El tren que descarriló el pasado viernes en la localidad pontevedresa de Porriño circulaba a a 118 kilómetros en una vía secundaria por la que estaba limitado ir a 30 kilómetros por hora, según han confirmado los técnicos presentes en el acto celebrado en sede judicial.
Así se desprende del análisis de una 'caja negra' del convoy cuyos resultados han sido aportados por técnicos en el Juzgado de Porriño, que investiga las causas del accidente en el que murieron cuatro personas y resultaron heridas otro medio centenar.
Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Galicia indicaron que el maquinista, de nacionalidad portuguesa, que figura entre los fallecidos, "recibió y cursó recibo de haber recibido (pulsando un botón) dos avisos L1, que significan necesidad de moderar la velocidad".
Peritos designados por la Xunta, la firma de gestión ferroviaria Adif, y las empresas Renfe y Comboios de Portugal, que operaban la línea entre Vigo y Oporto, han acudido al Juzgado para explicar los datos recogidos de los análisis de una de las dos cajas, así como técnicos de la comisión de investigación de accidentes ferroviarios, dependiente del Ministerio de Fomento.
El perito designado por la Xunta Juan Carlos Carballeira ha hecho hincapié en que de las cajas negras del tren Celta siniestrado el viernes, una instalada por Renfe y otra por Comboios de Portugal, se han podido extraer "datos relevantes".
Estas registran las velocidades del convoy, las distancias y las señales, así como las comunicaciones a través del tren tierra con el puesto de mando de Orense. Fuentes técnicas han precisado que del volcado no se infiere que hubiera fallo técnico ni de señalización.
El tren Celta, que realiza el recorrido Vigo-Oporto, descarriló en las inmediaciones de la estación de O Porriño en un tramo recto, y en su recorrido se llevó por delante varios postes hasta acabar impactando contra la base de una torre de electricidad.
Fallecieron al instante el maquinista, de nacionalidad portuguesa, el interventor y un maquinista en prácticas, ambos gallegos, y un turista estadounidense, y resultaron heridos 27 españoles, 8 estadounidenses, 3 portugueses, 3 alemanes, 2 brasileños, 2 uruguayos, 2 argentinos, 1 chileno y 1 filipino.
El vicecónsul de Portugal en Galicia, Manuel Silva, ha acudido hoy al Juzgado de O Porriño para completar el trámite de identificación oficial del maquinista, imprescindible para su repatriación, ya que la huella indubitada enviada inicialmente por las autoridades lusas no era válida.
Queda pendiente el traslado del convoy accidentado hasta las dependencias de Renfe en Redondela mientras no finalice la inspección pericial. Hasta entonces, los vagones seguirán en la estación y bajo custodia policial. Hay abiertas dos investigaciones sobre el accidente de O Porriño, la judicial y la de la comisión de investigación de accidentes ferroviarios.
Un técnico de este organismo, Edmundo Parras, ha explicado a su llegada al Juzgado de O Porriño que la función de la comisión administrativa es investigar "las flaquezas y debilidades" del sistema ferroviario.
Se trata de "mejorar" el sistema, no "buscar culpables", ha apostillado Parras, quien ha incidido también en que la investigación que realiza su comisión es independiente de la judicial.