Tras semanas siendo los protagonistas de la guerra interna entre pablistas y errejonistas, Pablo Iglesias ha pedido este sábado a la dirección al completo de su partido que no "banalicen el debate" para que Podemos se convierta en el "referente" de la oposición española frente a PP, dejando atrás a un PSOE "desnortado, viejo y decadente" que ha dado un "espectáculo bochornoso" en las últimas semanas.
El líder de Podemos ha pedido a sus dirigentes, a sus diputados y senadores que estén "a la altura" de un "momento histórico de definición", y que no ofrezcan la imagen de guerra interna que dio el pasado sábado el PSOE en Ferraz. "Nosotros tenemos que demostrar que estamos a la altura de los desafíos históricos de nuestro país", ha afirmado el líder de Podemos.
A juicio de Iglesias, tras la caída de Pedro Sánchez, el PSOE ha terminado por renunciar al "espacio simbólico" en la izquierda española que "ha ocupado en los últimos 40 años", y que ahora, quiere asumir Podemos.
El problema
Todos en el partido están de acuerdo en que deben evitar "banalizar" el debate entre "moderados y radicales" y que su discusión, sobre cómo hacer oposición "es mucho más compleja". Y ahí está el problema, "cómo debe ejercerse ese papel".
Según ha señalado el propio Iglesias, en Podemos hay "diferencias estratégicas" sobre cómo afrontar la nueva situación. El secretario general morado ha dejado claro cuál cree que es el camino que debe tomar Podemos en esa oposición: "No podemos volver a pensar que el tono o que determinadas piruetas nos van a dar credibilidad. Creo que la credibilidad nos la da no disfrazarnos y decir las cosas como son". Y ha vuelto a insistir en que deben seguir "cavando trincheras" en la sociedad civil y "politizar el dolor".
En clave interna, ha pedido a los suyos que no se dejen presionar por los "adversarios" que tratan de influir en los debates y ha reclamado "responsabilidad" para que no sean los medios de comunicación quienes impongan las "reglas del juego" como ha pasado, a su juicio, con el PSOE. "Si el debate se reduce a etiquetas, habremos perdido las características que tenemos para cambiar este país. Los debates tienen que ser abiertos. Tenemos que demostrar que cuando debatimos es para hacer el proyecto más fuerte", ha insistido.
"Tenemos que debatir con rigor, somos compañeros y la lealtad se mantiene aunque tengamos diferencias", ha asegurado. "Este Consejo es muy especial porque tengo la impresión de que estamos viviendo un momento de definición sobre la transición que está viviendo nuestro país", ha finalizado.
Disciplina de voto
Además, y ya refiriéndose a la "decadente" situación en el PSOE, ha añadido que vería como un ejemplo de "dignidad" que algunos socialistas no siguieran la disciplina de voto si el PSOE decide abstenerse para dar el gobierno a Mariano Rajoy.
"Sería una demostración de dignidad, habla bien de la dignidad de algunos socialistas que no están dispuestos a arrodillarse. En ese sentido creo que es lógico y sensato que ello ocurra", ha asegurado.
Aunque, eso sí, ha añadido que esta situación también "habla de un partido en descomposición". "Revela el desnorte la crisis que está viviendo un partido que parece que ni siquiera va a ser capaz de mantener la disciplina de voto entre sus diputados".