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La Junta purga a Luis Escribano, funcionario y editor de 'El Demócrata Liberal'

Ni la Cámara de Cuentas ni la Inspección General de Servicios de la Consejería de Hacienda han encontrado ni una sola irregularidad.

El pasado 11 de noviembre, Luis Escribano del Vando, funcionario del Cuerpo Superior que ocupaba desde 2012 la Jefatura del Servicio de Cooperación Económica de la Dirección General de la Administración Local de la Consejería de Presidencia y Administración Local de la Junta de Andalucía, cuyo titular es la mano derecha de Susana Díaz, Manuel Jiménez Barrios, recibió el cese sin explicación alguna.

Según ha podido saber Libertad Digital en conversación con Luis Escribano, el día 1 de noviembre fue citado en el despacho del exalcalde de Chauchina (Granada), Juan Manuel Fernández Ortega, desde 2015 director general de Administración Local. En la breve entrevista, el socialista granadino le espetó a Escribano que "no le gustaba" el modo en que su Servicio trataba a los Ayuntamientos, motivo por el cual le comunicaba su cese.

En fuentes del departamento, se ha conocido que el interés del actual director general se vuelca casi exclusivamente en los pueblos y municipios de la provincia de Granada, no deseando pues que el Servicio de atención a municipios recayera en alguien que se ha destacado por el respeto escrupuloso de la normativa legal y la aplicación del principio de igualdad de trato en la atención a todos los municipios andaluces, los gobierne quien los gobierne.

De hecho, tanto la Cámara de Cuentas como la Inspección General de Servicios de la Consejería de Hacienda han fiscalizado el trabajo de su Servicio sin encontrar ni una sola irregularidad.

Curiosamente, Escribano fue felicitado por el director general anterior de la Junta de Andalucía, Francisco Javier Camacho González, el 3 de noviembre de 2014, por "el trabajo desarrollado en la tramitación de los expedientes económicos de gasto correspondientes a la línea de subvenciones para la restitución de infraestructuras e instalaciones municipales dañadas por situaciones de emergencia, catástrofe y calamidad pública, consiguiendo un meritorio nivel de ejecución en el cierre de ejercicio presupuestario". Los anteriores directores generales también le felicitaron.

Sin embargo, la Junta ha explicado que el cese de Escribano se debe a que, siendo el suyo un puesto de libre designación, puede ser destituido en cualquier momento sin motivación alguna. Escribano, sin embargo, ha exigido, sin resultado, una motivación razonada de su cese al Consejero de Presidencia, Jiménez Barrios porque lo ocurrido es una muestra más de la arbitrariedad que reina en la Junta de Andalucía, aunque esté prohibida por la Constitución.

Extrañamente, la Consejería decidió que Escribano se fuera a su casa durante más de dos semanas hasta que le encontraran un nuevo destino, anómala decisión que fue protestada por el afectado porque "no puedo entender que tras el cese de un funcionario se le diga que se quede en su casa dos semanas, quedando a la espera de la asignación de un nuevo puesto de trabajo. La Administración General de la Junta de Andalucía, con las necesidades de personal que tiene, debería tener previsto algún sistema para evitarlo, pues no es razonable ni ético que haya personal ocioso con las necesidades que existen de personal".

Este mismo miércoles, la Junta contactó con Escribano para ofrecerle un nuevo puesto, igualmente de manera arbitraria, porque no cumple el requisito exigido en la RPT para ocupar dicho puesto, carece de experiencia en el ámbito sanitario donde se localiza su nuevo destino, resulta perjudicado económicamente –6.000 euros menos al año– y en futuros concursos de méritos. Por si fuera poco, está muy alejado de su residencia habitual. De "venganza" califica Escribano la resolución.

Por una Andalucía liberal

Esos parecen ser, en realidad, los motivos de la purga ejecutada por la Junta de Andalucía sobre Luis Escribano del Bando que se ha significado en esos tres frentes que se oponen frontalmente al funcionamiento del régimen andaluz.

Escribano ha sido y es un defensor esforzado del imperio del Derecho, especialmente del Derecho Administrativo, en todos los niveles de la administración andaluza, dejando fuera privilegios, arbitrariedades y caprichos que han dado paso a los más espectaculares casos de corrupción de la historia andaluza reciente, de los ERE a Invercaria pasando por los cursos de formación o los fondos Jeremie.

Escribano, públicamente vinculado a las asociaciones profesionales de funcionarios, ha sido siempre partidario de una administración profesional, eficaz y sin adscripciones partidistas. Ha sido insistente su oposición al crecimiento de una administración "paralela" situada al margen del Derecho y participó activamente en las manifestaciones de empleados públicos y funcionarios contra el enchufismo.

Por otra parte, es conocida su perseverancia en la lucha contra el hecho de que los entes "paralelos" de esa administración sin control del Derecho Administrativo puedan atribuir actividades propias de funcionarios a personal que no tiene ese carácter laboral y profesional.

Por último, hay que considerar necesariamente que esta "purga" tiene que ver con la edición de El Demócrata Liberal, una de las pocas publicaciones de índole liberal y muy crítica con la gestión que el PSOE, apoyado por Ciudadanos, está haciendo sobre la realidad andaluza.

Se van a cumplir en enero dos años de la aparición de esta publicación en la que escriben significados críticos del "régimen andaluz", funcionarios relevantes, economistas, periodistas y conocidos liberales que fueron miembros de UCD, como Luis Marín Sicilia. No puede ser extraño a su cese el hecho de que el coordinador de la publicación sea Luis Escribano.

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