Mariano Rajoy reaparece este sábado en Pontevedra sin haber alcanzado el acuerdo de investidura con Ciudadanos. Teatro o no, el partido de Albert Rivera siguió resistiéndose pese a que desde el PP dieron por descontado que todo estaba ya prácticamente hecho. "Viento en popa", aseguraron a primera hora de este viernes, ya con las dotaciones presupuestarias encima de la mesa. El documento "se está redactando", añadieron en un receso de los contactos.
Sea como fuere, está siendo una negociación intensa, de café y muchas horas de trabajo; con Rajoy y Rivera al otro lado del teléfono, tratando de superar los baches de mayor dificultad. Por poner un ejemplo, a las dos de la madrugada terminó la jornada de trabajo del jueves y fue entonces cuando José Manuel Villegas telefoneó a su jefe de filas para comunicarle el estado de la situación. En todo momento, Ciudadanos fue más dramático, ultimátum incluido. Mientras, el PP trataba de rebajar el drama. "Va bien", trasladaron al presidente en funciones, "en ningún momento lo hemos dado por perdido".
Los cálculos de Moncloa son que todo quedará resuelto antes de que termine la semana. De hecho, durante todo el viernes, aseguraron que era "cuestión de horas" y el único problema residía en que Rivera había dado la orden de tensar la cuerda. Según las fuentes consultadas, a Rajoy le habría gustado dejarlo atado antes del mitin en su tierra, pero se trasladará a Madrid para "escenificar" el pacto en caso de que haya llegado la hora. La firma del documento podría correr a cargo de los portavoces de grupo, aunque no había nada cerrado. En el PP dieron a entender que habrá foto de los líderes.
El CGPJ y los flecos de las cifras
Optimismo moderado en el PP, y más cautela en Ciudadanos. Tanta que las noticias que el presidente en Ciudadanos escuchó de quien desde hace una década es su mano derecha no fueron buenas, o no todo lo buenas que esperaba. Villegas le explicó en la madrugada del viernes que los populares ya habían puesto sobre la mesa dinero para financiar las cinco grandes medidas sociales por las que abogan. A saber, el complemento salarial anual garantizado, el plan contra la pobreza infantil, la equiparación y aumento de las bajas de maternidad y paternidad, el aumento en la inversión en educación infantil y el plan de choque contra el fracaso escolar. Sin embargo, Rivera consideró que la cuantía es todavía "insuficiente". Tanto que no llegaría ni a la mitad de los 7.000 millones de euros que, según la propia memoria económica de Ciudadanos, suponen.
Según las fuentes consultadas, el propio presidente de Ciudadanos le expresó su preocupación a Rajoy por la falta de concreción en las cifras -que cuentan con el aval de Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda- y por los escasos avances en las reformas institucionales que plantea la formación naranja, tales como la supresión de las diputaciones provinciales, la modificación del Senado o el cambio en la elección de los vocales del CGPJ.
En este último punto, se logró un acuerdo a última hora del viernes: el PP aceptó que doce de sus miembros sean elegidos por los propios jueces y no por los partidos políticos. Es, sin duda, una de las piezas que se ha cobrado Rivera en esta negociación y de la que presumirá en su discurso durante el debate de investidura. Una reforma similar trató de impulsar nada más llegar al Gobierno el PP en 2012 el entonces ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, pero finalmente no se llevó adelante. Este mismo viernes apareció por el Congreso, para reforzar el equipo de Ciudadanos, el catedrático de Derecho Administrativo Andrés Betancor, uno de los artífices del plan reformista que Ciudadanos lleva defendiendo desde hace un años, particularmente enfocado a acabar con la influencia de los partidos en el poder judicial.
Así las cosas, en su comparecencia durante el habitual receso de mediodía, Villegas confirmó que los avances en la negociación son "insuficientes" y descartó expresamente la posibilidad de firmar el acuerdo este mismo viernes. "Las posturas están demasiado separadas como para decir, primero si va a haber acuerdo y por supuesto como para decir que se va firmar esta tarde. De hecho, a mí me parece imposible que esta tarde se vaya a firmar este acuerdo", anunció ante los medios.
Hecho el aviso por parte del partido naranja, fue de nuevo Fernando Martínez-Maillo el que trató de aplacar su pesimismo. "Somos moderadamente optimistas. Hoy estamos mejor que ayer, hoy ha habido sustanciales avances", sentenció. Y, en paralelo, todo el PP –tanto en público como en privado- se dedicó a augurar "buenas noticias" de forma inminente. "Les estamos dando tiempo, ellos tienen que digerir el acuerdo, pero salvo sorpresas inesperada, está hecho", deslizaron. En todo caso, reconocieron, los números siguen sin salir de ninguna de las maneras de cara a la votación de investidura. "El no es no se están convirtiendo en pandemia", lamentó el entorno de Rajoy, en relación al PSOE y el PNV.