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PISA acaba con la demagogia anti-recortes: España mejora en todas las materias

Nuestro país alcanza la media de la OCDE en la prueba de 2015. Destaca el progreso en lectura. Estonia, nueva estrella de la educación en la UE.

Nuestro país alcanza la media de la OCDE en la prueba de 2015. Destaca el progreso en lectura. Estonia, nueva estrella de la educación en la UE.
Selectividad de 2015. Estudiantes en la Universidad de Sevilla. | Cordon Press

493 en ciencia, 496 en lectura, 486 en matemáticas. Estas son las notas que los escolares españoles consiguieron el pasado año en PISA, el examen de la OCDE que se ha convertido en el estándar más usado en todo el mundo para medir el rendimiento de los diferentes sistemas educativos.

Dicho así, con las cifras absolutas quizás no digan demasiado. Al final lo importante en PISA no es tanto la nota como la tendencia y la comparación con otros países. Pues bien en ambos casos, hablamos de buenas noticias para la educación española. Las notas son mejores que en las últimas ediciones de PISA y, además, nos hemos acercado a los líderes.

Los últimos años han sido muy convulsos en las escuelas españolas. La reforma que intentó aplicar José Ignacio Wert levantó en armas a parte de la comunidad educativa. Y a eso se sumó el malestar por los ajustes presupuestarios que se acometieron desde 2011. Las asociaciones de padres y los sindicatos de profesores enfrentados al PP usaron reforma y recortes como arietes contra el Gobierno, al que acusaban de dañar de forma irremediable la calidad de la educación española, especialmente en el caso de la pública.

El resultado publicado este martes por la OCDE no acabará con el debate, pero sí lo sitúa en su contexto. En los últimos años, las notas de los adolescentes españoles (la prueba se hace a los 15 años) no sólo no han bajado, sino que han subido. Además, en los aspectos en los que España normalmente destaca (por ejemplo, la relativa igualdad de resultados entre diferentes centros con alumnos de procedencia muy diversa) se mantienen las buenas cifras de anteriores ediciones.

¿Es esto culpa del Gobierno? ¿Se puede achacar esta mejoría a la política del PP? Lo cierto es que no es sencillo determinar cuáles son las causas inmediatas de una variación en las tendencias en educación, una materia en la que los cambios se van generando a largo plazo y debido a múltiples circunstancias diferentes. Además, aquí hablamos de una prueba que se desarrolló antes de que se implantase la Lomce, por lo que tampoco pueden achacarse a ésta ni las buenas cifras ni las malas. Puede haber muchas razones detrás de esta mejoría, que en cualquier caso es una buena noticia. Eso sí, es fácil imaginar cuál habría sido la reacción de los medios de comunicación o de los sindicatos de profesores si el resultado hubiera sido el contrario. Porque los recortes, si los hubo, sí se produjeron antes de PISA 2015 y, sin embargo, los resultados nos dicen que este ajuste presupuestario no hizo que los estudiantes españoles empeorasen en relación con los de otros países.

La prueba y los resultados

PISA mide las capacidades de los alumnos de 15 años en tres materias: Lectura, Matemáticas y Ciencia. En cada edición hay pruebas en las tres disciplinas, aunque una de ellas recibe una atención algo más detallada. En 2009 fue Lectura, en 2012 Matemáticas y en 2015 ha sido Ciencia.

Como vemos, los exámenes se realizan cada tres años y participan más de medio millón de jóvenes en hasta 72 países y territorios. La complejidad de la recolección de los datos provoca que los resultados se publiquen aproximadamente un año después de su realización. Por lo tanto, ahora conocemos las notas que nuestros alumnos obtuvieron en 2015. En España, participaron 37.000 alumnos de 980 centros de todas las comunidades autónomas.

