Seis horas de debate, dos resoluciones –la partidaria del 'no' y la de la abstención–, 54 peticiones de palabra y un resultado con amplia mayoría: 139 a favor de la abstención frente a 96 en contra. Cuarenta y tres votos de diferencia de los 219 miembros del Comité federal censados, tras eliminar a los 17 de la Ejecutiva de Pedro Sánchez, que inclinaron la balanza hacia una abstención cantada desde que el anterior secretario general fuera derrocado en la turbulenta reunión del máximo órgano entre Congresos. Fue una reunión que "parecía un pícnic en comparación con el último" Comité del 1 de octubre, y en la que el antiguo rubalcabismo volvió a tomar las riendas del PSOE.
"Volvemos a 2011", bromeaban algunos en la sede de un PSOE donde José Blanco se erigió"la máxima autoridad" del Comité Federal, otrora padre político de Pedro Sánchez; y en el que la defensa de la resolución proabstención se delegó en dos personas: Elena Valenciano, ex número dos de Rubalcaba, y Soraya Rodríguez, exportavoz en el Congreso.
Finalmente fue la primera quien defendió la resolución. Según sus propias palabras, lo hacía "en esta coyuntura ciertamente excepcional" y "en ejercicio de la responsabilidad política" para evitar unas terceras elecciones que serían "el peor desenlace posible a esta situación". Por ser "gravemente dañinas para la salud de la democracia" y "perjudiciales para el interés de España y de los españoles y españolas", pero también para el PSOE porque "podría tener efectos muy negativos el aparecer como los principales responsables del bloqueo político".
Una defensa que no hicieron los barones partidarios "en secreto" de la abstención: Emiliano García Page, de Castilla-La Mancha; Ximo Puig, de Comunidad Valenciana, y Javier Lambán de Aragón, que optaron por no tomar la palabra. En su lugar, lo hicieron José María Barreda, por Castilla-La Mancha; Cipriá Ciscar, por Comunidad Valenciana; y Víctor Morlán, por Aragón. La pedagogía de los barones abstencionistas quedó sólo en manos de la presidenta andaluza, Susana Díaz, y el extremeño, Guillermo Fernández Vara.
Ambos defendiendo una posición de abstención "de todo el grupo parlamentario" desterrando la opción de las 11 técnicas que manejaban los críticos: una tercera vía a través de la abstención de sólo once miembros del grupo y que enarboló a su llegada el socialista vasco, Patxi López, partidario del 'no'.
Mucho más beligerantes y públicas fueron las posiciones de los partidarios del 'no' que defendieron "con orgullo" su posición en contra de blanquear al Gobierno del PP. Caso del primer secretario del PSC, Miquel Iceta; de la balear, Francina Armengol; la vasca, Idoía Mendía; el riojano, César Luena; el castellanoleonés, Luis Tudanca; la navarra, María Chivite; la madrileña, Sara Hernández y el murciano, Rafael González.
Un resultado que vinculará a todos los miembros del grupo parlamentario y que tendrá que ratificar la comisión gestora, según las fuentes consultadas que descartan nuevamente que ésta opte por la vía de las once abstenciones técnicas: "Esta es nuestra posición política. La fija el Comité Federal e implica unidad de voto. Nadie entendería que la gestora decidiera algo distinto".