio Lucas deja en pañales al presentador del Intermedio. "Lo que recuerdo del legado de Aznar es algo tirando a siniestro", dice, y menciona especialmente "la invasión de Irak". "Aznar , en su halconada arrogancia ajena a la verdad del mundo insiste en que la guerra fue lo mejor. Qué fardo de hombre (…) De la estela de Aznar no queda nada en Génova. Algo parece que han hecho bien", dice con un odio enfermizo. "Este hombrecillo de Estado lleva mucho tiempo dando la murga para nada. Enredando. Loco por incordiar", continúa machando con inquina. "Aznar no es un un hombre simpático ni hace por serlo. Pero no cae mal por eso. La antipatía que despierta Aznar tiene que ver con lo que dice y con cómo lo dice. Porque habla con ese despliegue de suficiencia de los bajitos que se suben a una silla". ¿Será bajito Antonio Lucas? Porque escribe con la misma suficiencia que denuncia. Cuánta bilis innecesaria. El editorial dice que "los motivos que le han movido a esta renuncia se deben, básicamente, a la distancia personal y política tanto con Mariano Rajoy como con el PP que éste ha moldeado. La renuncia de Aznar supone fundamentalmente la ruptura con Rajoy". Ay, esos dedazos. Lucía Méndez dice que el problema de Aznar es que "cree que se equivocó al designar a Rajoy como su sucesor. Y no se lo puede perdonar a sí mismo. De ahí el tormento interno, el permanente sufrimiento que se asoma a su rostro". Bueno, nunca tuvo muy buena cara, todo hay que decirlo. "Cansado de darse cabezazos contra la pared y olvidado por la mayoría de los suyos, ha tirado la llave simbólica que le ataba a su criatura. Tanta paz lleve como descanso deja", dice la antigua colaboradora de Aznar que dicen en Moncloa. Cría cuervos.

El País relega a su eterno enemigo a una columna en señal de desprecio. "Aznar culmina su alejamiento de Rajoy y deja la presidencia de honor del PP". Dice El País que es un "momento inoportuno". Como si a Prisa le haya parecido oportuna cualquier cosa que haya hecho Aznar. "Dirigentes del partido expresaron una sensación de alivio", dice. Y ahora el PP vive en vilo "en espera de nuevos ataques", "barra libre para las críticas". Tampoco es que se haya cortado mucho nunca. Dice Javier Casqueiro que Aznar sabe que se había "equivocado" con la designación de Rajoy como sucesor desde 2004. "Son dos personajes antitéticos, con perfiles y caracteres opuestos, discursos antónimos y maneras de ser abismalmente diferentes". Pues qué calladito se lo tenía Rajoy cuando fue ministro y vicepresidente de Aznar. Oye, ni mu decía entonces. Y cuenta que es que a Aznar le ha sentado como una patada en el estómago que el PP quiera que el título de presidente honor deje de ser vitalicio para ser votado en una lista. "A Aznar le habría gustado convertirse en una figura en el PP, ajena a las votaciones". Anda, pues como Rajoy. Tampoco son tan diferentes.

ABC supera a El País y no dedica a Aznar ni el titular de su segunda portada. Dice en páginas interiores que "Aznar se divorcia del PP tras una tensa convivencia política". Jaime González dice que la excusa de querer ser más independiente es una chorrada, que "ha dicho cuanto ha querido en cualquier circunstancia que le pareciera propicia o necesaria, sin menoscabo alguno ni limitación aparente, lo que significa que hizo el más amplio uso de su libertad para discrepar de las líneas esenciales del Gobierno de Rajoy y del partido". Es el único columnista que se molesta en comentar el tema. El resto pasa olímpicamente. Ignacio Camacho, siempre pegado a la actualidad, hoy la ignora y nos vuelve a dar la murga con la "zozobra del PSOE", un tema más que manoseado. Raro, raro.

La Razón al menos demuestra su alegría dándole cancha en portada. "Aznar deja la presidencia de honor y evita ir en la candidatura de Rajoy en el Congreso del PP". ¿La candidatura de Rajoy? ¿Es que hay otra candidatura? "El presidente elude pronunciarse y Génova interpreta la renuncia como 'una bofetada'". Oh, sí llorando a lágrima viva están. "A Aznar, el PP le viene pequeño", dice Marhuenda. "Es la decisión correcta si considera que ese cargo no le honra, por pura coherencia. Aznar sabe que gestionar el tiempo político es clave y ahora es el momento de Rajoy, cuyo objetivo es sacar a España de la crisis, aunque a algunos les parezca poco". No sé si le tiene más manía la izquierda o Marhuenda. Carmen Morodo intenta poner de víctima a Génova. "No se esperaban este golpe", como una plañidera, y le acusa de romper la unidad pepera "dando munición a la oposición sin razón ni justificación". Pero qué jeta tienen.

La Vanguardia abre a cuatro columnas. "Aznar rompe con Rajoy a las puertas del congreso del PP". Pero si no pintaba nada ya en ese congreso. Zarzalejos dice que el "desencuentro es idiosincrático, ideológico, estratégico", que no se trata de una "crisis pasajera sino de calado, de fondo y un disenso irreversible". Vamos, que éste no vuelve a casa ni por Navidad.

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