La Audiencia Nacional ha suavizado la actuación rápida y contundente que había exhibido hasta ahora contra los nueve procesados por propinar una brutal agresión a dos agentes de la Guardia Civil y sus parejas en un bar del municipio navarro de Alsasua. Después de establecer los motivos por los que se puede acordar la prisión provisional, la juez Carmen Lamela ha acordado la libertad de cuatro de los siete sospechosos que se encontraban en prisión incondicional hasta la celebración del juicio aún sin fecha. Aunque la conclusión del sumario, que aterrizó muy avanzada de los Juzgados de Pamplona y se amplió a presuntos delitos terroristas, se prevé próxima.
En los autos por los que se acordó la prisión provisional de los procesados se expusieron los motivos que existían para el ingreso. "No han variado hasta el momento los indicios que apuntan a la participación de los procesados", según Lamela, "ni tampoco la calificación jurídica que al menos provisionalmente merecen aquellos". Sin embargo, en los casos de Aratz Urrizola Ortigosa, Julem Goicoechea Larraza, Jon Ander Cob Amilibia, Iñaki Abab Olea, Ainara Urquijo Goicoechea y Aritz Urdangarín Cano, "es difícil prever que lpuedan ocultar, alterar o destruir fuentes de prueba o que puedan actuar contra bienes jurídicos de las víctimas". De esta forma, les rebaja las medidas cautelares sustituyendo la cárcel por dos comparecencias a la semana en el Juzgado más próximo a su domicilio y la prohibición de salida del territorio nacional con retirada del pasaporte.
No ocurre lo mismo con Jokin Unamuno Goikoetxea, Adur Ramírez de Alda Pozueta y Oihan Arnanz Ciordia, también integrados en el movimiento "Aldehemendik!", "¡fuera de aquí". Para ello se valora su especial liderazgo y protagonismo en los hechos, "siendo Jokin quien comenzó la actividad frente a las víctimas, increpándolas, pidiéndoles que abandonaran el local y poniéndose en contacto telefónico con otras personas, entre las que se encontraba Adur, para que se constituyeran en el local. Ambos tuvieron una participación muy activa en los golpes propinados a los agentes de la Guardia Civil y sus parejas. Igualmente, Oihan fue el primero que se dirigió al teniente, cuando este acudió a los servicios, y le pregunto si era un madero, así como uno de los que agredieron después con más saña, moviéndose y acercándose continuamente a los dos guardias civiles de forma desafiante y chulesca y acercándose constantemente como si fuera a dar un cabezazo. Igualmente se ensañó con el sargento cuando este se encontraba en el suelo, dándole patadas y pisándole con gran profusión, utilizando gran destreza en sus movimientos. También se encaró con dos agentes de la Policía Foral de Navarra, llegando a levantar el puño a uno de ellos.
La juez señala que Oihan "ya ha protagonizado otras agresiones". También que Jokin y Adur se encuentran entre los principales promotores de las movilizaciones en Alsasua que emplean símbolos proetarras. Después de citar la larga lista de antecedentes que acumulan, expone que "puede inferirse racionalmente que los hechos que se imputan a los mencionados procesados no son unos hechos aislados, sino que los mismos vienen actuando de forma habitual, organizada y concertada con otras personas para la comisión de hechos en contra de la Guardia Civil".
Calificación jurídica
La magistrada atribuye a cada uno de los identificados, siete de ellos en prisión incondicional, delitos de terrorismo en concurso con odio, atentado y lesiones y les impuso una fianza de 6.000 euros para paliar las eventuales responsabilidades penales. En cuanto a otros dos menores reconocidos, se remitieron sus causas al Juzgado correspondiente.
Lamela entendió el pasado 10 de octubre con el respaldo de la Fiscalía que los hechos podían ser constitutivos de delitos de terrorismo. También de provocación a la discriminación, odio o violencia en el comportamiento de un grupo apoyado por Bildu, Sortu y Ernai que se dedica a amedrentar a miembros de la Benemérita, a sus familiares, amigos y quienes se relacionen con ellos para que abandonen la Comunidad Foral. Según la magistrada en base al atestado de la Guardia Civil de Navarra, esta corriente persigue desde sus inicios en 1998 la expulsión de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de la Comunidad Foral y del País Vasco. Contaron al principio con el apoyo de bandas como Jarrai, Haika y Segi, y ahora con el respaldo de Bildu, Sortu y Ernai. "A tal efecto, realizan todo tipo de acciones de protesta, presión y hostigamiento contra la Guardia Civil y sus familias, buscando provocarles una sensación de continuo miedo e inseguridad e impidiéndoles realizar una vida normal. Se han valido de actitudes provocadoras, concentraciones, pintadas y el uso de las redes".
