Parecía que no se movían, pero este miércoles se produjo la primera constatación de que los críticos llevan tiempo operando de forma soterrada y esbozando todas las posibilidades para acabar con su secretario general, Pedro Sánchez, tras las elecciones gallegas y vascas del 25 de septiembre. Todas pasan por una abstención y, por ende, por doblarle el brazo al líder del PSOE cuyo "no" ha sido rotundo y determinante en estos meses.
Según las fuentes consultadas por Libertad Digital, los planes de los barones, aliados con los exdirigentes socialistas más críticos con la actual dirección del partido, pasan por tres alternativas, una vez se constate el nuevo fracaso electoral que se espera en una semana bajo el mandato de Sánchez.
La primera: una gestora. Certificados en las urnas los malos pronósticos en Galicia (donde el PSOE podría sufrir el adelantamiento de En Marea y vislumbrar una nueva mayoría absoluta de Núñez Feijoo) y en el País Vasco (donde el PSE podría perder hasta la mitad de su representación parlamentaria, según el CIS), los críticos forzarían un Comité Federal para el primer fin de semana de octubre en el que se exigiera la formación de una comisión gestora al frente del partido. Gestora que votaría de forma inmediata la abstención del PSOE al Gobierno del PP y que libraría a los barones de defender públicamente una abstención contra la línea de Sánchez. Sería la opción más dramática a nivel interno y requeriría la mayoría absoluta del máximo órgano entre Congresos. Los críticos la tienen.
Segunda opción: la 'vía Óscar López'. Como ocurrió hace dos años en Castilla y León, esta posibilidad consistiría en forzar la dimisión de la mitad de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE si Pedro Sánchez se negase a convocar de inmediato al Comité Federal. La dimisión en bloque de la mitad de la dirección forzaría automáticamente la constitución de una gestora que votaría también la abstención para permitir la formación de un Gobierno popular. Confían en las voces críticas que existen actualmente en el equipo de Sánchez: varios miembros andaluces, la ex número dos de Tomás Gómez, Maru Menéndez; Carmen Chacón, Emiliano García-Page... y varios miembros que han ido reclutando los díscolos y que "tienen dudas" sobre el futuro de la dirección.
Opción tres: salida digna para Pedro. La tercera opción sería "la más recomendable" para los socialistas más sensatos que enarbolan constantemente la llamada "cultura de partido". Esto es: la necesidad de "evitar la sangre" de momento y aplazar la batalla interna hasta la convocatoria y posterior celebración del 39º Congreso Federal. Pero partiría de una premisa básica: "Unos resultados electorales algo más dignos" que los que auguran los sondeos en Galicia y País Vasco. De conseguirlo, Sánchez tendría que convocar un Comité Federal que votaría la abstención "de forma colegiada", asumiendo el coste los 250 miembros del órgano y permitiendo al secretario general seguir defendiendo el 'no'.
De esta forma, explican sus cercanos, "no quedaría en evidencia su coherencia de cara a la galería". Sería una marcha atrás "a medias" porque podría explicar que la decisión es del PSOE e incluso acudir a su eterna amenaza de una consulta a la militancia socialista a la que tanto temen los barones del PSOE que, a excepción del extremeño Guillermo Fernández Vara, no se han atrevido a defender públicamente una abstención del PSOE.
En este tercer escenario, "el más probable y beneficioso" según las fuentes consultadas se evitaría el drama de "dejar el partido hecho unos zorros" como ocurrió en el PSOE de Madrid tras la destitución de Tomás Gómez: que "los suyos no tienen salida y provocan rebeliones constantes al futuro secretario general". Porque, eso sí, esta "salida digna" no dejaría de ser una salida de Sánchez, pero dilatada en el tiempo, según los críticos. Porque con consulta o sin ella, y después de la formación de un Gobierno, el líder del PSOE debería convocar el 39º Congreso Federal que, según las fuentes consultadas, tiene pocos visos de dejar vivo políticamente a Pedro Sánchez. La cuestión es quién lo estará porque "quien empuñe el cuchillo, también estará muerto".