La guardia pretoriana de Susana Díaz, 9: Juan Pablo Durán, el sectario
Practica un sectarismo sin pudor tan exasperante que es una pesadilla imaginarlo como presidente del Congreso. Hay quien augura que caerá pronto.
Se conoce como impúdico a quien carece de pudor o no lo manifiesta. Hay un tipo de pudor, el democrático, que debería impedir a todos los partidos y sus miembros realizar acciones contrarias a los principios de la democracia. Uno de ellos es considerar adversarios,no enemigos, a los demás partidos y otro, Stuart Mill dixit, no atribuirles intenciones perversas.Y naturalmente, respetar las reglas de juego siempre y en todo momento.
Juan Pablo Durán, nada menos que presidente del Parlamento andaluz por obra y gracia de Susana Díaz, ya ha demostrado con creces que su presidencia es cosa de su partido y para su partido, no cosa del pueblo andaluz al que representan el PSOE y los demás partidos del arco parlamentario. Practica un sectarismo sin pudor tan exasperante que es una pesadilla imaginarlo como presidente del Congreso. Hay quien augura que caerá pronto. Lo que no se sabe es si lo hará hacia arriba o hacia abajo, porque está atado, y bien atado, a la lideresa.
Juan Pablo Durán, secretario provincial del PSOE en Córdoba y diputado electo, fue elegido presidente del Parlamento andaluz de la X legislatura en segunda votación y con el único apoyo de los 47 diputados socialistas al no haberse logrado un acuerdo entre los diferentes grupos que componen el nuevo arco parlamentario. Ni siquiera obtuvo los votos de Ciudadanos con cuya complicidad ha contado y cuenta.
Nacido en Córdoba en 1964, Durán está casado y es padre de dos hijas y un hijo. No crean que es militante temprano. Se afilió al PSOE cordobés en 1996 y ha ocupado la secretaría de Administración en el período 2000-2004 y la secretaría de Organización en el mandato 2004-2008. En la actualidad también forma parte del Comité Federal del PSOE. Precisamente, en los últimos acontecimientos su papel no ha sido relevante o no ha trascendido.
Como Susana Díaz, es un político de aparato y carrera interna de los que abundan en el PSOE en Andalucía. Es, pues, un pesoélogo. Es otro más de los dirigentes que rodean a Susana Díaz que carece de estudios superiores universitarios. En su currículo laboral consta una corta estancia en la gerencia de Rimacor SA, una empresa de residuos de la madera nacida al abrigo de la Junta en su día, participada entonces por la empresa pública Egmasa, plagada de escándalos y enchufismo.
En 2011, y siendo ya el jefe de filas socialista en Córdoba, se presentó a las elecciones municipales de Córdoba capital. Obtuvo uno de los peores resultados en la historia de los socialistas: cuatro concejales. Última fuerza de la ciudad. Pero en el PSOE de los últimos tiempos, y no sólo por Pedro Sánchez, una derrota memorable se traduce en más poder e influencia. De hecho, en 2014, dejó su acta de concejal para ser designado senador por el cupo autonómico. Con la llegada de Susana Díaz a la Junta, quiso ser consejero de la Junta, pero el hecho de ser secretario provincial se lo impidió. O sea, que de estrategia orgánica sabe poco.
Se presentó a las recientes elecciones autonómicas como cabeza de lista por Córdoba. Susana Díaz ha hecho que sustituyera en la presidencia del Parlamento andaluz a otro cordobés, el viejo borbollista en su día, Manuel Gracia, que obviamente está a años luz en todo de su sustituto salvo en sectarismo, que están así, así.
Pero en Córdoba se le conoce como miembro del clan de los Duranes -no confundir con el clan de los Duranes de Canal Sur-. De hecho, un diputado nacional, el ahora juez de nuevo, Juan Luis Rascón, dijo que no le gustaba el modo de hacer política de los "duranes". ¿A quién se refería? Pues a Pablo Durán y a otra Durán, su hermana, a los que acusaba de haber hecho una purga en Córdoba como no se conocía en la historia democrática. "El partido se descompone", aseguró Rascón, que añadió: "Ahora, los intereses que priman no son los del partido y ésta no es la socialdemocracia en la que creo". Y se fue.
