El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, continúa ajeno a las polémicas que rodean a su partido e insiste: quiere gobernar. Este lunes presidió la reunión del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso pero no quiso abordar ninguno de los temas candentes que afectan a su partido. Ni el caso Soria, ni la dimisión de la vicepresidenta de Castilla y León, ni siquiera las amenazas del presidente catalán, Carles Puigdemont. De nada quiso hablar que no tuviera relación con el bloqueo político que vive el país.
En la que fue la primera reunión del nuevo curso político con sus diputados, Rajoy fijó la estrategia a seguir, al menos hasta que se celebren las elecciones vascas y gallegas del 25 de septiembre. Una estrategia que pasa por poner el foco en el líder del PSOE, Pedro Sánchez, al que culpa de no tener aún gobierno.
De esta manera, el presidente criticó la actitud "obstruccionista" de Sánchez que a su juicio consiste en esperar a ver qué pasa, precisamente, con los comicios vascos y gallegos. Según Rajoy, con esta actitud el secretario general del PSOE tan sólo evidencia que "una vez más" el PSOE ha situado sus "intereses partidistas" por encima de los intereses generales de los españoles.
Ante los suyos, el presidente volvió a poner en valor los resultados que el PP obtuvo tras las elecciones de junio y se reivindicó tanto a él como al Partido Popular: "lo que vamos a hacer es seguir defendiendo nuestro derecho a gobernar". Para Rajoy, el hecho de que el Partido Popular fuera el único partido capaz de mejorar en junio su resultado con respecto a diciembre demuestra que los populares están legitimados "más que nadie" para gobernar.
De hecho, se mostró dispuesto a formar gobierno "en cualquier momento", expresión que repitió en varias ocasiones durante su discurso. "Si tuviera que repetir decisiones, repetiría las mismas", explicó el presidente para defender el pacto de investidura que alcanzó con Ciudadanos. Un acuerdo que, a su entender, dio forma a la única opción "creíble, seria y rigurosa".
Además, Rajoy quiso alertar de las consecuencias de no tener Gobierno. Según el presidente en funciones, este asunto es "cada vez más preocupante" por lo que anunció que su gobierno va a estudiar "todas las fórmulas jurídicas" necesarias para minimizar "el daño" que pueda hacer a los españoles el hecho de que no haya Presupuestos Generales del Estado en 2017. Un daño del que volvió a culpar a Pedro Sánchez. También hizo hincapié en que la falta de un Ejecutivo estable "hace dudar a inversores, agentes económicos y sociales".