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Detienen a cuatro españoles en Ceuta que captaban niños para Estado Islámico

La célula mantenía importantes medidas de seguridad interna. Sus miembros recibían instrucciones desde el califato del terror.

La célula mantenía importantes medidas de seguridad interna. Sus miembros recibían instrucciones desde el califato del terror.
Uno de los arrestados en la operación policial. | Policía

Nueva operación contra el yihadismo en España. Agentes de la Policía Nacional han detenido durante esta madrugada a cuatro personas, tres hombres y una mujer, todos de nacionalidad española, acusados de formar parte de una célula yihadista cuyo objetivo principal era captar y adoctrinar a niños y adolescentes en el islam más radical con el objetivo de convertirlos en combatientes de Estado Islámico.

La operación se ha desarrollado en Ceuta y es una continuación de la operación policial que se había llevado en la ciudad autónoma el 23 de febrero de este año, cuando las Fuerzas de Seguridad españolas y marroquíes desarrollaron una operativo conjunto a ambos lados de la frontera que acabó con la detención de otras cuatro personas, tres de ellas en Ceuta y una cuarta en la localidad marroquí de Nador, fronteriza con la ciudad española de Melilla.

Los arrestados esta madrugada formaban un célula que los investigadores califican como "muy activa" y que "había establecido un canal de comunicación constante, fluido y permanente" con combatientes de Estado Islámico. Desde el califato del terror "les instruían en la metodología para la captación de nuevos adeptos" y les asesoraban sobre las rutas que los captados debían tomar para desplazarse hasta países como Siria e Irak.

La captación y reclutamiento de niños y jóvenes es una directriz de Estado Islámico que tiene un doble objetivo. Por un lado, perpetuar su ideología yihadista y sostener la actividad del grupo terrorista en el futuro. Por el otro, utilizarlos como niños soldados, los conocidos como "cachorros del Califato" (ashbal al-khilafa), después de un proceso de deshumanización y reprogramación de su personalidad.

La célula desarticulada mantenía una importantes medidas de seguridad internas que abarcaban desde la adopción de un lenguaje convenido en sus comunicaciones al establecimiento de puntos de vigilancia en las zonas de reunión. Además, había planificado la inmediata restructuración del grupo con la reasignación de funciones ante cualquier contingencia como una eventual detención, lo que evidencia la determinación de sus integrantes para que su actividad perdurara.

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