La Unidad Militar de Emergencias (UME) ha celebrado este viernes su undécimo aniversario con una pequeño desfile militar en la base aérea de Torrejón de Ardoz, a las afueras de Madrid, donde se encuentra instalado su Cuartel General, el Regimiento de Intervención y Apoyo en Emergencias (RAIEM), el primer Batallón de Intervención en Emergencias (BIEM I) y el Batallón de Transmisiones (BTUME).
En el acto han participado cerca de 500 militares de los más de 3.500 efectivos con alto nivel de disponibilidad que componen actualmente la unidad, así como tres aviones apagafuegos, dos helicópteros y número importante de medios terrestres. También ha habido un emotivo homenaje a los caídos, con especial recuerdo al soldado Víctor Martín, fallecido el pasado 30 de abril al precipitarse por un barranco cuando participaba en un operativo de búsqueda en Huesca.
Durante su intervención, el jefe de la UME, teniente general Miguel Alcañíz, ha destacado los retos cara al futuro que tiene la unidad "para seguir siendo punta de lanza de la acción del Estado ante supuestos de grave riesgo, catástrofes o calamidades públicas" tanto en el territorio nacional como en el extranjero.
En lo que va de año, la UME ha participado en 43 intervenciones en las que ha tenido que poner en práctica sus diferentes capacidades. Entre ellas destacan su despliegue en tras el terremoto de Ecuador del pasado mes de abril, el colapso de un edificios de viviendas en Arona (Tenerife) o en los incendios que han asolado el territorio nacional durante el verano. Desde su creación, el número de misiones en las que ha participado la unidad supera las 360.
Una vez concluido el acto, la Unidad Militar de Emergencias ha presentado en público a su mascota, que lleva viviendo en la unidad desde principios de año. Se trata de un buho real de nombre Lume (el nombre juega con el nombre de la unidad y además significa fuego en gallego) y la elección de este animal responde a tres características de estas aves con las que la UME se siente identificada: sus grandes ojos que le aportan un gran campo de visión, su capacidad de actuación nocturna que le permite estar "siempre alerta", y su discreción.