El Mundo, que ya se creía a salvo del Ku Klux Klan debe tener a estas horas el susto en el cuerpo, se limita a decir que "las minorías votan masivamente en unos Estados Unidos divididos". Lo que no sabía el periódico era a quién votaban. "El PSOE ve imposible apoyar los Presupuestos de Rajoy". Dice el editorial que "el Gobierno se encuentra ahora con mayor presión que nunca para cumplir los compromisos contraídos con los socios europeos en el momento en el que ha dejado de tener el control real de los Presupuestos". Es lo que tiene no tener mayoría, que hay que apearse del burro. A Santiago González lo que le inquieta es el PSOE. "No podría votaros, pero lamento infinito esos resultados que os augura el último sondeo del CIS. La democracia española necesita una pata izquierda y no puede ser Podemos". Pues visto por dónde van los tiros a escala mundial –Brexit, Trump– Pablo Iglesias se perfila como el próximo presidente del gobierno de España. Y Lucía Méndez se regocija con Antonio Hernado, cuyo "papel en el drama socialista, es de lejos, el menos grato". "Se ha paseado por la calle, por el Congreso y por la sede del partido con el apelativo de traidor sobre su cabeza", "se ha cruzado con miradas irónicas a su paso y ha intentado obviar las risitas intencionadas o las palmadas en la espalda –a medio camino entre el pésame y la camaradería– de diputados de todos los partidos". Él se lo ha buscado. "El portavoz tenía que buscar una explicación para el público en general, pero también para sí mismo. Y ésa la ha encontrado en su pertenencia a la tribu socialista, en lo que se viene llamando la cultura del partido". Menudo cuajo. Yo que él saldría a la calle con burka.
El País está dedicado en cuerpo y alma a unas elecciones de las que no se conocía el resultado al cierre del periódico, por lo que ha quedado para envolver el bocadillo. Que si "EEUU aborda un futuro incierto tras la campaña más dramática", que si "Nueva York, capital política del país", que si "la deriva del Partido Republicano". Incluso le dedica un editorial larguísimo. Es curioso en un periódico que suele opinar al día siguiente de que se produzca un acontecimiento importante. "Una nueva época en la Casa Blanca". Claro, suele pasar cuando hay elecciones en todos los países que no repiten candidatos, que se abre una nueva época. Hubiera servido igual cuando ganó Obama por primera vez. O la primera victoria de Zapatero cambiando Casa Blanca por Moncloa. Ahora no, ¿ves?, repetimos Rajoy.
De ABC se puede destacar su falta de caridad cristiana. No perdona a Hernando. "Le honra asumir el error pero, si Hernando y otros dirigentes se hubieran plantado ante la estrategia del líder dimisionario, España se habría ahorrado el tiempo perdido, y él mismo el papelón de tener que abandonar el no es no" dice implacable. Y luego presumirán de católicos. De las elecciones en EEUU hablan todos, pero David Gistau está especialmente certero. "Desfase horario". Dice que se había planteado escribir sobre "cualquier asuntillo doméstico", pero le daba apuro "dejar al mundo con la respiración contenida", como rezaba ayer el titular de El País. Y tirar una columna a la basura como que no, porque "de creer las opiniones de los no-votantes españoles expresadas con gran vehemencia en las tertulias, si ganó Trump lo más probable es que todos ustedes estén ya muertos o deportados o atados a un poste mientras un miembro del KKK amontona leña a sus pies y otro se acerca con un Zippo". Lo mismo soy yo la última habitante del planeta. Menos mal que tengo cerca un extintor.
Lo de La Razón es para partirse. "El voto anticipado colocó a Hillary Clinton a las puertas de la Casa Blanca". Ya, pues Trump le ha dado con esa puerta en las mismas narices, ja, ja, ja, ja… En fin. Sobre lo que sí que saben dice que "Rajoy y Rivera empiezan a gobernar". Qué generoso está Marhuenda con Rivera, le deja compartir titular con Rajoy. Abel Hernández le para los pies. "C's, un atractivo invento de laboratorio, ideado, según dicen, por gentes del Ibex con la intención de revitalizar la derecha y suplantar a Rajoy, se queda en bisagra, que lo mismo puede girar a la derecha que a la izquierda. Es decir, sirve tanto para un roto como para un descosido, lo que no deja de ser practico y entretenido. Otra cosa es que pretenda imponer en bloque sus planes al partido dominante". ¿Ese partido dominante que de momento no puede ni aprobar los presupuestos sin el permiso de Ciudadanos?