Añade el auto que convierten en todo momento a los agentes en "objetivo de grupúsculos violentos, con el gran condicionante que supone para su vida diaria, llegando a tener miedo o dificultades para comprar en comercios, disfrutar del tiempo libre con su pareja sentimental o apuntar a sus hijos a actividades". Además, crean "un clima de miedo entre los ciudadanos, instándoles a no entablar ningún vínculo afectivo o simplemente de amistad o cortesía con miembros de la Guardia Civil, en un intento de aislarlos". Según la juez y los agentes, "el incumplimiento de estos preceptos por algún ciudadano le convierte automáticamente en objetivo de esos grupúsculos violentos".
Relato de los hechos
La resolución de Lamela replica el relato de la brutal agresión que sufrieron dos agentes de la Guardia y sus parejas la noche del pasado 15 de octubre en Alsasua. Todos los que participaron "conocían con anterioridad la condición del Teniente y el Sargento, siendo esta la única causa por la que fueron insultados y golpeados".
Un sargento de 35 años y un teniente de 25, ambos fuera de servicio, disfrutaban con sus parejas en el bar Koxka de las fiestas de octubre de la localidad. En un momento de la noche, un grupo de jóvenes identifica al menor de los agentes, posiblemente porque no hacía mucho tiempo que había participado en el rescate de un conjunto de expresos de ETA que se habían quedado aislados y atrapados en la nieve. Los miembros de la Guardia Civil y sus mujeres son rodeados por entre 20 y 25 personas y alguien les lanza un vaso. Les increpan con gritos tales como "esto os pasa por venir aquí", "tenéis lo que os merecéis", "iros de aquí", "hijos de puta", "cabrones, fuera de aquí", "perros" o "putos pikoletos", entre otros. Como la tensión se incrementa, deciden marcharse.
Pero ya es demasiado tarde. Porque empiezan a volar patadas y puñetazos por parte de decenas de personas que les acorralan dentro del bar. Entre empujones, golpes y forcejeos, las cuatro víctimas salen del local, aunque otro grupo d 15 a 20 personas les espera fuera y alcanzan al joven teniente de 25 años. Le tiran al suelo y uno de los agresores le rompe el tobillo de un pisotón. Su novia intenta protegerle, pero también es golpeada, de igual forma que el matrimonio formado por un sargento cordobés de 35 años y por su mujer, que hacía dos semanas se habían instalado en Alsasua. El teniente yace en el suelo con el tobillo roto y sangrando, pero los agresores no cejan en sus golpes y se ceban con él.
El linchamiento termina cuando llegan la Policía foral de Navarra -a quienes los autores reclaman que detengan también al "sargento" y las ambulancias, que trasladan a las cuatro víctimas al hospital. De las decenas de personas que participaron en la paliza, solo dos fueron detenidos por la agresión y el tumulto que se formó después en la puerta de la comisaría de la Policía foral.
La reacción de Podemos y Bildu
El Parlamento de Navarra aprobó el 17 de octubre, tres días después de la agresión, dos declaraciones de condena distinas. Una patrocinada por la coalición que gobierna: Geroa Bai, Podemos e IU que se limitaron a condenar lo ocurrido apostando por "dejar atrás actos como los ocurridos el fin de semana, los cuales son propios del pasado y no deben formar parte de nuestro presente". EH Bildu, que apoya esta coalición en el ejecutivo autonómico, optó por la abstención en la votación del texto.
La segunda proclama contó con la firma de UPN, el PP y el PSN, que habían tachado de raquítica la breve condena anterior. La suya fue más extensa y más contundente, con cinco puntos: los cuatro primeros, que vieron la luz por la abstención de la mayoría de Podemos, IU y Geroa Bai, reconocen la labor de la Guardia Civil. Pero el quinto quedó en el limbo, excluido porque Podemos votó en contra con el resto de las formaciones, incluida EH Bildu: "El parlamento de Navarra se suma y anima a la ciudadanía a participar en la concentración en solidaridad con la Guardia Civil convocada por Vecinos de Paz lunes 17 octubre a las 20 horas delante de la comandancia de la Guardia Civil en Pamplona".
Ese mismo día, el secretario de organización de Podemos, Pablo Echenique, sostuvo que "la permanente duda sobre la condena de Podemos a este tipo de actos creo que ofende la inteligencia".