"No hay ninguna posibilidad de acuerdo", es el único punto en el que ambas tricheras socialistas, oficialistas y críticos, coinciden en la víspera del Comité Federal del PSOE más decisivo de la historia. "Pues claro que hay llamadas, pero no posibilidad de negociar ni de mediar. Vamos a acudir con toda la artillería", dicen fuentes de la dirección socialista que esperan que los críticos hagan lo propio.
Será un Comité Federal a cara de perro entre Pedro Sánchez y Susana Díaz en el que se debatirá formalmente la convocatoria de un Congreso Extraordinario, según figura en el orden del día, pero en el que se plantean incluso nuevas batallas a mayores y desde el primer momento para calentar la convocatoria. Se debatirá desde una nueva presidencia del Comité Federal hasta donde se sienta la Ejecutiva y si pueden entrar los 17 dimitidos de la Ejecutiva.
Los últimos planes de Ferraz pasan por comenzar con una nueva votación que cambie a la presidencia del máximo órgano entre Congresos que no ha cambiado en más de dos años "mientras los estatutos hablan un año como plazo máximo". Un primer ataque contra el alter ego de Susana Díaz, Verónica Pérez, que pretende encender aún más el ambiente de los críticos, lejos de apaciguarlos, y que también persigue ser "un anticipo de la votación decisiva". Esto es: la de la convocatoria de un Congreso Extraordinario.
Según explican estas fuentes, lo que la dirección "en funciones" del PSOE pretende es comenzar fijando los bandos, perdedores y ganadores, en esa primera votación de la Mesa, y que registraría el mismo resultado que la segunda, la del Congreso, porque si ganan comienzan ya la batalla desalentando a los críticos y vetando cualquier posibilidad de rebelión. Un nuevo órdago, aunque muy arriesgado, ya que "tener atados" los números de un órgano con 295 miembros es prácticamente imposible. "Prácticamente, una lotería", reconocen ambas partes del conflicto. Los críticos contratarán con otra ofensiva: ver dónde se sienta la Ejecutiva, o lo que queda de ella. Por considerar que "no está legitimada" piden que Pedro Sánchez y los suyos no se sienten detrás de la nueva presidencia sino en la primera fila con el resto de miembros del Comité.
Una reunión que ésta vez no ofrecerá la señal en directo con la intervención de Pedro Sánchez ya que se trata de un Comité Federal Extraordinario que no precisa del informe de gestión del secretario general previo al debate. Por ello, la dirección "en funciones" decreta que "no se puede hablar de nada que no tenga que ver con el orden del día", el Congreso Extraordinario, "porque no se puede dar réplica al secretario general" y abrir otras vías de debate distintas.
Se acabará votando y la esperanza de los críticos es que, en caso de derrota de Sánchez, "ésta vez dimita". Aunque no está clara la maniobra de los críticos. No quieren dar pistas al enemigo pero tampoco dan muestras de haber recogido firmas para forzar una moción de censura aunque fuera encubierta. La dirección está "a ciegas" a expensas de que mueva ficha el sector liderado por la federación de Susana Díaz que desde las 14:00 horas de este viernes se encuentra en Madrid. Ha anticipado su viaje a la capital con el ánimo de seguir mantiendo encuentros, aunque no confirman con quien, pero hay quien apunta que está en permanente contacto con los tótems del socialismo, desde Felipe González a José Luis Rodríguez Zapatero pasando por Alfredo Pérez Rubalcaba.