Dicen que ya son más de cuatrocientos dentro de Ciudadanos, organizados para dar la batalla en la Asamblea General de febrero y pelear por una "urgente" regeneración interna, aunque TranCsparencia no se plantea presentar un candidato alternativo para disputar el liderazgo a Albert Rivera.
TranCsparencia, que se define como un grupo de trabajo, fue promovido hace siete meses por medio centenar de los 30.000 afiliados de Ciudadanos para fortalecer la democracia interna y mejorar su organización, que ven no solo "muy deficiente" sino con "importantísimos déficit" en lo que tiene que ver con las "garantías más básicas", explica un portavoz a Efe.
No discuten el mensaje público de Ciudadanos porque "no son una corriente ideológica" y esquivan, por ahora, las críticas directas a Rivera al entender que el problema que tiene el partido no es tanto de personas sino de funcionamiento doméstico porque, a su juicio, no se ajusta a los Estatutos.
Ahora, con la vista puesta en el cónclave del 4 de febrero, en el que se renovará a la dirección del partido, TranCsparencia ve una gran oportunidad para "subsanar" todas estas lagunas democráticas que denuncian aunque su plan inicial no es concurrir con otra lista que compita con la de Rivera.
Lo que sí quieren hacer es presentar candidatos al Consejo General de Ciudadanos (70 miembros), el máximo órgano de gobierno del partido entre Asambleas Generales y que fija su estrategia, y a la Comisión de Garantías (nueve integrantes), encargada de velar por su funcionamiento democrático.
Si logran entrar intentarán que Ciudadanos haga cambios en el proceso de primarias, que es "muy mejorable" porque no ofrece –lamenta– una participación de todos en "igualdad de condiciones".
Mientras los candidatos que se postulen como alternativa a la lista oficial sólo tienen tres días para promocionar su proyecto –el plazo de presentación es el 23 y el 24 de enero y el día 27 ya se vota–, Rivera llevará "tres meses de campaña" y además –acusa este portavoz– utilizando todos los medios que tiene el partido como si fueran suyos propios.
Cambiarán también, si pueden, el voto telemático por el voto en urna hasta que no ofrezca las mínimas garantías de fiabilidad, ya que, según argumenta, no asegura que "un elector sea igual a un voto" y tampoco ofrece un recuento "fiable y auditable".
De momento, solo ponen el foco en los entresijos del partido porque siguen compartiendo sus pilares ideológicos, aunque el portavoz deja caer que una vez que se resuelvan estos problemas habrá que abordar ese otro debate.
No quiere entrar tampoco a analizar la estrategia de alianzas políticas de Ciudadanos, tanto en las comunidades autónomas como su acuerdo de investidura con el PP, insistiendo en que eso no es lo que toca en este momento.
Deja también claro que no tienen nada que ver con Carolina Punset, aunque sí coinciden con ella en defender algunas medidas, como la supresión del voto telemático, pero cada uno va por su lado, ha asegurado el representante de TranCsparencia en declaraciones a Efe.
La eurodiputada sí que no descarta medirse con Rivera el próximo 27 de enero. Es otra desencantada con la deriva del partido, y tan desencantada que hace unas semanas dejó la dirección por "discrepancias graves", quejándose, por ejemplo, de que Ciudadanos no está siendo fiel a sus principios fundacionales.
Principios, ha recordado siempre que ha tenido ocasión, que tenían como propósito irrenunciable la desarticulación de cualquier tipo de nacionalismo, incluyendo "el regionalismo no independentista".
Y aún hay más voces discordantes, muchas provenientes de UPyD, que ahora, con Ciudadanos, sienten como si estuvieran "repitiendo curso". "Esto ya lo hemos vivido, se están repitiendo los mismos fallos: desatienden a las bases, tardan en deshacerse de los cargos que están saliendo rana y mantienen al líder en una burbuja. Lo mismo que pasaba en UPyD con Rosa Díez", aseguran.
En su caso sí se mojan con Albert Rivera, elogiando su "valentía", pero, en cambio, arremeten contra su círculo más próximo al dudar de que esté "a la altura" de lo que se requiere, y esperan, al igual que TranCsparencia, entrar como delegados en la Asamblea federal para intentar cambiar lo que no les gusta.
Voces que no harán sombra a Rivera porque, previsiblemente, revalidará su liderazgo holgadamente, pero que sí le ponen chinas en el camino hacia su tercera reelección en una votación que, por primera vez, está abierta a todos los militantes.