Pablo Crespo "nunca tuvo consciencia de estar cometiendo ninguna irregularidad administrativa". Es más, "una persona que no viene al caso" le confesó en 2008 que la trama Gürtel nació "desde el despacho del señor Alfredo Pérez Rubalcaba y después del de Antonio Camacho –ambos exministros del Interior–, donde se estaba montando una operación con policías amigos para desprestigiar al Partido Popular". Ha añadido que su "amigo antes que jefe" Francisco Correa, emerge como foco de este escándalo por su amistad con el yerno de José María Aznar, Alejandro Agag.
Se ha vislumbrado en esa carga contra los socialistas el halo político de quien fue secretario general del PP en Galicia. Pero Crespo ha intervenido como imputado en el juicio de la Primera Época de la trama (1999-2005) por su condición de supuesto números dos de Correa. Se enfrenta a 85 años y medio de cárcel por una decena de delitos de corrupción que habría cometido, según la Fiscalía Anticorrupción, cuando dejó su carrera pública para administrar empresas que se adjudicaron contratos públicos amañados a cambio de comisiones.
Crespo y Correa permanecen unidos, aún más de cara a la batería de juicios a los que se someten por las vertientes de Gürtel. Aunque el cabecilla renunciara a plantear la recusación de uno de los magistrados del Tribunal, José Ricardo de Prada, su mano derecha sí lo presentó, al igual que en las cuestiones previas pidió la nulidad del procedimiento por considerarlo "viciado de origen". Tampoco se ha olvidado del primer instructor del caso, Baltasar Garzón, apartado de la judicatura por escuchar de forma ilegal a varios imputados –entre ellos él mismo– en la cárcel. Ha embestido contra sus "trapacerías" y ha renegado de sus declaraciones en fase de investigación.
"Los calabozos de Moratalaz son una mazmorra de la Edad Media, con amenazas y presión policiales", ha manifestado Crespo. El protagonista de esta octava sesión de juicio ha añadido que Garzón no estuvo disponible y prolongó su arresto "por razones conocidas por todos", es decir, porque estaba cazando con Mariano Fernández Bermejo, exministro de Justicia. Ha recordado a la Fiscalía que apoyó las escuchas ilegales, de tal forma que participó en el "expurgo".
El papel de Crespo y los suyos
Según Anticorrupción, Crespo gestionó de las actividades de las empresas de la red de corrupción y supervisaba la actuación de los trabajadores. Abandonó una prometedora carrera en la banca y en el seno del Partido Popular para administrar sociedades de su amigo, que trabajaba codo con codo para la formación. "Correa quería opacidad fiscal absoluta", ha sostenido, aunque nunca ocultaba sus proyectos porque para eran "públicos y notorios" para todo el mundo.
El escenario se ha transformado este lunes en relación a la comparecencia de Correa. Hoy el declarante estaba mucho más sosegado y la fiscal Concepción Sabadell, de una vez por todas, ha ejercido y ordenado un interrogatorio completo. No obstante, Crespo no recordaba o no quería recordar buena parte de las respuestas sobres las funciones de los imputados o la contabilidad en forma de Caja B de sus empresas. Sí ha señalado al supuesto cerebro financiero, exconsejero de Repsol, NH o Barclays, Ramón Blanco, que se marchó como asesor de las sociedades "un mes y diez días antes de la intervención policial". Sospecha que "tenía algún conocimiento de algo".
Con versión contraria sobre José Luis Izquierdo, el presunto contable del grupo Correa, cuyo pendrive permitió avanzar de manera crucial en la investigación. Crespo ha manifestado que era un mero administrativo. Entonces la fiscal le ha preguntado por el responsable de las cuentas. Sin dar nombres ha dicho que se limitaba a "firmar los balances anuales". De hecho, "no tenía experiencia empresarial cuando llego en 2002 y recibía instrucciones del señor Correa de forma permanente".
Antes de Bárcenas
La representante de la Fiscalía Anticorrupción ha empleado la mayor parte del interrogatorio en mostrar facturas de la supuesta Caja B del grupo Correa. Importes hallados en el pincho de Izquierdo, el "puto pendrive", según lo bautizó Pablo Crespo en conversaciones intervenidas.
El interrogatorio ha quedado en stand by a la hora de comer y se retomará este martes en la novena sesión del juicio. Aún con mucho material en la mochila de Crespo, que reconocerá contactos con Luis Bárcenas para facturar los actos de campañas del Partido Popular. Cuando sea su turno, antes o después de Navidad, el extesorero desmentirá a los supuestos números uno y dos en el plenario de la trama Gürtel.
Además, la fiscal Sabadell ha aportado al Tribunal la autorización de Suiza para utilizar los datos bancarios que escondía Bárcenas en el país helvético y que varios de los acusados intentaron tumbar en la fase de cuestiones previas.