Fiasco en la CUP. Ni las facilidades para el voto telemático, ni la trascendencia del relevo, ni el horizonte de la moción de confianza del presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, han animado la participación de los militantes de la formación anticapitalista y separatista. Ha votado el 63% del conjunto de la militancia, 1.098 personas. Y ni aún así ha obtenido la nueva dirección un sustento a la búlgara, como cabía esperar dadas las circunstancias.
La única lista que se presentaba, liderada por el exdiputado Quim Arrufat, logró 837 votos, el 76%. De Arrufat penden los nombres de Lluc Salellas, Núria Gilbert, Dani Corpas, Natàlia Sánchez, Juanma Rojas, Anna Gabaldà, Eduardo Càliz, Ricard Torné, Elisabet Punset y Aida Sanuy.
A título global y para completar una dirección de quince miembros fueron votados Xevi Generó (uno de los portavoces habituales del grupo parlamentario pese a no ser diputado), Laura Rafecas, Òscar Simón y Albert Serrats.
Arrufat, un "duro"
Arrufat es el hombre de consenso, relativo a tenor del escaso apoyo registrado, y está considerado un "duro" tanto por los separatistas como por los anticapitalistas. Teórico del derecho de autodeterminación es a la vez un referente antisistema. En 2013 participó en la ocupación de un banco en Sabadell tras un desahucio y renunció a su condición de aforado para ser juzgado en igualdad de condiciones que el resto de los encausados. Todos resultaron absueltos.
Anna Gabriel, la referencia
El secretariado de la CUP es el órgano decisorio, quien, en teoría, decide la línea de actuación del grupo parlamentario, cuyos miembros no podían presentarse a la votación de la cúpula. Sin embargo, la referencia mediática y en una gran parte de la formación es Anna Gabriel, quien antes de que se conocieran los resultados afirmaba que en el secretariado seguirá habiendo disparidad de opiniones.
A pesar de que Junts pel Sí accedió a todas las condiciones de la CUP en la sesión golpista del Parlamento de Cataluña, no está garantizado al cien por cien que esa vaya a ser la única imposición cupera a Puigdemont. Y la aprobación de los presupuestos es un expediente aparte, según Gabriel, a pesar de que Junts pel Sí pretenda vincular los números autonómicos a la cuestión de confianza.