Los índices de audiencia de Catalunya Ràdio y TV3 caen en picado. Este verano, la televisión pública autonómica ha alcanzado sus cuotas más bajas, por debajo de Telecinco y Antena 3, una debacle histórica acentuada por el perfil monotemático de la programación, en la que el proceso separatista se cuela hasta en las series de ficción. Ni las retransmisiones de los partidos del Barça compensan las menguantes audiencias de TV3. Lo mismo ocurre en Catalunya Ràdio, emisora ahora en manos de Saül Gordillo, amigo y socio del presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont. Y todo ello a pesar de que TV3 cuenta con un presupuesto de más de doscientos millones de euros y es, de largo, la televisión pública regional más cara de España.
El anterior gobierno autonómico, dirigido por Artur Mas, diseñó un plan de comunicación que pasaba por el desmantelamiento paulatino de las plantillas de los medios públicos en favor del grupo Godó, editor de La Vanguardia y propietario de la emisora RAC1, líder de audiencia en Cataluña, y de la televisión 8TV. El apoyo de los medios del conde de Godó y grande de España a la gestión de Mas y su "hoja de ruta" separatista se consideraba mucho más fiable y eficaz que el de TV3 y la correspondiente emisora de radio, donde los comités de empresa y los órganos de gobierno ralentizan la transmisión de consignas.
En la nueva etapa del proceso, ya con Puigdemont y el líder de ERC, Oriol Junqueras, al frente, TV3 y Catalunya Ràdio vuelven a ser objeto de disputas. Los republicanos pretenden modificar la composición del consejo de gobierno de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) para imprimir un sesgo aún más independentista y de izquierdas en los contenidos, pero un amplio sector convergente se niega en redondo a facilitar los cambios.
Brauli Duart, de Convergència, dejó la presidencia por motivos de salud en manos de la también convergente Núria Llorach, pero no abandonó el consejo, donde los convergentes cuentan además con Antoni Pemán, de la cuota democristiana. Josep Vilar representa al PSC, Armand Querol, con dos décadas a sus espaldas en el consejo, al PP mientras que el único consejero a propuesta de ERC es Rita Marzoa.
Los republicanos consideran que esta composición no se ajusta a la del parlamento autonómico y exigen la renovación inmediata, según informa Crónica Global, pero la renovación de cargos en la CCMA no está en las previsiones de Puigdemont, lo que es otro motivo de disputa en el seno de "Junts pel Sí" y del gobierno autonómico. Por si no fuera suficiente, la trifulca se extiende incluso entre miembros de la propia Convergencia, puesto que la consejera de Presidencia, Neus Munté, ha cedido a ERC el diseño del futuro de los entes públicos en contra del criterio del consejero de Cultura, Santi Vila. De este modo, el secretario general de Comunicación de la Generalidad, Miquel Martín Gamisans (exjefe de prensa de ERC en el Congreso), y el director general, el exsocialista Jordi del Río, son los encargados de trazar las líneas maestras de la futura TV3, aunque su capacidad de maniobra está muy limitada por el dominio convergente en la Corporación que agrupa a la televisión y la radio del "régimen", tal como se denominan popularmente.