El Mundo está muy alarmado. "El Parlament, fuera de la ley". Wanted. "Rajoy convoca a los tres partidos de la oposición para responder a la provocación de la hoja de ruta de la desconexión de Cataluña". Algo así como 5, 4, 3, 2, 1, ceroooo: Desconectamos. No les aburro mucho con el editorial porque ya se lo saben de memoria. Que sí "el Estado no puede tolerar la desobediencia del Parlament", que si "la respuesta debe ser contundente", que si "supone una burla inadmisible", que si "el Ejecutivo recurrirá al TC", bla, bla, bla. Mientras se rasgan las vestiduras en el Gobierno, Convergencia "pedía disponer de un grupo propio en la Cámara Baja. La Mesa del Congreso dejó en suspenso el grupo de Convergencia aduciendo dudas sobre su nombre y sus porcentajes de voto, lo que da la impresión de ser un subterfugio para dilatar la decisión". Mira que son inoportunos estos separatistas, córcholis. Apuesto una cena a que PP y PSOE les van a dar el grupo cuando pase el sofocón. Que ya nos conocemos todos.
El País dice que "el Parlament decide la secesión sin negociación y fuera de la ley". Ah, ¿es que se puede decidir la secesión con negociación y dentro de la ley? Dice el editorial que "el planteamiento resulta delirante, si no risible, ya que coincide con el afán de la antigua Convergencia de obtener grupo propio en Congreso, para lo que se basó cínicamente en Madrid en la jurisprudencia del mismo Constitucional que en Barcelona denigra". Sí, es para partirse. "El texto es un completo despropósito y una desvergüenza". Un nuevo paripé para "reinsuflar ánimos al declinante entusiasmo callejero, animar la Diada y calentar la cuestión de confianza". Que están reclutando personal para el próximo numerito de la banderita.
ABC: "El Parlament inicia la sedición por la 'vía unilateral' y fuera de la ley". Forajidos. Bieito Rubido, que últimamente se está luciendo, dice que "ahora mismo, los tres partidos constitucionalistas -PP, PSOE y Ciudadanos- que representan amplísimamente a la mayoría de la sociedad deberían alcanzar un pacto para intervenir esa autonomía". Eso pídeselo al gobierno, ahí PSOE y Ciudadanos no pintan nada. Y revindica su derecho a exigir a "nuestros gobernantes, incluidos Sánchez y Rivera, que nos aseguren que se cumplen las normas". Empiece por exigir a Rajoy que no le facilite grupo propio en el Congreso a Convergencia, señor Rubido. Ignacio Camacho transmite el sentir de la ciudadanía con Cataluña. "Ellos y su matraca", "nunca desfallecen en su pesadez ni se conceden tregua a sí mismos en cargante monomanía". Qué son un coñazo total. Cuenta hoy ABC una anécdota que nos saca del aburrimiento que nos produce el tema catalán. Dice que "puestos a adaptarse a unos tiempos que corren y vuelan, en los cuarteles de verano de La Moncloa y del PP comentan con cierta sorna la posibilidad de adoptar una nueva fórmula de juramento para que, en caso de repetir elecciones, sus señorías de Podemos puedan tomar posesión de la manera más actual posible: 'Sí, prometo. Nunca más un asistente sin contrato, nunca más un asistente sin cotizar'". Ja, ja. Cómo se lo pasan nuestros políticos.
La Razón también coloca a Cataluña "al margen de la ley". Marhuenda aprovecha para pedir un "gobierno fuerte frente al desafío soberanista". "Las fuerzas constitucionalistas deben cerrar filas en torno a la legalidad democrática y la unidad territorial y, sobre todo, evitar que este conflicto sea utilizado para dividir este consenso". Otro que se hace el sueco con el apoyo del PP al grupo de los malos malísimos de Convergencia. Martín Beaumont dice que Pedro Sánchez está carburando lanzarse "a buscar la investidura si fracasa Rajoy". "El run run ha encendido las alarmas en la calle Génova". Porque claro, "desde que el PP contó con los votos fantasma" de los separatistas para la Mesa del Congreso, Sánchez no hace más que darle vueltas a la cabeza. Y si ellos pueden ¿por qué no yo?
La Vanguardia es el único que no saca al Parlament fuera de la ley. "JxSí y la CUP consuman su desafío al Constitucional". El editorial dice que tranquilos, que "el de ayer es el tercer pago a la CUP" y "una reanimación emocional con vistas al Onze de Septiembre". Que el desfile por la Diagonal tenía unas calvas preocupantes. También le choca que "una semana antes de votar la ruptura en Barcelona, Convergencia prestó generosamente siete de sus ocho votos al PP para que blindara la Mesa del Congreso. Curioso contraste". Así que menos alharacas, que ya sabemos que todo es puro teatro.