La postura oficial es un "no" en la primera sesión de investidura, pero la segunda ya es otra historia: hasta los más oficialistas explican que la posición inamovible es de momento para el primer intento de Rajoy, o la última semana de julio o la primera de agosto. Pero sobre el qué pasará mañana no quieren hablar en el PSOE.
En una declaración ante los medios de comunicación en los cursos del El Escorial de la Universidad Complutense, el secretario de Organización, César Luena, evitó verbalizar su negativa al Gobierno del PP porque "es la misma posición de siempre", "es ampliamente conocida y es la que es, no voy a invertir mucho más tiempo".
No quiso Luena pronunciar de nuevo ese "no a Rajoy" que tampoco descarta en el futuro: "Cada cosa en su momento y ahora en lo que estamos es en esto. Lo que tenga que hacerse mañana ya se hará mañana. Si lo adelanto yo hoy, no se para qué habrá un mañana".
La clave que aportan fuentes de la dirección socialista es que"no es lo mismo apoyar un Gobierno de Rajoy con 170 escaños que uno con 137"; no es lo mismo que Rajoy no consiga sumar ningún apoyo a que consiga articular un pacto con dos o tres formaciones políticas y sólo le falten algunos votos del PSOE. Una reflexión en privado en Ferraz que es la que justifica la necesidad de tiempo del PSOE, el porqué se abstendrían en septiembre y no en julio ni en agosto.
Y esto es lo que, entre líneas, se deduce de las palabras del número dos del partido socialista: "El señor Rajoy lo que tiene que empezar a hacer es esforzarse y también a explicarse. Él tiene la responsabilidad porque es lo que le han encargado los españoles". En resumen, tiempo para que el presidente en funciones del PP y futuro candidato a la investidura, Mariano Rajoy, pueda tejer ese acuerdo parlamentario, y tiempo para que el PSOE pueda articular un relato de responsabilidad y sentido de estado que permita justificar esa abstención en el futuro.
De ahí que los socialistas sigan pensando en septiembre o, como pronto, finales de agosto para cambiar de postura, e incluso, para evitar esa rectificación. Porque también añaden: "Si Rajoy no consigue más apoyos que los suyos, no habrá necesidad de que el PSOE se mueva" porque no pueden ser en solitario la muleta de la derecha de los recortes.
Menos miedo a las urnas
Así, en Ferraz minimizan la reunión de este miércoles porque dicen que "Pedro Sánchez sólo irá a escuchar, ni a hablar ni a negociar". Porque ante la amenaza de Rajoy de acudir a una nueva convocatoria electoral, la novedad radica en que el PSOE ya no teme tanto unas terceras elecciones como hace unas semanas. "No las queremos", es lo primero que dicen al ser preguntados por esa posibilidad, pero acto seguido añaden que si hay alguien a quien perjudicarían más es a Podemos, en donde se agudiza la tendencia a la baja según el PSOE, y en donde Pablo Iglesias "está empezando a vislumbrar su fractura interna por el coste de una actitud demasiado agresiva y personalista".
Traducido, que si hay nuevos comicios, el PSOE cree que aumentaría su ventaja sobre Podemos y partiría de una mejor situación para negociar. Pero todo esto es "a día de hoy".