Tomás Gómez ocupó entre 2007 y 2015 la secretaría general del Partido Socialista de Madrid. Lo hizo hasta que fue apartado por Pedro Sánchez y su séquito, incluso contra el deseo mayoritario de los militantes que le habían renovado el cargo en elecciones primarias. Los indicios delictivos que utilizó la malograda cúpula del PSOE para apartar a Gómez se han masificado a raíz de diversos informes aportados por la Guardia Civil al sumario de la denominada Operación Púnica, que mantiene en prisión al ex secretario general del PP madrileño y presunto cabecilla Francisco Granados.
Antes de dirigir el grupo regional socialista, Tomás Gómez conoció la política municipal. En base a los informes antes mencionados, fue como alcalde de Parla cuando recibió regalos de la red corrupta: una cesta de Navidad, una televisión, unos gemelos y una pashmina. Lideró el Ayuntamiento de esa ciudad situada en el sur de Madrid entre 1999 y 2008, período de bonanza de la trama Púnica. Este tipo de dádivas coinciden en fondo y forma con las que habrían empleado habitualmente Granados y su exsocio David Marjaliza para ganarse la confianza de políticos que después amañaban contratos públicos para sus empresas. El modus operandi común en estos escándalos.
Detallado por fechas, Marjaliza envió en 2003 a Gómez una televisión de plasma valorada en 5.000 euros, regalo que recibieron al mismo tiempo Francisco Granados y José Miguel Moreno Torres, sucesor del primero en la alcaldía de Valdemoro y exdiputado del PP en la Asamblea de Madrid. El presunto cerebro de Púnica habría utilizado un intermediario para ocultar el rastro de la dádiva pagada al político socialista, tal y como establece el informe policial.
Al parecer, este tipo de regalos fueron la tónica constante entre las Navidades de 2003 y 2007. No solo a Gómez, también figuran los nombres de exalcaldes populares como Arturo González Panero el Albondiguilla (Boadilla) o Guillermo Ortega el Rata (Majadahonda) entre los cargos agasajados. A Pilar Barreiro, exregidora de Cartagena, se la obsequió con bolsos y relojes que sumaron en total 5.138 euros y Eva Borox, exconcejala del PSOE en Valdemoro se quedó con una cartera de la marca Tous. El exdirector del Gabinete de la Consejería Ignacio Palacios obtuvo un reloj de la marca Bulgari y el exasesor de Granados, Edelmiro Andrés Galván, se hizo con un bolígrafo y una botella de vino.
Marjaliza y Granados pusieron en marcha esta práctica y muchos otros emularon un sistema que sobre el papel funcionaba. Los informes de la Guardia Civil recogen también cómo el empresario Ramiro Cid Sicluna, un promotor de Valdemoro que constituyó la primera empresa de la Púnica junto a Marjaliza, entregó a Tomás Gómez unos gemelos y una pashmina. Según la Unidad Central Operativa, se trata de sobornos con "la intención de predisponer favorablemente frente a las empresas de Ramiro Cid a aquellos funcionarios cuya intervención pudiera repercutir sobre sus intereses empresariales".
La máquina de contar fortunas
Otros informes de la UCO a los que ha accedido Libertad Digital reflejan una conversación entre los dos mandamases de esta trama: el enlace político Francisco Granados y el pilar empresarial David Marjaliza. A través de una carta manuscrita con el membrete de la Asamblea de Madrid, el primero le pide al segundo que use su "máquina" para contar 360.000 euros que le envió. Según la Guardia Civil, estamos ante otro indicio de blanqueo de capitales, no estando acreditado el origen de "buena parte" del importe.
"Estimado Morti, van 360.000 (no lo he contado, tú tienes máquina). Faltan 30.000 que no te pago porque como me los tienes que dar por el corral de mi madre... pues ya los pones tú si eso, que eres rico", escribe Granados. "El piso lo va a comprar mi hermano en vez de mi madre", añade el popular. Dicho informe explica que Granados intermedió en la compra de un piso para su hermano Alfonso por el valor de 390.000 euros. Granados habría enviado 360.000 euros en metálico y puesto a su progenitora como propietaria.