Ayer el consejero de Salud, Aquilino Alonso, decidió convocar a una reunión al ya famoso Spiriman, Jesús Candel, médico en precario del Hospital Virgen de las Nieves en Granada y los dos cargos representativos del Colegio de Médicos de Granada. Tras la tercera manifestación celebrada en Granada, la última con lluvia incluida, pero sin merma de asistentes, Susana Díaz ha dado la orden de desactivar, si es posible, la "marea blanca", como se la conoce, para aliviar la presión creciente que sufre su discutida gestión de los asuntos andaluces.
No es frecuente ver a la Junta de Andalucía ceder ante cualquier presión de colectivos contrarios a su forma de gobernar y a sus escándalos de corrupción. La presión social más importante de los últimos años tuvo lugar en 2010 y 211 cuando miles de funcionarios y empleados públicos de la Junta se echaron a la calle contra el enchufismo de la Junta y la voluntad de apuntalar la "administración paralela".
A pesar de aquella "marea" de trabajadores en la calle, la Junta no sólo no negoció con sus empleados públicos, sino que fortificó el enchufismo con una Ley que consagraba la presencia de empleados no reglados en la Administración andaluza sin oposición regular ni concurrencia competitiva.
Sin embargo, ayer la Junta sentó un precedente, habida cuenta de la debilidad que su presidenta, Susana Díaz, manifiesta en los dos ámbitos de su actividad política: el partido y la Junta. Habida cuenta de que ya no será posible su ascenso a Ferraz por aclamación debido al crecimiento de la oposición interna, por vez primera, cedió ante las manifestaciones ciudadanas en las calles andaluzas a la vista de la extensión del movimiento a tres capitales andaluzas y a la inminencia de otro movimiento en la calle de eventuales y precarios de las distintas ramas de la Administración andaluza, sobre todo en educación y sanidad.
En plena batalla por el control nacional del PSOE, a la lideresa socialista andaluza no le conviene exhibir un músculo deteriorado en su territorio. Por ello, y escandalosamente, las habituales encuestas de la Universidad de Granada(EGOPA) se han suspendido este año aduciendo la inestabilidad política que haría estériles sus resultados. Imagínese que Mariano Rajoy ordenara suspender los barómetros del CIS por la misma razón.
Lo cierto es que el descontento ante la gestión socialista podría plasmarse en esta encuesta y debilitar la posición de la presidenta de la Junta en el PSOE nacional. Recuérdese que el PSOE andaluz no ha parado de perder votos pese a ganar las elecciones andaluzas.
(Para colmo, hoy mismo, a pesar del triunfalismo con el que se ha anunciado la disminución del fracaso escolar, por cierto, fenómeno general en toda España, se conocía que los alumnos andaluces están a la cola en Matemáticas según un Estudio Internacional de Tendencias en Estudios de Matemáticas y Ciencias (TIMMS) que realiza cada cuatro años la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA). Nada menos que 33 puntos distancias a los alumnos andaluces de la media europea y 19 de la media española).
Las anomalías
Las principales anomalías de esta nueva posición de la Junta son dos. Por una parte, se le da carta de naturaleza a una persona, Spiriman, el médico que ha impulsado esta marea blanca desde las redes sociales. Cuando la marea de funcionarios, había asimismo personas al frente de la misma, en concreto, Max Estrella, seudónimo de un funcionario que redactó el manifiesto y el blog de la Asociación Defiendo mi derecho y la función pública, además de los sindicatos de funcionarios y empleados como SAF y CSIF.
Sin embargo, José Antonio Griñan ni la propia Susana Díaz jamás recibieron ni negociaron nada con ellos. Finalmente, el Parlamento aprobó la Ley del Enchufismo y, aunque la resistencia continúa contra ella, lo cierto es que el movimiento callejero se acabó.
Sin embargo, ahora, lo que evidencia la debilidad de Susana Díaz, mientras compite con el popular Juan Manuel Moreno en entrevistas y encuentros por la Unión Europea, ha reconocido la envergadura política y ciudadana de Spiriman, al que ha invitado mañana a una reunión con el propio Consejero de Salud. Recuérdese que Spiriman, en este diario digital, denunció que había sufrido intentos de compra "política" por parte de la Junta a la que ha señalado como responsable de una dictadura sobre los ciudadanos.
La otra anomalía importante de este hocicamiento es que deja fuera de juego a sus interlocutores habituales en Granada. El alcalde socialista de Granada, Francisco Cuenca, que no ha asistido a las manifestaciones de su ciudad, ha cambiado de discurso y ahora exige a la Junta que asuma las reivindicaciones granadinas. Otros alcaldes han seguido el camino. Esto es, se han abierto fisuras dentro del propio PSOE debido a la intensidad de la "marea".
Pero, en otro orden, deja al margen a los negociadores legales que intervienen en la sanidad granadina y plantea, de hecho, una división en el seno del movimiento. Por una parte, el propio Spiriman es consciente de que convocándolo en calidad de "representante ciudadano" se deja fuera a los legítimos y electos representantes sindicales.
De hecho, se ha menospreciado a las juntas de personal de los hospitales granadinos que son los interlocutores reconocido para negociar y alcanzar acuerdos si bien todos, desde CC. OO. a UGT pasando por los principales sindicatos del sector – SATSE, SMA y USAE -,se han manifestado de acuerdo en un texto que defiende asimismo Spiriman.
Recuérdese que la Junta, si quiere apagar el incendio, deberá dar marcha atrás en su política de unificación e integración de hospitales en Granada y Huelva, lo que es un revés de consideración. Por otra parte, Spiriman ya ha anunciado una nueva manifestación en caso necesario y ha mencionado por vez primera la posibilidad de acudir a los tribunales para solicitar los documentos de fusión de los hospitales granadinos.