El Mundo dice que "el PSOE cree que abstenerse es dar la oposición a Iglesias". Claro, y sin abstención ni habrá gobierno ni oposición. Santiago González dice que no hay nada que hacer con los socialistas, que Sánchez sabe que los barones hacen mucho ruido, pero pocas nueces. "Uno no acierta a ver en el comité federal a ningún barón los huevos de Bruto y Casio (…) Las únicas virtudes políticas que se le pueden imputar al secretario general son su carácter correoso y una ambición que está varios peldaños por encima de sus capacidades políticas. Le ha cogido la medida a su partido y sabe que no tienen recursos para oponerse a esta cuadrilla desaprensiva e indocumentada que se ha hecho con el poder del aparato ". Así que "al fondo tenemos la amenaza de la terceras elecciones " o "el gobierno de progreso". "Rivera debería pensar que su voto afirmativo seria un factor definitivo para propiciar la abstención del PSOE". ¿Pero no hemos quedado en que con Pedro Sánchez no hay nada que hacer, Santiago?
El País dice que "los líderes del PSOE no abrirán el debate sobre la investidura" pero que "reconsiderarían el no si Sánchez lo pide o si Ciudadanos vota a Rajoy". ¿Si Sánchez lo pide? ¿El chico de no, no y no es no? Pablo Simón es optimista. "Pese a la aparente guerra de trincheras en la que se encuentran todos los partidos, esta vez es más probable que arranque una legislatura en precario sin terceras elecciones". Eso sí, "con un Gobierno minoritario investido gracias a la abstención de los partidos de la oposición, la gobernabilidad les va a resultar complicada en extremo". Uff la gobernabilidad. Pues no te adelantas tú ni nada, primero vamos a ver si conseguimos investir a alguien.
ABC dice, por el contrario, que "Sánchez no logra frenar el debate del PSOE sobre la abstención en la investidura de Rajoy". Aquí cada uno cuenta el cuento como mejor le viene. Ignacio Camacho echa un cable a Ciudadanos para que dé el sí a Rajoy. "Arrastrar a Rajoy, al fin y al cabo un dirigente en la rampa de salida, a una retirada en diferido, a una jubilación escalonada. Un acuerdo de reformas explícitas y de duración tasada que finalizase con el relevo del presidente bajo pena de moción de censura en caso de incumplimiento de la cláusula. Esa fórmula cumpliría a la vez todos los objetivos de Ciudadanos y no parece que, si se plantea de forma honorable, el candidato esté en condiciones de rechazarla". Pues mira, esa una idea, para entonces Rajoy estará ya hecho un guiñapillo. José María Carrascal tiene un anhelo secreto. "A veces me digo que los españoles necesitamos pasar por el gobierno Frankenstein" del PSOE con Podemos y los separatistas "para aprender de una vez qué es eso". Lo dice con la boca chica, espero.
La Razón ve luz y se agarra como a un clavo ardiendo a cualquier declaración que atisbe la abstención. "Los barones quieren forzar la 'abstención negociada' del PSOE". Dice el editorial que la deseada abstención "podría ocurrir esta misma semana tras la reunión entre Rajoy y Rivera. A Sánchez se le agota el tiempo y no va a tener más remido que retratarse". ¿Esta semana? Pues como que no lo veo. Marhuenda, que te quieres ir de vacaciones, que se te ha visto el plumero.