No olvidemos a la familia. Su hermana, Inmaculada, auxiliar administrativa, que fue aupada al número 4 de la candidatura municipal de Córdoba donde ya era presidenta del Patronato Municipal de la Vivienda en Córdoba (Vimcorsa), fue designada posteriormente portavoz municipal en el Ayuntamiento gobernado por el PP. Pero su historia es más extensa porque en 2003 fue diputada nacional en sustitución de Rafael Velasco, ahora imputado en el caso de la formación. En 2015, fue designada Directora General de Consumo por el gobierno de Susana Díaz. Luego dimitió para ir de número 3 al Congreso de los Diputados por el PSOE de Córdoba, pero la debacle de Pedro Sánchez la dejó fuera del hemiciclo.
El pasado no fue lo que se quiere que sea
Aunque pasa de puntillas sobre su pasado y ha logrado que no sea, o no se sepa lo que fue, el pasado no se puede borrar. De hecho, años después de afiliarse al PSOE, intentó un "alzamiento de bienes" que perjudicaba a la Seguridad Social. No obstante, la Tesorería detectó la operación e impidió que se quedara con las maquinarias embargadas de la empresa de sus padres. El caso ocurrió en el año 2000 y poco después de su fracaso empresarial, comenzó su actividad febrilmente ascendente en el PSOE andaluz.
Desde el año 1997, la empresa de carpintería y muebles de sus padres, MUEBLES DURAN CABALLERO S.L. N.I.F. B14374839, estaba cerrada por crédito incobrable. Juan Pablo Durán Sánchez era en el año 2000 presidente de ANDALUZA DE EBANISTERIA- B 14503221, cerrada a su vez desde ese año por crédito incobrable. En el mismo año, la Seguridad Social embargó la empresa de sus padres por diferentes impagos y quiso proceder llevándose las máquinas de carpintería existentes en la empresa. Pero no pudo porque la empresa alegó que había vendido los muebles a un "tercero", tercero que resultó ser el propio hijo y administrador de la empresa Juan Pablo Durán Sánchez. Ele el arte.
Este es el documento que contiene el caso y que se conserva en el Diario Oficial de la Diputación de Córdoba:
Pero su carácter siguió entero. Durán fue expedientado y sancionado por el Banco de España por la intervención de Cajasur en mayo de 2010. Fue miembro del consejo de administración y estuvo en otros órganos internos en la etapa más agitada de la entidad de ahorros de la Iglesia. La multa impuesta por el supervisor bancario y ratificada por la Audiencia Nacional fue de 64.000 euros.
Tampoco está su trayectoria exenta de episodios polémicos y controvertidos, como la defensa que hizo de la exalcaldesa de Peñarroya, la socialista Luisa Ruiz, imputada en las irregularidades de los fondos mineros del Miner, haciendo un símil en sus críticas al PP con los asesinatos en la Guerra Civil. Dijo, y no ha podido ser borrado el vídeo: "La derecha ni hace prisioneros ni deja heridos, sólo sabe matar, y si es posible en las cunetas, donde siempre nos han dejado a los socialistas". Luego pidió perdón, pero logró presidir el Parlamento andaluz gracias a una Susana Díaz que ahora, por intereses partidistas, va abstenerse para que gobierne el PP, el de las cunetas de Durán.
También adquirieron relieve sus críticas al rejoneador cordobés Antonio Cañero, vinculado al bando franquista en la Guerra Civil, una obsesión para Durán. En este caso lo que dijo es que Cañero fue uno de los responsables del "genocidio franquista en Córdoba" durante la Guerra Civil. No contento, añadió que como ser humano era "despreciable" pese a la relevancia que logró en el mundo del rejoneo. No debió acordarse de que el bombardeo sobre la población civil de Cabra fue obra del bando republicano ni de otros genocidios.
Igualmente, organizó la defensa sin fisuras, aunque con más prudencia de la esperada, de algunos dirigentes del PSOE en Córdoba que, como el caso del ex delegado de Empleo, Antonio Fernández, terminaron sentados delante de la juez Alaya por los cursos de formación. Dijo entonces que, en caso de ser imputados, no estarían en cargo alguno. Calientes estaban los casos de Chaves, Griñán y otros.