Sobre las pruebas, hay que decir que no son exámenes al uso. No se pregunta tanto por conocimientos concretos sino que se intenta medir habilidades: capacidad para comprender un texto, análisis de un experimento científico, dominio de las técnicas matemáticas básicas… En realidad, el objetivo es medir la madurez de los alumnos y su capacidad para aplicar en su vida diaria las enseñanzas de la escuela. Los exámenes son exigentes, largos y profundos.

En este link pueden encontrar un ejemplo de las pruebas a las que sometieron a la promoción de 2015. Por ejemplo, en Ciencia, la primera prueba intentaba reflejar un caso práctico: un hombre haciendo deporte un día de calor, con diferentes factores que afectaban a su rendimiento (humedad, temperatura, hidratación…). Luego, se ponía a los alumnos ante varios escenarios (más calor, más humedad, el deportista bebe o no bebe líquidos) y se les pedía que razonasen qué le podía ocurrir a esta persona en cada uno de ellos. Como vemos, el objetivo no es tanto comprobar si los chicos conocen una fórmula química como hacerles reflexionar y analizar su grado de madurez resolviendo un problema.

Los resultados están resumidos en el siguiente cuadro (pinchar para ampliar la imagen). Los países están ordenados según su nota en Ciencias. Como vemos, los mejores son Singapur, Japón, Estonia, Taiwan, Finlandia, Canadá, Vietnam, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Eslovenia. También algunas ciudades chinas tienen muy buenos resultados (Hong Kong, Macao, Pekín, Shanghai…).

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PISA 2015

Mientras, España está en la media. En Ciencia sacamos 493 puntos, exactamente la misma nota media de la OCDE. En Lectura, incluso estamos un poco por encima por primera vez en la historia de PISA, con 496 puntos frente a 493 de media de la OCDE. Y en Matemáticas caemos hasta los 486 por 490 de media en la OCDE. Incluso sin entrar en la comparación con los asiáticos, vemos que tenemos por delante a países europeos con una renta per cápita bastante inferior a la nuestra: Estonia, Eslovenia, Portugal… Si queremos mirar el vaso medio lleno, hay países más ricos, como Luxemburgo o Italia que lo hacen peor, y estamos más o menos en el mismo nivel (en alguna de las tres pruebas algo por encima y en otras algo por debajo) que países con un PIB más elevado que el nuestro como EEUU, Austria, Suecia o Francia, por ejemplo.

Como suele ser habitual, los mediocres resultados de España (y sí, siguen siendo tirando a malos incluso a pesar de la mejoría) nacen de nuestra incapacidad para alcanzar buenas cifras en el porcentaje de estudiantes excelentes. PISA puntúa de 1 a 6 a los alumnos (aunque hay siete categorías, porque la más baja se divide en 1a y 1b). Con esta clasificación, establece dos baremos, de excelencia y mediocridad:

  • Cuántos alumnos alcanzan una nota de 5 o 6 en al menos una de las tres categorías. Por ejemplo, en Singapur un 40% de los estudiantes lo logra. En España, apenas hablamos de un 10,9%. En todas las pruebas PISA hemos estado por debajo en esta métrica, la que mide la capacidad de un sistema para tener lo que los autores del estudio llaman top performers (la media de la OCDE es del 15,3%).
  • Por otro lado, PISA también mide cuántos alumnos no alcanzan el nivel 2 en los tres niveles. Ese nivel 2 se considera que es el mínimo indispensable para que el alumno pueda manejarse en su día a día. Si hablamos de Lectura, es el nivel mínimo que indica que al menos comprende lo que está leyendo. Y si es en Ciencia, es el límite para establecer que domina las cuestiones más básicas de un experimento y lo que significan los resultados del mismo. Pues bien, en esto España lo hace relativamente bien. Mientras que la media de la OCDE es del 13%, en nuestro país sólo el 10,3% de los alumnos se queda por debajo de 2 en las tres materias. Tampoco es una cifra para tirar cohetes: quiere decir que 1 de cada 10 adolescentes sale del sistema educativo sin las herramientas básicas para gestionar su día a día. Y si contamos los que sacan menos de 2 en alguna de las tres la cifra sería mucho más elevada.

