La jueza Carmen Lamela no solo es competente para investigar la brutal agresión del municipio navarro de Alsasua, sino que los hechos pueden ser constitutivos de delitos de terrorismo. Es la respuesta de la Fiscalía de la Audiencia Nacional a la petición formulada por la magistrada, que en los próximos días tomará las actuaciones de los Juzgados de Pamplona, hasta ahora por atentado contra la autoridad y lesiones. En su informe, el departamento que dirige Javier Zaragoza describe comportamientos "contra la integridad física de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad realizados con el propósito de atemorizar a colectivos que no comparten sus ideas y generando una grave alteración para la paz pública". Además, interesa que la Guardia Civil testimonie "sobre la campaña de acoso que sus agentes sufren en la Comunidad Foral de Navarra y, concretamente, en la localidad de Alsasua".
Encontrarán fácilmente alegatos en la Guardia Civil. Porque ha sido el colectivo de las víctimas del terrorismo Covite quien ha trasladado la querella a la Audiencia Nacional, pero son los agentes los que viven día a día la realidad de Alsasua. La tensión permanente a la que les someten grupos de personas, algunas afines a la banda terrorista ETA, que protagonizaron el pasado 14 de octubre un episodio que pone en duda el funcionamiento del sistema de libertades en toda España.
Relato de los hechos
Un sargento de 35 años y un teniente de 25, ambos fuera de servicio, disfrutaban con sus parejas en un bar de las fiestas de octubre de la localidad. En un momento de la noche, un grupo de jóvenes identifica al menor de los agentes, posiblemente porque no hacía mucho tiempo que había participado en el rescate de un conjunto de expresos de ETA que se habían quedado aislados y atrapados en la nieve. Los miembros de la Guardia Civil y sus mujeres son increpados, rodeados y alguien les lanza un vaso. Como la tensión se incrementa, deciden marcharse.
Pero ya es demasiado tarde. Porque empiezan a volar patadas y puñetazos por parte de decenas de personas que les acorralan dentro del bar. Entre empujones, golpes y forcejeos, las cuatro víctimas salen del local, con tan mala suerte de que alcanzan al joven teniente de 25 años. Le tiran al suelo y uno de los agresores le rompe el tobillo de un pisotón. Su novia intenta protegerle, pero también es golpeada, de igual forma que el matrimonio formado por un sargento cordobés de 35 años y por su mujer, que hacía dos semanas se habían instalado en Alsasua. El teniente yace en el suelo con el tobillo roto y sangrando, pero los agresores no cejan en sus golpes y se ceban con él.
El linchamiento termina cuando llegan la Policía foral de Navarra y las ambulancias, que trasladan a las cuatro víctimas al hospital. De las decenas de personas que participaron en la paliza, solo dos fueron detenidos por la agresión y el tumulto que se formó después en la puerta de la comisaría de la Policía foral. Los arrestados quedaron en libertad, acusados de atentado contra la autoridad y otro delito de lesiones.
La reacción de Podemos y Bildu
El Parlamento de Navarra aprobó el 17 de octubre, tres días después de la agresión, dos declaraciones de condena distinas. Una patrocinada por la coalición que gobierna: Geroa Bai, Podemos e IU que se limitaron a condenar lo ocurrido apostando por "dejar atrás actos como los ocurridos el fin de semana, los cuales son propios del pasado y no deben formar parte de nuestro presente". EH Bildu, que apoya esta coalición en el ejecutivo autonómico, optó por la abstención en la votación del texto.
La segunda proclama contó con la firma de UPN, el PP y el PSN, que habían tachado de raquítica la breve condena anterior. La suya fue más extensa y más contundente, con cinco puntos: los cuatro primeros, que vieron la luz por la abstención de la mayoría de Podemos, IU y Geroa Bai, reconocen la labor de la Guardia Civil. Pero el quinto quedó en el limbo, excluido porque Podemos votó en contra con el resto de las formaciones, incluida EH Bildu: "El parlamento de Navarra se suma y anima a la ciudadanía a participar en la concentración en solidaridad con la Guardia Civil convocada por Vecinos de Paz lunes 17 octubre a las 20 horas delante de la comandancia de la Guardia Civil en Pamplona".
Ese mismo día, el secretario de organización de Podemos, Pablo Echenique, sostuvo que "la permanente duda sobre la condena de Podemos a este tipo de actos creo que ofende la inteligencia".