Una purga a medias que encierra una doble vara de medir. El PSOE acometió este jueves la destitución de los miembros de dirección de su grupo parlamentario y, contra pronóstico, mantuvo en el cargo a todos los portavoces de comisión del PSC y a la presidenta de comisión de Justicia, Margarita Robles. El motivo que esgrimió el portavoz de la gestora, Mario Jiménez, fue doble. De un lado, que los cambios del PSOE "no deben afectar a la estructura institucional" del Congreso que "no debe sufrir cambios"; y del otro, que "el criterio político" de la gestora es "esperar al resultado de la negociación que iniciarán PSOE y PSC" para la revisión de su protocolo.
La paradoja es que estos paños calientes que aplican con los socialistas catalanes contrastan y mucho con la dureza que la dirección provisional del PSOE aplica sobre el resto de críticos. De los cuatro portavoces de comisión, el PSOE salva a los tres del PSC: Manuel Cruz sigue en Educación; Joan Ruiz, se mantiene en Políticas de Apoyo a la Discapacidad; y Mercé Perea también en la comisión del Pacto de Toledo. La única portavoz de área que desaparece de su puesto es la susanista Susana Sumelzo que abandonará la portavocía de la comisión de Cooperación al Desarrollo.
Contra todo pronóstico, la dirección de la gestora también destituye a Adriana Lastra como portavoz de Hacienda. La ex secretaria ejecutiva de Pedro Sánchez que se abstuvo en la investidura de Rajoy "por imperativo" pero cumpliendo la disciplina de voto es relegada a la portavocía adjunta de la comisión de Defensa en la que sustituye a Zaida Cantera. El fichaje independiente de Sánchez, quien sí rompió la disciplina, se queda sin puesto de dirección al igual que la diputada gallega Rocío de Frutos, quien también rompió la disciplina y que se queda sin la portavocía adjunta de Empleo.
También se ve forzada a abandonar su puesto en la dirección del grupo parlamentario la diputada balear, Sofía Hernanz, sustituida por Pedro Muñoz, del PSOE de Castilla y León; y la también pedrista, María Luisa Carcedo en la dirección del grupo en el Senado.
La contundencia y dureza que sufren los pedristas contrasta con la laxitud para los diputados del PSC a quienes se elimina su puesto de la dirección del grupo parlamentario. Sale Meritxell Batet pero se deja vacante su puesto con la confianza de que recupere esta plaza el PSC en el futuro en el caso de que fructifiquen las conversaciones entre ambas formaciones.
Un contraste que evidenciaba la doble vara de medir que el portavoz de la gestora se negó a reconocer a preguntas de Libertad Digital porque "no me voy a referir a casos personales" y "nosotros no somos un tribunal sino un partido político" cuyos criterios, daba a entender, no deben de ser justos sino "criterios políticos".