Así que el paisaje que se dibuja para la educación española mantiene las constantes de ediciones anteriores. Pocos alumnos excelentes, tampoco demasiados en el vagón de cola y más bien mediocridad si nos comparamos con los países ricos de la OCDE, que al fin y al cabo son nuestro referente. Estar mejor que Malta, Grecia o Eslovaquia no va a consolar a nadie (dicho esto con todos nuestros respetos a estos tres países).

La siguiente tabla puede ser un buen resumen del estado de la educación española. Clasifica a los países según sus notas en Lectura. Hemos escogido a las dos estrellas de la educación del Viejo Continente según PISA (Estonia y Finlandia) junto a los grandes estados de la UE con los que normalmente nos comparamos (Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Portugal, Holanda). Y hemos ordenado los países según el porcentaje de alumnos que está en el nivel 5 y 6 de Lectura (top performers). Como vemos, España es el país que menos estudiantes coloca en los dos niveles superiores. La parte buena es que también estamos por debajo de la media en lo que hace a referencia a estudiantes muy deficientes (los que no llegan ni a nivel 2).

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PISA 2015. Notas en Lectura

¿Optimismo?

Con todo, también es verdad que quizás éste sea el PISA que permita una valoración más optimista para nuestro país de todos los hechos hasta el momento desde el año 2000. Porque la OCDE no sólo mide el resultado absoluto, sino que también lo compara con el resultado de años anteriores. Los autores del informe han calculado cuánto mejora o empeora cada país en cada materia y cada tres años (en Ciencia desde 2006, en Lectura desde 2009 y en Matemáticas desde 2003). Pues bien, España es uno de los pocos países que mejora en las tres categorías: 2 puntos cada tres años en Ciencia, 7 puntos en Lectura y 1 en Matemáticas. Seguimos teniendo un agujero en esta última materia, pero en Lectura ya estamos por delante de la media de la OCDE.

Si comparamos con 2012, último examen PISA, los resultados en España pasan de 488 a 496 en Lectura; de 484 a 486 en Matemáticas; y de 496 a 493 en Ciencia. Ésta es la única materia en la que la nota empeora en términos absolutos estos tres años (aunque hay mejora en las notas de Ciencia desde 2006, cuando la OCDE comenzó a realizar estos exámenes). Pero incluso en Ciencia, si nos comparamos con la media de la OCDE, que pasa de 501 a 493, la situación relativa de España es mejor que en 2012: por primera vez en la historia igualamos el promedio de los países ricos en esta materia.

Todo esto nos sirve para estar en una lista con un reducido grupo de países que han conseguido mejorar el porcentaje de top performers (niveles 5 y 6) y al mismo tiempo reducir el número de pésimos estudiantes (niveles 1a y 1b) desde 2009 en Lectura. Tiene mérito estar en esta lista porque la mayoría de los otros integrantes son países muy pobres, como Georgia, Albania o Montenegro, que salían de muy abajo y tenían fácil mejorar. Entre los países de la UE, sólo Irlanda y Estonia también mejoran en Lectura en las dos categorías (buenos y malos estudiantes) desde 2009.

Por comunidades autónomas, destacan otra vez (es lo habitual en PISA) las notas de Castilla y León, Navarra, Madrid y Galicia. Estas regiones consiguen puntuaciones que las situarían (si las valoramos de forma independiente) al nivel de los mejores países. Por ejemplo, en Lectura, los 522 y 520 puntos de castellano-leoneses y madrileños les harían colocarse sólo por debajo de Finlandia en toda Europa y en el top 5 de PISA, sólo por detrás de los mejores sistemas, como Singapur o Canadá. En el lado negativo, permanecen los sospechosos habituales de la educación española: Extremadura, Canarias y Andalucía.

