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Puigdemont: "Los niños catalanes hablan castellano mejor que los demás"

Promete la creación de 7.000 nuevas plazas de funcionarios, un salario mínimo de mil euros y niega la fuga de empresas.

Promete la creación de 7.000 nuevas plazas de funcionarios, un salario mínimo de mil euros y niega la fuga de empresas.
Carles Puigdemont, durante su intervención en el Parlamento. | EFE

Una semana después de superar con el apoyo de los antisistema de la CUP la moción de confianza, Puigdemont protagoniza un inaudito debate de política general en el que ha prometido la creación de siete mil plazas de funcionarios, subir el salario mínimo a mil euros, empleo de calidad e igualdad de oportunidades. De remate, afirmó que el modelo de inmersión lingüística propicia que los niños catalanes hablen y escriban español mejor que los del resto de España, que en Cataluña se crea más ocupación que en ninguna otra comunidad y que las empresas no se fugan por el proceso separatista, sino todo lo contrario: cada vez se crean más empresas.

Cataluña, según las visiones de Puigdemont, es el Jardín del Edén, un paraíso ajeno, por ejemplo, a la corrupción, pues no en vano, llegó a asegurar, la Generalidad es la institución más transparente de España. En cuanto a los siete mil nuevos puestos de funcionarios, afirmó que se convocarán 2.500 plazas de médicos y enfermería; 2.000 para maestros; 500 para Mossos d'Esquadra, 150 de bomberos y 300 para la joya de la corona de la estructuras de estado, la Agencia Tributaria Catalana, con lo que dicha entidad, sin competencia legal alguna, dispondrá de un total de ochocientos inspectores, analistas e informáticos a finales del próximo año.

Justifica las "embajadas"

Como es obvio, el presidente de la Generalidad pasó por alto la quiebra técnica de la administración autonómica, su dependencia del Fondo de Liquidez Autonómica y el último estudio de la Fundación Bofill, que afirma que la inversión en educación en Cataluña es similar a la de Laos y Guatemala y que se necesitarían diez mil millones más de inversión para equipararse a los estándares normales en Europa.

En cuanto a las "embajadas" de la Generalidad, Puigdemont afirmó que "por cada euro que invertimos en las oficinas de exterior obtenemos un incremento del 49% en exportaciones y del 26% en inversión extranjera", de tal manera que anunció la extensión de estas oficinas a Irán y los Balcanes. Nada dijo del verdadero objetivo de "internacionalizar" el "conflicto con España", verdadera y hasta ahora frustrada misión del aparato de Exteriores de la Generalidad.

Guiño a la CUP y los podemitas

Todo fue un guiño a los podemitas de Catalunya Sí que es Pot (CSQP) y a la CUP, que rechazó los primeros presupuestos presentados por el vicepresidente de la Generalidad y líder de ERC Oriol Junqueras. Un discurso el de Puigdemont que trata de atraerse el favor de la CUP, los antedichos podemitas e incluso del PSC, inmerso en una crisis interna y empecinado en el no a Rajoy. En cuanto a los problemas de Cataluña, según Puigdemont todo es culpa del Estado.

Respuestas de Arrimadas

La primera en responder al discurso, mucho más extenso que el de la moción de confianza, fue la jefa de la oposición Inés Arrimadas, de Ciudadanos, que calificó al presidente autonómico de triunfalista, de desconocer la realidad y de no gestionar las competencias que sí tiene. También le afeó que no dijera que en Cataluña hay menos personas con derecho a la ley de dependencia que en el resto de España, que aumenta el desempleo de las mujeres de 55 años, que los graduados de la ESO en Cataluña tienen menos oportunidades laborales, que hay más alumnos en barracones que en tiempos de Mas o que se dejara en el tintero la deuda de la Generalidad, 75.000 millones de euros que hacen de la comunidad catalana la más endeudada del Estado autonómico.

Miquel Iceta, el portavoz socialista, puso el punto irónico al calificar a Puigdemont de "Superman" por todas las promesas que ha expuesto para una legislatura a la que le queda menos de un año de existencia.

En paralelo al debate de política general, Junts pel Sí y la CUP preparan un documento que llevarán a la cámara este jueves para que el referéndum se lleve a cabo como muy tarde en septiembre del próximo año, en lo que supondrá un nuevo desafío al Tribunal Constitucional y una muestra evidente de desobediencia. Es el precio a pagar por el apoyo de la CUP a los presupuestos.

Albiol, contundente

El presidente del grupo parlamentario del PP, Xavier García Albiol, abrió la sesión de la tarde con una intervención contundente contra Puigdemont, al que acusó de proferir grandes palabras "contra los que nos sentimos catalanes y españoles". Además, acusó al presidente de la Generalidad de que su discurso trufado de falsedades: "No pretendo que dejen de ser independentistas, pero sí que dejen de mentir". A continuación, subrayó que Cataluña es la última comunidad en inversión y gasto sanitario, "pero líderes en chiringuitos políticos y subvenciones para el independentismo"

La intervención de Puigdemont tampoco convenció a la bancada de Catalunya Sí Que Es Pot. Por el grupo podemita intervino en primer lugar Àngels Martínez, quien llegó a afirmar que el discurso del presidente era el "de Lewis Carroll y se llamaba Alicia en el país de las Maravillas". El grupo partió su intervención en dos para que también pudiera hablar Albano Dante Fachín, quien volvió a reclamar un referéndum consensuado con el Estado.

La CUP también recurrió a dos portavoces, Albert Botran y Benet Salellas. El primero se empeñó a fondo en reclamar la ruptura con España, la desobediencia como sistema y un referéndum caiga quien caiga. Salellas, por su parte, denunció la presencia de Miquel Roca en decenas de consejos de administración y que Cataluña es propiedad de las familias Godia, Daurella, Carulla, entre otras.

El portavoz de Junts pel Sí, Jordi Turull, cerró las intervenciones de los grupos con la acusación a CSQP de ser culpables de los recortes por no haber aprobado los presupuestos. Ni una alusión a la CUP, el verdadero escollo. Al final tomó el turno de palabra el presidente de la Generalidad para defenderse de las acusaciones de los grupos parlamentarios. Les reprochó que le acusaran de no conocer la realidad de Cataluña. También acusó a todos en general de creerse su propia propaganda y subrayó que en su primer intervención no había hablado en ningún momento de referéndum.

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