La imagen de unidad ofrecida por el PSC en la pasada "fiesta de la rosa" de Gavá (Barcelona) fue un espejismo. La desaforada defensa de Pedro Sánchez por parte del primer secretario, Miquel Iceta, ocultó las fuertes discrepancias en el seno de una organización que celebrará su congreso del 4 al 6 de noviembre.
Núria Parlon, alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, es la máxima aspirante a suceder a Iceta, a quienes los dirigentes del denominado "cinturón rojo" ya han puesto la cruz por su sesgo independentista. El principal conflicto surgió cuando Iceta trató de introducir en una de las ponencias que se discutirá en el cónclave la "vía canadiense" para Cataluña. La recuperación del "derecho a decidir" causó un profundo malestar entre los alcaldes metropolitanos, así como la mano tendida de Iceta al presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, para debatir los presupuestos autonómicos.
El actual primer secretario de los socialistas catalanes no tiene en absoluto garantizada la permanencia en el cargo, al punto de que sus partidarios afirman que en caso de continuar no obtendrá más allá de un apoyo del 55% de las bases.
En cambio, Núria Parlon, que rechazó en el último minuto hacerse cargo del partido tras la dimisión de Pere Navarro, ahora sí está dispuesta a optar a la dirección. Su posición es inmejorable. Apadrinada por Susana Díaz, cuenta además con el apoyo de los barones territoriales y de dirigentes contrarios a Sánchez como Eduardo Madina.
Parlon no se define en la materia del "derecho a decidir", pero sí en que el PSC debe virar a la izquierda y contar con un grupo propio en el Congreso de los Diputados. Sus afines restan importancia a ese detalle y alegan que ha figurado en los programas de todos los dirigentes socialistas catalanes, de Maragall a Montilla e incluso Iceta, sin que nunca se haya concretado.
La alcaldesa de Santa Coloma cuenta por el momento con más avales que Iceta (el plazo de recogida concluye este miércoles) y su apoyo a Sánchez es algo menos que tibio, como se puso de manifiesto en el mitin de Gavá, donde apostó por una renovación profunda del partido en Cataluña, la presencia de más jóvenes en los órganos de dirección y una vuelta a las reivindicaciones sociales.
A su favor cuenta incluso el apoyo del sector errejonista de Podemos. El propio Errejón sondeó con ella una confluencia de izquierdas liderada por la propia Parlón, oferta que rechazó pero que revela la buena sintonía con el sector crítico de Podemos. También mantiene unas excelentes relaciones con Ada Colau y es percibida por buena parte de los militantes del PSC como la única esperanza del partido para que no se limite a "salvar los muebles" como ha ocurrido en los últimos comicios, tanto generales como autonómicos y municipales.