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PISA 2015. Lectura CCAA

En esta comparación, destacan dos aspectos: en primer lugar, las malas notas de el País Vasco, que hasta esta edición era una de las regiones con un nivel más alto. Pues bien, ahora se hunde y puntúa por debajo de la media en Ciencias y Lectura. Como además hablamos de una de las CCAA más ricas de España, los bajos resultados son incluso más llamativos y preocupantes.

Del mismo modo, que Galicia o Castilla y León saquen tan buenas notas debería generar más atención de la que normalmente reciben. Hablamos de dos regiones rurales, con una renta per cápita más baja que la media nacional, pero que tienen notas por encima de otras comunidades más ricas. En este sentido, las calificaciones de Castilla y León son realmente buenas y no son una casualidad, porque mantienen una tendencia similar desde hace años. Es sorprendente, con todo lo que se ha escrito en nuestro país sobre educación, el poco caso que se ha hecho a esta región y a sus logros en esta materia.

En cuanto a las diferencias por sexo, España mantiene más o menos las mismas constantes del resto de países. Así, en Lectura, las chicas superan a sus compañeros de clase en todos los países analizados. De hecho, la media en la OCDE es de 27 puntos a favor de ellas y en España es algo menor (20 puntos). Mientras, en Matemáticas y Ciencias, pasa al contrario y los chicos superan a las chicas en la mayoría de los sistemas educativos (aunque aquí hay excepciones en los que las chicas están por delante). Por ejemplo, en España, en Ciencia, el tema central de PISA 2015, los alumnos varones sacan 496 puntos y sus compañeras se quedan en 489, una diferencia que se explica fundamentalmente porque hay bastantes más alumnos que alumnas que alcanzan los niveles 5-6 (top performers) de este examen.

Si nos fijamos en los recursos, PISA no entra a valorar si los países gastan más o menos en educación. Eso queda para otros informes de la propia OCDE, como Education at a glance, que compara datos de notas y gasto educativo. Sin embargo, con ambos informes encima de la mesa, sí podemos sacar varias conclusiones y la principal es que a partir de un determinado nivel de gasto, lo importante para sacar buenas notas no es el dinero, sino el modelo.

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BBVA - IVIE Informe 'Las cuentas de la educación en España'

El anterior gráfico organiza a los países en función de sus notas y su gasto por alumno. Como vemos, una vez alcanzado un nivel mínimo (la OCDE lo sitúa en torno a los 50.000 dólares por alumno de los 6 a los 15 años) las mejoras en el rendimiento no tienen que ver con incrementos del gasto. Es decir: si gastas 200 dólares al año por alumno, es muy difícil que el nivel de tu sistema educativo se equipare al de los países ricos. Además, este nivel de gasto muy bajo es causa y efecto: los países más pobres son también los que menos pueden dedicar a educación y los que tienen una población menos formada, otro elemento fundamental para los resultados en PISA (los padres con estudios superiores suelen tener hijos con mejores notas, incluso tras corregir por nivel de ingresos).

Pero en lo que a España le toca y teniendo en cuenta que superamos ampliamente ese nivel mínimo de gasto por alumno (como hace toda la UE), la consecuencia fundamental es que si queremos subir las notas la clave está en el modelo y no en los recursos. Lo mismo ocurre con otros indicadores de inversión que se suelen usar, como el sueldo de los profesores o el número de alumnos por clase. Una vez que se supera cierto límite (es muy difícil tener una buena educación con 200 niños en un aula) lo importante es el diseño del sistema y no tener 20-25-30 alumnos en cada clase. De hecho, tanto en el salario de los maestros como en el número de estudiantes por profesor o por clase, España lleva años en la media de los países ricos o incluso algo mejor. Pero eso no nos ha servido para equiparar nuestros resultados a los de estos sistemas educativos. Y países que gastan bastante menos que nosotros (por ejemplo, Estonia) nos sacan varios cuerpos de ventaja en las notas de PISA.

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