El 28 de julio Mariano Rajoy aceptó el encargo del rey Felipe VI para intentar formar Gobierno aunque no aclaró si se sometería a la sesión de investidura.
El 9 de agosto, Ciudadanos impone seis condiciones al presidente del Gobierno en funciones para sentarse a negociar un acuerdo de investidura además de una fecha para la misma. Rajoy se lo toma con calma y decide someter la decisión a la Ejecutiva Nacional del PP, pero después del puente del 15 de agosto.
El 16 de este mes Rajoy confirma que el partido le ha dado carta blanca para negociar con la formación de Albert Rivera, aunque asegura que lo hará sin condiciones y evita fijar una fecha para su investidura.
El líder de Ciudadanos le emplaza para que en menos de 24 horas fije un día para la investidura, firmen el pacto anticorrupción y comiencen las negociaciones.
El 18 de agosto, la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, fija la sesión de investidura para el 30 de agosto. Una fecha que hace saltar todas las alarmas.
La primera votación se produciría el 31 de agosto. Se exige la mayoría absoluta por lo que seguro tendrán que votar de nuevo dos días después. En esta ocasión será suficiente una mayoría simple, es decir, mayor número de votos a favor que en contra.
Si se da este último escenario se llegará a la fecha tope para pactar los Presupuestos Generales del Estado de 2017 con un Gobierno en funciones. Cinco días antes se habrían celebrado las elecciones vascas y gallegas.
Otra fecha límite marcada en el calendario es el 15 de octubre, cuando el Ejecutivo tiene que presentar a Bruselas los compromisos de déficit público.
El último día octubre se acaba el plazo de dos meses establecido por la Constitución para formar Gobierno desde que se produjo esa primera votación del 31 de agosto.
El 1 de noviembre se volvería a convocar elecciones generales, las terceras en un año y que se celebrarían 54 días después de que se publique en el Boletín Oficial del Estado, esto es el 25 de diciembre.
La campaña electoral comenzaría el 9 de diciembre y los comicios se celebrarían el día de Navidad, con toda España de fiesta y con muchos ciudadanos fuera de sus domicilios habituales atendiendo a sus compromisos familiares.