En el Parlamento andaluz, algunas maniobras indican a las claras por qué es útil a su lideresa. La principal, por su relevancia anti-institucional fue la sustracción de representantes en la Mesa del Parlamento al PP andaluz. Por la cara. En el programa Es la Tarde de Dieter de esRadio la vicepresidenta del Parlamento, la popular Esperanza Oña, denunció que el PSOE, con la complicidad de Ciudadanos, casi disponía de la mayoría absoluta en la mesa por negarle al PP el representante que le correspondía. De hecho, el PP con 33 diputados tiene un solo miembro en la Mesa, como IU que tiene 5. Mientras, el PSOE con 47 escaños tiene tres representantes. El caso, que no ha sido reconsiderado siquiera por Durán a pesar de ser presidente de la Institución, ha llegado al Tribunal Constitucional y está a la espera de sentencia.
Otra famosa fechoría, que casi le cuesta una reprobación parlamentaria por antidemocrático y sectario, fue aliarse con Ciudadanos para impedir el debate de dos propuestas importantes de la oposición: la disminución, eliminación casi, del Impuesto de Sucesiones y Donaciones propuesta por el PP y la transparencia pública de las cuentas de la Junta, propuesta por Podemos. Ciudadanos tras un informe del Letrado de la Cámara advirtiendo al PSOE de su actitud, dio marcha atrás. Durán decidió con carácter retroactivo que tales proyectos necesitaban más documentación para ser admitidos.
La decisión del Presidente era, de hecho, una reforma encubierta del Reglamento del Parlamento andaluz que hacía que las propuestas de un diputado o partido tuvieran más trabas que las presentadas por cualquier ciudadano. El escándalo llegó a tal punto que el PP, anunció que presentaría una iniciativa para reprobar a Durán por sectarismo y atropello de la democracia.
Y así podríamos seguir y seguir, pero es más interesante indagar de dónde viene la influencia de este cordobés en la actual dirección del PSOE andaluz. No es baladí que sea el jefe del socialismo cordobés porque de ese modo Susana Díaz controla cuatro provincias claves para mandar en el PSOE sureño: Jaén, Huelva, Córdoba y Sevilla. Pero hay otros aspectos de interés.
Primero de todo, decir que en realidad Juan Pablo Durán era un hombre ligado a José Antonio Griñán y al imputado Rafael Velasco. Un Jueves Santo de 2009, Durán estaba de procesiones y con el teléfono abandonado. Y en eso Griñán quiso hablar con él sin encontrarlo durante horas. Se trataba de proponerle a la todavía alcaldesa de Córdoba por IU, Rosa Aguilar, entrar en el gobierno del PSOE andaluz. Durán cumplió el encargo reuniéndose con ella en un famoso parador, logrando que Aguilar apuñalara a IU, pero sin riesgo para el gobierno de la ciudad, que sería mantenido por los votos socialistas.
Tras la dimisión de Velasco, Durán lloró poco porque se veía ya en la cúspide del poder socialista cordobés tras la caída del delfín de Griñán. Igual que Susana Díaz se vio en la cima del poder socialista andaluz. Luego, apoyó igualmente a Griñán y a Díaz en la Operación Carmen Chacón contra Rubalcaba. Cuando la oposición interna a Griñán trató de formar núcleo en Córdoba con Joaquín Dobladez, se lo cargó sin contemplaciones.
Su inclinación a la fullería se manifestó una vez más en las primarias andaluzas. Susana Día competía con Luis Planas por la secretaría general, pero Juan Pablo Durán negó a Planas el uso de la sede del PSOE de Córdoba para presentar su candidatura. Planas pidió juego limpio y finalmente Durán tuvo que ceder no sin obstaculizar todo lo que pudo la consumación del acto.
Debido a todos estos méritos, Susana Díaz le pagó con la presidencia del Parlamento a nivel institucional y con un puesto en la Ejecutiva Federal a nivel orgánico. Así se escribe la historia.
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