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La consigna de Génova a los alcaldes del PP: favorecer a las empresas que "colaboraban con la casa"

El exalcalde de Majadahonda reconoce presiones para amañar contratos y que solo entregaba las “aportaciones” a Álvaro Lapuerta.

El exalcalde de Majadahonda reconoce presiones para amañar contratos y que solo entregaba las “aportaciones” a Álvaro Lapuerta.
Guillermo Ortega, exalcalde de Majadahonda | EFE

La supuesta financiación ilegal del Partido Popular ha vuelto a escena en el juicio por la primera época del caso Gürtel (1999-2005). Guillermo Ortega, el alcalde de Majadahonda al que Esperanza Aguirre fulminó "por corrupto", ha señalado por encima del resto a Álvaro Lapuerta, que desde la tesorería de Génova habría presionado para que los Ayuntamientos adjudicaran contratos a las empresas que "colaboraban con la casa". Ha negado que, como sospecha la Fiscalía, amañase concesiones públicas en connivencia con Francisco Correa y se llenara los bolsillos con comisiones. También que pagara al gerente sucesor, Luis Bárcenas. Aunque, "como en cualquier otro partido", los municipios hacían aportaciones la PP de Madrid y en su caso a nivel nacional.

Guillermo Ortega, conocido en el entorno Gürtel como "Willy el Rata", ocupó las distintas concejalías en el Ayuntamiento de Majadahonda. Relevó en 2001 como alcalde a Ricardo Romero de Tejada, a su vez exsecretario general del PP de Madrid, y se marchó del consistorio en octubre de 2005. El hecho de que solo haya contestado las preguntas de su abogado da pistas de lo calculado de una declaración con un principal beneficiado: Luis Bárcenas. También busca un salvoconducto para librarse de los 50 años y 10 meses de prisión que solicita para él Anticorrupción por ocho delitos relacionados con la trama. Sobre todo, después de la enorme cantidad de dardos envenenados que ha recibido de parte de sus compañeros en el banquillo de los acusados.

"Mi abogado me va a echar la bronca, pero nunca he entregado a Luis Bárcenas cantidad ninguna. Ha sido un compañero de partido más. Está el general, él era coronel y yo era un pobre sargento", ha sostenido a favor de su "amigo" el extesorero. ¿Quién era ese general? De su versión se desprende que Álvaro Lapuerta –exento de acusación porque padece demencia senil– se posicionó al frente de la presunta caja B de Génova: "Yo todas las entregas de dinero que hago a nivel nacional son al señor Álvaro Lapuerta en presencia de don Luis Bárcenas. Porque el tema de la financiación ilegal en ningún momento es para Majadahonda".

El lío de la financiación ilegal

Willy Ortega se ha enrocado en los aspectos fundamentales de su defensa. Ha alegado que no amañó contratos públicos, que no recibió comisiones y que no claudicó ante las instrucciones de Lapuerta. "El PP de Madrid, como cualquier otro partido, a nosotros nos va diciendo que hagamos una serie de aportaciones. Esas aportaciones se le hacen siempre al Partido Popular de Madrid o al partido nacional". Según ha explicado, en clave regional se las entregaba a José Manuel Fernández Norniella, gerente del PP de Madrid y exsecretario de Estado de Hacienda, y al exalcalde de Majadahonda Romero de Tejada. La incógnita sin aclarar es si esas aportaciones tenían origen en dinero público, en amaños o en donaciones a la corporación municipal del PP.

Lo que sí ha aclarado, es que recibió consignas para favorecer a aquellos empresarios que pagaban al Partido Popular. "Aquí se ha denunciado un fax que parece ser que yo recibí en mi despacho y que en principio vendría por alguien de la sede nacional en la que se me pedía que adjudicase obras a cuatro o cinco empresas. Yo ese fax no lo he recibido nunca. Es verdad que recibo una llamada de don Álvaro Lapuerta pidiéndome que a las empresas Licuas y Coarsa las intentase echar una mano en todo lo posible porque era gente que colaboraba con la casa".

