La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, abre la mano con la Generalidad de Cataluña y se muestra partidaria de la negociación política y el diálogo con las fuerzas independentistas. Después del nombramiento de Enric Millo como delegado del Gobierno en Cataluña en sustitución de Llanos de Luna, considerada la "bestia negra" del separatismo por los procesos judiciales contra las ilegalidades del proceso secesionista, este sábado La Vanguardia ha desvelado que Sáenz de Santamaría se reunió en secreto con el presidente catalán, Carles Puigdemont.
El encuentro se produjo el pasado jueves por la noche, después de la cena celebrada en la entrega de los premios de la patronal catalana Foment del Treball Nacional. La vicepresidenta tomó discretamente del brazo al presidente de la Generalidad y juntos se dirigieron hacia una sala, donde la vicepresidenta trasladó a Puigdemont el interés del presidente Mariano Rajoy en concertar un encuentro para recuperar el diálogo directo entre ambos.
La vicepresidenta también confirmó a Puigdemont que ella misma está trabajando en el documento con las 46 demandas realizadas el pasado mes de abril por parte del Gobierno catalán. Esta especie de lista de deberes pendientes podría convertirse en la base de las negociaciones y la nueva vía de diálogo entre Madrid y Cataluña.
El entorno de la cita secreta entre Sáenz de Santamaría y Puigdemont resulta especialmente sorprendente teniendo en cuenta que, apenas unas horas antes del encuentro, el presidente catalán pronunció un contundente discurso ante los asistentes, entre los que se encontraba el rey Felipe VI, en el que denunciaba la "negligencia" del Gobierno central con respecto a sus deberes en Cataluña y en el que también llegó a definir al Estado español como un lastre para la economía y la sociedad catalana, que supera al resto de los españoles en productividad, innovación, formación y tecnología.