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El PP coloca a Fernández Díaz en una comisión que no requiere votación

Finalmente, Fernández será presidente de la comisión de Peticiones. “La palabra del PSOE vale menos que su miedo a Podemos”, según Moncloa. 

Finalmente, Fernández será presidente de la comisión de Peticiones. “La palabra del PSOE vale menos que su miedo a Podemos”, según Moncloa. 
Fernández Díaz este jueves | EFE

El Partido Popular pasó del enfado a la frustración y de ahí a encontrar una fórmula para lograr que Jorge Fernández Díaz, amigo personal de Mariano Rajoy, presida finalmente una comisión. En concreto, la de Peticiones, cuya designación no requiere del voto de los partidos de la oposición. Así, el exministro obtendrá la misma retribución que en el caso de presidir la comisión de Exteriores, aunque la relevancia del puesto sea mucho menor. "Ha sido la única salida que hemos encontrado", admitieron al más alto nivel

Fue, en todo caso, un día de enorme malestar en el Grupo Popular, principalmente con el PSOE. Rajoy no pudo colocar a Fernández en la presidencia de la comisión de Exteriores ni tampoco en la del Tribunal de Cuentas, y fuentes de la dirección del grupo denunciaron la ruptura de un acuerdo institucional alcanzado al inicio de la legislatura. "Decidimos que cada grupo tendría autonomía para presentar los candidatos dentro de ese acuerdo plural para las mesas de las comisiones", se transmitió a Antonio Hernando, el portavoz socialista. Moncloa también contactó con Javier Fernández, el presidente de la gestora. El PSOE, sin embargo, mostró su rechazo al exministro tras verse arrastrado por Podemos.

A partir de ahí, muchos dentro del propio partido auguraron un futuro bastante negro al exministro del Interior. "Quieren que sea su muerte civil, enterrarlo en vida", lamentaron en privado. El propio Fernández se declaró al servicio del partido. "Estoy hablando con mi grupo, estoy a lo que determine y no voy a poner problemas. Haré lo que me pidan", fueron sus palabras, en los pasillos de las Cámara Baja. Si bien, Rafael Hernando -en contacto con el equipo de Rajoy- acabó encontrando la forma de eludir a la oposición, y a última hora de la tarde se informó de que el exministro estará al frente de la Comisión de Peticiones, un nombramiento que no requiere votación previa y que solo decide el PP.

Una maniobra por orden del presidente, muy "enfadado" con el PSOE -"su palabra de los socialistas vale menos que su miedo a Podemos", lamentaron desde su entorno más próximo- como también "con Ciudadanos". Cabe recordar que Fernández es amigo personal del presidente y éste decidió apartarle de su nuevo Gobierno, precisamente, por las presiones de la formación naranja. Pero, cuando le comunicó su decisión, le aseguró que seguiría contando con él en el futuro, y una presidencia de la comisión le reportará una sustancial aportación económica.

La de Peticiones es una de las tres comisiones del Congreso que tienen una consideración distinta a las restantes, junto con la de Estatuto de los Diputados y la de Reglamento. Esta última es siempre presidida por el propio presidente de la Cámara Baja y respecto a las dos anteriores el Reglamento del Congreso dictamina lo siguiente: "(…) estará compuesta por un miembro de cada uno de los Grupos Parlamentarios. Tendrá un Presidente, un Vicepresidente y un Secretario, que corresponderán, por su orden, a los representantes de los tres Grupos Parlamentarios de mayor importancia numérica al comienzo de la Legislatura".

Así, dado el veto de la oposición, Peticiones y Estatuto de los Diputados eran las dos únicas opciones que le quedaban al PP para que Fernández Díaz recibiese su premio de consolación parlamentario.

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