Ni amaños, ni comisiones

¿Qué sabe usted de la cuenta Gabinete y de la cuenta Willy? Le ha preguntado su abogado en referencia a dos apuntes contables. La Fiscalía cree que son reservas donde la Gürtel acumulaba dinero negro de negocios con el Ayuntamiento de Majadahonda para gastos personales del entonces alcalde. "Nada, lo que he sabido por los medios que fueron publicadas bajo secreto de sumario. No sé absolutamente nada. Yo entiendo que es una cuenta del señor Correa según ha explicado él aquí, pero ni la he elaborado, ni he participado, ni sé a qué se refiere en la mayoría de los apuntes".

También ha zanjado el debate sobre la posibilidad de adjudicar contratos a dedo. "Casi imposible", ha espetado, "en el sentido de que cómo lo iba a hacer. Tenía que ponerme de acuerdo con un concejal, con un técnico de una concejalía, con el interventor municipal, con un secretario y después con el órgano colegiado o quien fuese a firmar".

Su historia en el Ayuntamiento

Romero de Tejada dejó el Ayuntamiento de Majadahonda "arruinado" y "hecho un desastre". Así ha justificado Guillermo Ortega la creación de la llamada Caja Fija. Era un sistema que implantó como una línea rápida de pago para hacer frente a eventuales complicaciones. Por ejemplo, tal y como ha explicado, cuando llamaban al consistorio desde colegios públicos porque había cortado la calefacción por impagos. En el detalle de los contratos, ha establecido uno por uno que no tenían "nada que ver con Correa", dado que "conocía a los propietarios de las empresas".

Hablando del cabecilla confeso de la trama Gürtel, ha descrito su relación como "peculiar": "Cualquiera que diga que me ha caído bien desde un primer momento miente". Según Ortega, lo conoció en Génova un domingo vestido de Sport. Lo que comenzó como una relación mala termino en amistad, hasta el punto que se visitaban en casa sin previo aviso. En este punto, ha introducido otro regalo que para la investigación podría ser una comisión: "Mi hijo Guzmán se puso muy malito en el parto. Aquel fatídico 13 de agosto estuvo a punto de morir, y después Correa, para que me sintiera mejor y celebrar que había salido de la UCI y el nacimiento nos regaló un crucero por el Mediterráneo". El acusado ha avalado cada una de las concesiones que firmó como alcalde. La Oficina de Atención al Cliente que desarrollaron empresas de Correa "la implantaría en cualquier ciudad".

"No os aguanto más"

No haberse plegado a la corruptela marcada por Génova le costó su puesto. Al menos esa es la sensación con la que convive, según ha dicho ante el Tribunal. En 2003 se le juntaron dos campañas electorales. También una intervención de corazón que ha repetido en 2011 y en 2013. Cuando me llama la presidenta Aguirre y Francisco Granados para que dimita "no tengo la cabeza para más". Su contestación fue: "No es que dimita, es que me voy, no os aguanto más. Sois insoportables".

En lugar de echarle, ha explicado Ortega, le dieron "una patada para arriba" porque lo mandaron a la institución que gestionaba el mercado de Puerta de Toledo con un sueldo de consejero y pensó: "Para mi enfermedad me viene ideal". Ha citado a su amigo Jorge Barbadillo, entonces gerente del Palacio de Congresos y exposiciones de Madrid, como la persona que le reveló que es "idiota", porque había perdido su Ayuntamiento a raíz de que el propietario de la empresa Licuas, Joaquín Molpeceres, informara de que no estaba adjudicando ninguna obra ni a la suya ni a otras compañías afines al Partido Popular.

Sobre el resto de las supuestas dádivas, ha dicho que "indudablemente los relojes me gustan". Tenía cuatro o cinco relojes de lujo, "alguno de ellos me los regaló el señor Correa, yo también recuerdo haberle regalado algún reloj". Y así ha marchitado el "apartado Majadahonda" del caso Gürtel. El juicio volverá el día 16 de enero. El día D, según ha confirmado el Tribunal con la esperadísima declaración de Bárcenas. "A mí no me extrañó el apelativo de Luis el Cabrón porque nosotros le llamábamos el alemán, porque era cuadriculao", ha detallado Ortega. Le tocará contestar a Correa, que le situó a su mismo nivel en la presunta trama de corrupción.

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